viernes, 19 de agosto de 2011

Biolcati y Páez, estetas y moralistas


Estetas y moralistas
por Teodoro Boot



Es extraño ver a los mismos que se indignaron por el comentario de Fito Páez respecto a las elecciones porteñas, silbando distraídos a raíz de las declaraciones de Hugo Biolcatti. Y viceversa, porque parece que hoy Biolcatti tiene una formación gorila y desprecia el voto popular, pero Fito Páez no, aunque diga lo mismo. Debe ser que hablan de dos diferentes votos populares, o de dos pueblos distintos o de dos vaya uno a saber qué.
Quedan claras, sí, las diferentes motivaciones de ambos catones: Fito Páez es rosarino, anomalía geográfico-existencial que vuelve perfectamente comprensible la repugnancia que le provocan los porteños, todos los porteños. 
Pero suele ocurrir que un santafesino, un cordobés, un entrerriano obligado a habitar en Buenos Aires deba necesariamente recurrir a algún subterfugio demagógico para seguir relacionándose con el vecindario sin necesidad de andar agarrándose a trompadas a cada rato, desde que apenas sale de su casa hasta cuando se sube a un colectivo, donde algún tipo torvo y malencarado pudiera increparlo:
–¿Así que ahora yo te doy asco?
–No, vos no –responderá el precavido crítico–. Los de la otra mitad.
Lo de Biocatti tiene un matiz levemente distinto. Es lógico: no se trata de un artista, que se relaciona con el mundo circundante a través de los sentidos y así como Fito asegura que la mitad de los porteños tiene mal sabor, Antonio Birabent bien puede sugerir que algunos son azul cobalto con reflejos tornasolados mientras otros tienen olor a dulce de leche. Biolcatti, en cambio, es un intelectual, un esteticista, una suerte de Romero Brest agrario, un Marcel Proust de la producción láctea, un Oscar Wilde en 4x4: queda claro que no mira el programa de Tinelli y si lo apuran, tal vez hasta le dé asco. 
El mismo Tinelli, que no se afeita, o la muñeca inflable que pasa por ser Graciela Alfano o el bochornoso coreógrafo disfrazado de murguero montevideano. O hasta las bailarinas, que gustos hay para todo. No se sabe qué, pero algo le debe dar asco, razón por la que un plasma le parece un objeto fútil, carente del menor sentido y utilidad práctica.

No hay ningún motivo, entonces por el que Hugo Biolcatti pueda aspirar a votar a Cristina Fernández, cuyos seguidores se reclutan entre los fans de Tinelli que tienen plasma y entre los que aspiran a tenerlo, que al fin de cuenta de eso se trata el estado de bienestar, que todos podamos ver a Tinelli en alta definición mientras Hugo Biolcatti, enfrascado en un anuario de La Chacra moja la vainilla en un enorme vaso de leche.
Distinto sería si el gobierno repartiera vacas, pero no: reparte plasmas, que ocupan menos lugar, no ensucian el living y, aunque no se ordeñen, son aptos para que en su superficie bailen medio en pelotas las insólitas modelos y vedettes que, cual moderno Charles Atlas, el popular conductor televisivo ha convertido en portentosas atletas y acróbatas de riesgo. Las pocas que salgan vivas y sin lesiones permanentes o incapacitantes tienen el futuro asegurado en Fuerza Bruta, Circ du Soleil o el cuerpo de marines de los Estados Unidos.
Hugo Biolcatti está para otra cosa, para el debate estético y la amonestación ética y, como fruto del parto de una Elisa Carrió preñada de consuno por Monner Sans y Marcos Aguinis, bufa, relincha y muge que “la oposición le presentó a la sociedad su cara más desagradable, fruto de una ingeniería electoral con objetivos egoístas y personalistas”.
La afirmación es inquietante y destituyente, ahora hasta de la oposición, y amenazacon provocar una respuesta de trescientas páginas en cuerpo 9 de Carta Abierta, además de las indignadas demandas judiciales de los involucrados: ni Ricardo Alfonsín, ni Eduardo Duhalde ni Hermes Binner ni Jorge Altamira tienen otra cara que la que Dios les dio, y si a Biolcatti le resultan desagradables, que mire para otro lado. 
Después de la criminal claudicación de Florencia Peña, probablemente encuentre consuelo e inspiración en Victoria Donda, Moria Casán o Liliana Salazar.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Adiós al compañero Turi Perié


