jueves, 27 de febrero de 2014

DELITOS ECONÓMICOS

Los prejuicios abundan. Si por ejemplo, coinciden las opiniones de la señora que me precede en la cola de la panadería y la de mi ocasional compañero de ruta en el asiento del colectivo 126, tenderé a pensar que esa opinión es la de la ancha humanidad o de gran parte de ella: eximo a los japoneses porque tienen un incomprensible sentido del humor (hace falta ver películas de ese origen para entender qué quiero decir con “incomprensible”).
Hay prejuicios, lugares comunes, zonzeras y tonterías repetidas.
La Guerra de Secesión en EEUU tuvo por fin eliminar la esclavitud.
El mal que nos aqueja es la extensión.
Bernardino de la Trinidad González, conocido también como Bernardino Rivadavia, fue el más grande hombre civil de la tierra de los argentinos.
Para Bayer, Roca fue un genocida: Mitre no. Bayer no sabe que sucedió en Tuyutí, en Curupaytí y en las guerras de policía, como Mitre las llamaba.
Mitre escribió una buena traducción de la Divina Comedia.
Gobernar es poblar.
Tati Almeida rechaza al peronismo porque desconfía de los uniformes.
Bárbaros, las ideas no se matan, escribió Sarmiento. En francés.
Felices fueron los años del granero del mundo, cuando estábamos en los primeros lugares del mundo, quizás en el 7º. ¡Y todas las manufacturas eran británicas,aleluya!
Según nuestras ventajas comparativas, debemos ser un país productor de soja, trigo o maíz; y olvidarnos de la sustitución de importaciones.
Para Lilita Carrió, el caos está a la vuelta de la esquina, ya se lo huele o percibe o avizora, como si la Argentina real interpretara Esperando a Godot.
En el orden de mis propios prejuicios, creo que los europeos cultos, y mucho más los que no lo son, los que denominan “rumanos” a los excluidos sociales, no entienden lo que es o fue el peronismo (ni el kirchnerismo, si lo prefieren) así como no entienden cuál fue la naturaleza de los delitos económicos cometidos por la dictadura cívicomilitar:
“Si cometieron delitos, ¿por qué no van a la cárcel o devuelven los bienes despojados?”, repiten como si ellos hubieran sido los promotores de los juicios de Nüremberg.
Me parece que los europeos, viendo al mundo entero desde su centralidad (en crisis, pero centralidad al fin) no atinan a verse ellos mismos como integrantes de una burguesía nacional constitutiva de sus propias naciones, y que trasladan esa visión a la Argentina y su eventual burguesía. Y, como consecuencia de ello, no logran entender que el poder real del país no coincida necesariamente con el poder institucional, como de hecho no coincide. No llegan a entender, porque en esas naciones hay una comunión entre ambos, que en la Argentina uno pueda tener el 54% de los votos pero el poder real sigue en otras manos.
Hace unos años, no muchos, tuve una polémica con el doctor Donato Spaccavento porque el grupo político que él lideraba había emitido un documento donde se citaba la existencia de una fuerte burguesía nacional en el primer peronismo: ¿dónde estaba esa fuerte burguesía en el 55?, me pregunté; ¿dónde estuvo, de haber sido una burguesía nacional, en los años posteriores, mientras se aplicaban planes de gobierno que siempre iban contra esas burguesías, incluyendo al desarrollismo? Para Frondizi y Frigerio, (y el diario Clarín) la inversión tenía que ser externa.
La designación de José B. Gelbard al frente del ministerio de Economía en 1973 era el más absoluto mentís a esa interpretación infantil: con los empresarios nacionales, Perón aspiraba a constituir una burguesía nacional que no existía.
La polémica provocó el enojo del líder de ese grupo y de varios de sus sempiternos seguidores, quienes parecían haber sacado el texto, mediante el método copy&paste, de alguno de los miles de inútiles y abstrusos documentos producidos durante la década de los 70. Y como autocrítica, que yo estaba en el lugar equivocado.
Los europeos en general no entienden que el plan de la dictadura consistió en aplicar una feroz concentración de capitales y desnacionalización combinadas con no menos feroz desindustrialización que acabara para siempre con las inconclusas etapas de sustitución de importaciones que habían abortado en el 30 y en el 55. 
Y todavía estamos viviendo sus consecuencias. 
Comparando con 1950 o 1973, la economía se ha concentrado y desnacionalizado como nunca en la historia nacional. 
Sin embargo, los opositores nativos repiten como loros que "Argentina está aislada del mundo", refiriéndose a que no pedimos acuerdos standby al FMI, es decir, que no nos endeudamos a tasa creciente. 
Sin embargo, el ex diputado Di Cola, en una reciente nota sostiene, dando una pista:
"En el balance del años 2012 dado a conocer a principios del 2013 la Organización Mundial de Comercio (OMC) denunció que Argentina era el país que mayores trabas había puesto a las importaciones.
Transcurrió un año y la OMC dio a conocer hace unos días el balance del ejercicio 2013, resultando que con 39 acciones antidumping, Brasil fue el país que adoptó la mayor cantidad de medidas limitando las importaciones. Luego le siguieron India con 35 acciones, Estados Unidos con 34, Australia 20 y Argentina con 19." concluyendo con lo evidente:
“La lista de los países más proteccionistas está encabezada por economías más desarrolladas y con mayor volumen que la nuestra, incluso por dos países del primer mundo y uno de ellos el más poderoso del globo" agregando un dato revelador: "
...la OMC agregó en su informe que las barreras al comercio internacional en el mundo se habían incrementado en el 30%.

El juzgamiento de los delitos económicos producidos por la dictadura es una cuestión de poder político, no tanto una decisión política sino un análisis sensato de las fuerzas propias y el poder del adversario.
Aunque con los años cambien las denominaciones, la lucha entre proteccionismo y librecambio sigue estando en el núcleo de la cuestión del poder real y cómo calificar los delitos que viene cometiendo: con total impunidad durante la dictadura, manteniendo las formalidades legales durante la vigencia de la democracia. 
¿Acaso el diario La Nación no tiene escondida desde hace 10 años una cautelar en la justicia?
La concentración y desnacionalización aplicadas por Martínez de Hoz y continuada por Menem-Cavallo provocó una reducción significativa del poder de decisión nacional, a veces con apoyo de amplios sectores de la población que aplaudían, por ejemplo, que se careciera de una política monetaria durante la convertibilidad. Eso, en un marco internacional signado por la destrucción de los Estados nacionales en beneficio de las corporaciones con toda una ideología que funciona como soporte.
En ese marco, y con un entramado jurídico hegemonizado por los dueños tradicionales del poder, pero del poder real, para juzgar los delitos económicos producidos por la dictadura, habría que dar vuelta al país como una media, y mientras tanto hacer lo que se pueda.

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