sábado, 8 de febrero de 2014

EL DIA QUE TN Y SANTO BIASATTI NOS DESAPARECIERON

Según el grupo Clarín, TN puede desaparecer. Sabemos que no es así, pero sí que de TN desapareció un programa emitido de la serie OTRO TEMA, conducido por Santo Biasatti. El hecho fue relatado algunas veces, pero lo hago nuevamente para que no quede en el olvido o sepultado entre tanta información al cuete que nos aporta esta democrática u homogeneizadora internet.

El programa desaparecido fue grabado en los estudios de Tranquilo Producciones y tuvo como protagonistas a María Casariego y al que esto escribe. Estuvo un tiempo en YouTube, pero luego pluff, desapareció.
Ambos hablábamos sobre la fraudulenta estatización de la Compañía Ítalo de Electricidad, cuyo señorial edificio se ha convertido ahora en la elegante Usina del Arte. Estuve allí la semana pasada, y ninguna placa recuerda lo sucedido. Esa es la gente sin memoria a la que apela Mauricio.
Y María, en especial, habló con Santo Biasatti sobre la desaparición de su padre y el fraudulento interrogatorio-confesión al que había sido sometido por los secuestradores.
Yo lucía en ese entonces el pelo muy cortito, lo que para el lector A.R. es un síntoma de castración y a mí simplemente me resultaba cómodo. Pero en verdad estaba horrible, si de imagen estamos hablando.
Al ser emitido por el canal 13 y TN, desapareció la referencia que hicimos a la empresa ABB, que suele tener espacio publicitario en esos medios y tuvo mucho que ver con la estatización fraudulenta de la Ítalo. Porque ABB había instalado en la actual Usina del Arte de Macri dos turbogeneradores para la Ítalo cuyo pago no era amortizado por los eventuales dueños (el grupo Motor Columbus) sino por su avalista, el Estado.
ABB es el acrónimo de Argentine Brown & Boveri.
Y Motor Columbus logró que esta situación se silenciara para no perjudicar su cotización en la Bolsa de Ginebra, donde tenía su sede. Martínez de Hoz era uno de los directores locales de Ítalo-Motor Columbus además de ministro de Economía de la dictadura, y por eso logró que la amortización de los dos turbogeneradores no apareciera en la prensa, ni siquiera en Clarín, el más independiente de todos los diarios de la época.
(¿Cómo inserto aquí un emoticón con una sonrisa estúpida?).
Martínez de Hoz puso en práctica su "ideario" (otro emoticón)  de desindustrialización y desempleo pero se cuidó mucho de ocultar sus propios negocios, a saber: ocultar que la Ítalo no podía ser estatizada porque ya era estatal (quizás por eso desapareció Juan Carlos Casariego de Bel); mantener un arancel del 40% para proteger de la importación de acero a Acindar, de la cuál también era director: repartirse entre los amigos de la vieja burguesía terrateniente los despojos del Grupo Graiver, entre ellos el Banco de Hurlingham, cuyos directivos estaban presos y eran torturados en la cárcel de Campo de Mayo junto con quienes osaron adquirirlo, la empresa Industrias Siderúrgicas Grassi y el grupo empresario Chavanne.

Esta última historia es larga, compleja, y no pretendo contarla nuevamente porque está en el juzgado del doctor Oyarbide, y además Martínez de Hoz ya es un inquilino del Infierno.
No son historias antiguas sino absolutamente actuales: la fabricación de acero y envases de hojalata está en manos de multinacionales monopólicas. Quizás habría que buscar por ahí una de las razones de los aumentos de precios a los bienes de consumo masivo.
Sin olvidar, por supuesto, que eso de repartirse los despojos de la Argentina entre amigos incluyó a Papel Prensa, claro.
Fue cuando TN, Ernestina y Santo Biasatti nos desaparecieron.
Lo relato nuevamente porque se está por cumplir otro año del hecho.

martes, 4 de febrero de 2014

EL GENOCIDA OLVIDADO



Extraña coincidencia: por un lado se propone crear el País de las Manzanas al sur del Río Negro. Por otro, la República del Río de la Plata para dejar afuera a las provincias que no acaten la supremacía de Buenos Aires, es decir a casi todo el país excepto la pampa húmeda y su Aduana.
¡La Aduana es mía, mía!
En ambos casos, terminar con la Argentina tal como la conocemos. 
Una, la primera, es una propuesta actual, o mejor, tan actual como inviable y extravagante. 
La otra es histórica, más precisamente del siglo XIX, y proviene del creador del dario La Nación. No de Menem, como le ha sugerido a algunos la frase encerrada con signos de admiración. 
No: lo de Menem fue la Ferrari.
El creador del diario La Nación (y de la idea de la República del Río de la Plata) fue Bartolomé Mitre, diario que hace unos días recordaba con nostalgia la convertibilidad de Cavallo, es decir, la más monumental estafa perpetrada contra el pueblo argentino.
Y creador o fundador que alguna vez dijera sobre Gran Bretaña el 7 de marzo de 1861: "raza inteligente y varonil a la que está reservado el gobierno del mundo, por ser la única que bajo los auspicios de una moral eterna ha sabido realizar los prodigios de una civilización duradera y perfecta".
Ya sabemos a qué atenernos.
Las "guerras de policía" en el interior sublevado contra la guerra de la Triple Alianza, ordenadas por Mitre, produjeron 5.000 muertos según Nicasio Oroño; "varios miles de muertos" según Olegario V. Andrade y José Hernández. En 1866, Felipe Varela denuncia que los asesinados son 50.000.



A esto debemos agregar los 15.000 muertos que produjo la batalla de Tuyutí. Los 4.000 de Curupayti. Los 3.000 que dejó la Revolución del 80. 
Mitre utilizaba, para imponer la ideología del puerto-Aduana de Buenos Aires, a un grupo de coroneles uruguayos del Partido Colorado. Aunque Ibarzábal se destacó por decapitar a Ángel Vicente Peñaloza en Olta, para luego exhibir su cabeza, el más famoso militar uruguayo del mitrismo fue Venancio Flores, jefe de las tropas orientales que intervinieron en la guerra contra el Paraguay.
Esta guerra inicua mató a la totalidad de los varones paraguayos, a tal punto que las últimas tropas desplegadas por Solano López eran regimientos de niños de entre 11 y 15 años. La población total del país pasó de 1.300.000 a 350.000, y la escasez de hombres produjo que a partir de ese momento se autorizara la poligamia entre las mujeres paraguayas.
A esas matanzas hay que agregar el bombardeo de Paysandú, ciudad que fue destruida hasta los cimientos por las tropas mitristas en 1863, provocando la muerto de los 1.000 defensores y el fusilamiento de su jefe, Leandro Gómez.
La Triple Alianza fue financiada con préstamos de la Baring Brothers y el Banco de Londres.
Si el genocida Roca no hubiera derrotado a Carlos Tejedor (candidato del genocida Mitre) en el '80, la Argentina sería probablemente la República del Río de la Plata. 
Y Mitre no mató originarios: sólo criollos, que al parecer no pertenecían a ninguna "etnia" en particular. No me deja de parecer sospechosa la división de los seres humanas en etnias o razas. Hitler empezó así.

 

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