Lo conocí a Hugo antes o durante el "cordobazo". Ambos eramos amigos de Marta Quiles, una piba hermosa que entonces militaba en el Integrismo de la Universidad Nacional del Nordeste. Fue en la pensión estudiantil que habitaban, una casona de la capital correntina donde compartimos mates, arroz, ginebra y sueños de cambio radical. Yo había viajado a Corrientes y Chaco en ocasión de un congreso o encuentro, no recuerdo bien, donde tuve oportunidad de escuchar por primera vez las andanzas de Isidro Velázquez, El Vengador, cuya vida he relatado en este blog con el título ¿A usted le parece, que un valiente caiga a manos de un cagón?
Turi militó en Montoneros y por lo que me han dicho, fue muy amigo de Néstor Kirchner y hasta ayer mismo era un sólido apoyo del cambio iniciado en 2003. Sufrió prisión en varias oportunidades, y escapó de una de ellas como en las películas, abandonando la celda mediante un par de sábanas anudadas. Luego de aquella pensión correntina, lo volví a ver en Buenos Aires, donde yo aporreaba una Lexicon 80 con las escenas de Hablemos a calzón quitado, una obra teatral de mi amigo Guillermo Gentile que haría época. Afuera, en las calles, la dictadura de Onganía se replegaba con esa violencia de arriba que generaría la otra violencia, la de abajo, la legítima.
La poesía que compuso Marta sigue siendo popular en el nordeste. Creo que una de sus letras ganó un premio en Cosquín (su Cantata Chaqueña o quizás la canción que pego abajo). Por varios años, nuestro único contacto fue la correspondencia, que ella solía componer en verso. Y por ella luchamos denodadamente como mosqueteros Dardo Dorronzoro y el que esto escibe. Dardo era un notable poeta, de ideas anarquistas o algo así, y herrero por demás. Fue asesinado por las fuerzas represivas en 1976.

De Marta escribió el psiquiatra y novelista Alejandro Maciel
"Marta confundía con algunas poses de femme fatale para ocultar la tremenda capacidad que desplegaba en su modo de compromiso social entendido como bandera de ideas, y no como proselitismo politiquero. Marta ha sido uno de los seres más generosos y desprendidos que la vida me deparó conocer. Había nacido y vivido en San Luis del Palmar, escribía poesía popular pero no por ello superficial, la de describir florcitas y arenales. La poesía de Marta calaba en subterráneo; quien no conozca la Corrientes postergada, la del bajo Pujol, la de los pueblos abandonados, jamás comprenderá una sola letra de lo que escribió. Ella misma era su poesía, nunca percibí un gesto de malicia ni picardía miserable, tan abundante en el ghetto literario, en ninguna de sus conductas. Llevaba la alegría puesta como una indumentaria, naturalmente, sin alardes".

En varias ocasiones imaginé que lo buscaba al Turi en el Congreso para recordar aquellos tiempos, pero se acabó el tiempo.





martes, 16 de agosto de 2011

Otro notable análisis de lo sucedido el domingo


A todas las interpretaciones, re-intepretaciones y autocríticas que inundan el país a la fecha, sumo una exégesis o glosa que no hará historia en el seno de Carta Abierta aunque ya se ha abierto, por méritos propios, un lugar en el pelotón de los análisis lúcidos, que es lo que viene faltando en las ciencias sociales desde que perdieron su objeto de estudio. Ya lo dijo Ovidio y lo reafirmó Platón: no llorés como mina lo que no supistes defender como mujer
 

Aplastante triunfo del remiserismo en las elecciones primarias



Muchos son los motivos que al parecer explicarían la terrible rompida de tuje que tuvo el remiserismo sobre el taximetrismo, y ni que hablar sobre el colectivismo. Pero si bien hoy todo el mundo sale a decir que era obvio que más de la mitad del electorado iba a elegir la opción del remís para trasladarse hasta el lugar de la votación, teniendo en cuenta la estabilidad económica de las personas y boludeces por el estilo, la única que se había animado una semana antes a cantar la justa y proyectar que más del 50 % de los votantes elegirían esta opción, como sucedió, fue nuestra encuestadora de cabecera, María Laura Excel, que preveía un repunte importante del remiserismo y la caída en picada del taximetrismo, superando inclusive a los números más esperanzadores del jogguinista Artemiópolis.

Uno de los mayores aciertos del remiserismo fue madrugarle los votantes al taximetrismo con el trabajo de hormiga que venían haciendo sus choferes desde dos meses antes de las elecciones, cuando llevaban sus pasajeros al shoping, o cuando los traían de alguna casa de electrodomésticos con una tele nueva, los remiseros se las arreglaban para sacar el tema de las elecciones y comentarles que vayan reservando los coches por anticipado porque en el día se iba a complicar.

