viernes, 2 de mayo de 2014

GUTIERREZ Y LAS MAFIAS MENEMISTAS

Esta vez fue Pablo Moyano el que amenazó por tevé, y el padre no se quedó atrás. ¿Dónde está el fiscal que inicie actuaciones de oficio por intimidación pública y apología del delito? ¿O acaso es inimputable?

Según el actual código penal, el inimputable Pablito sería el único responsable del chantaje mediático. 
Si se avanza con sus reformas (que no quieren ni Macri ni Massita) también lo sería Covelia y el señor Depresbiteris. Porque Pablito parece defender los intereses de los trabajadores pero en realidad es la voz degradada de esa empresa que recoge los desperdicios de doce municipios del GBA.
Un rato después, papá Moyano prometió guerra. Los Moyano se hacen los patoteros por varias razones. 
Una, porque don Hugo tiene aspiraciones presidenciales y se cree una especie de pequeño Lula argentino, imaginando, en su odio machista contra Cristina, que Néstor le hubiera dado la bienvenida en la lista del FpV bonaerense. 
Otra, porque la paulatina rehabilitación del sistema ferroviario es una amenaza fiera para los camioneros
El tren es más barato, rentable y sustentable que el camión. Este último, es decir las empresas de transporte de cargas, no pagan impuestos diferenciales obligando al Estado a construir rutas capaces de soportar mayor peso. 
Y deben existir otras razones que los lectores podrán inferir de lo que sigue.
En realidad, lo de los Moyano no es "el viejo sindicalismo" enfrentado con el "nuevo sindicalismo". 
¿Quiénes representarían a éste último: el Pollo Sobrero, Miceli?
El entredicho de las empresas de camiones con Francisco Gutiérrez, dirigente de la UOM e intendente de Quilmes, es algo más que una disputa por la recolección de basura en un municipio. 
Viene de lejos.
El 29 de agosto de 1994, cuando el subcomisario Jorge Omar Gutiérrez, hermano del intendente de Quilmes, viajaba en tren por Sarandí, fue ejecutado con una modalidad clásica de la mafia siciliana: un hombre se le acerca desde el frente para agredirlo, la víctima descuida su espalda, el matador llega por atrás y le dispara en la nuca.
Gutiérrez estaba investigando un depósito fiscal, Defisa S.A., donde había un inusual movimiento de camiones transportadores de containers, y cuyos directivos, los de Defisa, también lo eran de la empresa de camiones Express Cargas, que perteneció a Alfredo Yabrán, y cuya cabeza era Edcadassa. 
El asesino, protegido por la policía, fue Alejandro Daniel “Chiquito” Santillán, cabo primero de la Federal en la División Seguridad Ferroviaria. Por vicios en el procedimiento, Santillán quedó en libertad a los dos años.

Express Cargas hizo viajes para Casa Piana en un sonado contrabando de oro sucedido en los 90, y para Daforel en la exportación clandestina de armas a Croacia y Ecuador en la cual hay varios condenados: Menem, Camilión, Sarlenga y Palleros. Si el menemismo y la antigua relación del ex-canciller con la viuda de Noble merecería una novela de terror, el ascenso de Sarlenga y Palleros a los arrabales del poder alcanzarían para un relato de Fontanarrosa.

Los mismos abogados que defendieron judicialmente a Express Cargas por la causa de la mafia del oro en 1994, lo hicieron para Emir Yoma y Daforel.
El 20% de Defisa estaba en aquel entonces en manos de Ángel Ramini, amigo inseparable de Yabrán y dueño de la empresa Sky-Cop, virtual comando radioeléctrico policial privatizado, luego absorbida por Prosegur, transportadora de caudales. 
Ramini estuvo relacionado con el Bingo Lavalle a través del arquitecto Alberto Rossi, el mismo que refaccionó la Casa Rosada, la mansión de Anillaco y la Quinta de Olivos luegi de la expulsión de Yulema Yoma, y con la abortada instalación de un casino en la zona de Retiro, por el cual tanto abogó Gerardo Sofovich en “Polémica en el Bar”.
Alfredo Yabrán se "suicidó" en 1998 luego de una discusión pública con Domingo Felipe Cavallo por la primacía local de mafias nativas o norteamericanas (Edcadassa vs FedEx).

Para esa época, Jorge Yoma afirmaba que la pista internacional de Anillaco se usaría para la exportación vía aérea de aceitunas en frascos de vidrio.  
Desde aquel entonces a ahora, Yoma no ha perdido nada de su locuacidad de francotirador neoliberal.
Como se ve, el frasquito que destapó Gutiérrez con su decisión es algo más que un contrato vencido de recolección de desperdicios en un municipio. 
¿Los que denuncian a la burocracia sindical en abstracto, esos que tantos puntos de contacto tienen con los antimilitaristas en abstracto, qué posición adoptarán respecto a la estatización decidida en el municipio de Quilmes por un burócrata sindical, para colmo de la UOM, alineado con la CGT oficialista? 
¿Estarán a favor de la libre iniciativa privada?



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