Asimismo cabe destacar la performance del remiserismo en todos los districtos del país, salvo en la República Separatista de San Luis, donde las naves espaciales se llevaron el 70% del total de trasladados. Además el remiserismo ganó en tierras del taximetrismo como en Vicente Lopez y San Isidro que años atrás les fueron adversas, y se quedó con el primer lugar en la provincia de Santa Fe donde el motociclismo tiene gran llegada entre la gente.

Hasta el clima ayudó al remiserismo que dos días antes de las elecciones había embarrado la provincia de Buenos Aires, el distrito con mayor electores del país, con la cantidad de lluvia y granizo que había caído sobre las calles de tierra en las que el taximetrismo apenas rasguñó el 11 % de los votantes. Entre otros de los aciertos hay que destacar que el remiserismo cargó gente en cualquier lado, ya sea caminos de ripio en el campo, como asfalto en las áreas metropolitanas, a diferencia del taximetrismo que si los votantes no estaban del lado derecho de la vereda no abrían la puerta.

Por su parte, aunque en el taximetrismo se hagan los distraídos, y miren pa’ acá y pa’ allá en las encrucijadas, respeten todos los semáforos y coman el sanguche de pebete en la estación de servicio comentando la goleada de Boca sobre Unión, lo cierto es que en estas elecciones se durmieron en los laureles, confiando en la historia de su movimiento, y se quedaron con el apenas 12, 17 % de los votantes.

En cuanto al colectivismo, que estuvo disputándole el segundo lugar al taximetrismo, viene en claro descenso si se tiene en cuenta que ni en su distrito donde juega de local, en Lomas de La Lata, pudo ganar, y sólo llevó a nivel nacional al 12,15 % de los votantes más conservadores que dicen querer viajar seguros, y les parece que el remiserismo está arruinando la Argentina con sus precios populistas.

El movimiento que pegó el batacazo fue sin duda el motociclismo, que llegó al 10,26 % de los votantes, y que obtuvo el respaldo de los jóvenes que quieren portarse mal, y que salieron en sus motos el último domingo patiando los perros que querían cacharle las piernas cuando aceleraban y hacían un ruido bárbaro con el caño de escape. También es loable la elección que hicieron las naves espaciales que alcanzaron el 8,17 % de votantes en el país, con una fuerte presencia en las provincias cuyanas y un gran espaldarazo en la provincia de Córdoba, predominando en Capilla del Monte.

El gran gran perdedor de esta elección fue sin duda el caminatismo, que en otras elecciones presidenciales había salido segundo, en estas primarias se quedaron con el 3,24 % de indignados que suelen elegir este medio considerando que el remiserismo siempre cobra de más, que el taximetrismo tiene el relojito arreglado, y que el colectivismo hace negocio con las monedas.

En cuanto al biciclismo, que anduvo mendigando de lo lindo electores en universidades estatales y furgones de trenes del conurbano, superó el mínimo requerido para presentarse en las elecciones generales de octubre con un 2,48 % de votantes que eligieron este medio para llegar hasta la escuela que les tocaba votar. 

Altamira, el héroe de las primarias

La verdadera noticia de estas elecciones primarias fue la performance de Jorge Altamira, que es Wermus, quien quedó apenas a 49 puntos del ganador.
El lunes, Nelson Castro, por radio Mitre, dejó claro que no comparte este punto de vista. Se sabe, todos los puntos de vista son horizontalmente aceptables por igual, y ese es el secreto de la democracia. Para el doctor Castro, la noticia de la semana no fue el resultado de las primarias sino el hallazgo de un nuevo tratamiento para combatir la esclerosis múltiple.
La esclerosis múltiple es una enfermedad destructiva que suele atacar el sistema nervioso pero también las ideas de los grupos dominantes. En Argentina, esas ideas están esclerotizadas desde hace tiempo pero no terminan de morir.
El columnista principal del doctor Nelson Castro, especialista en enfermedades presidenciales, es el economista Ismael Bermúdez, que por una de esas cosas raras que tiene la vida, también es Wermus. O sea, ni Altamira es Altamira, ni Bermúdez es Bermúdez.
Entretanto, ¿Castro será efectivamente Castro?
El Partido Obrero o PO, núcleo del triunfo de la ultraizquierda argentina (que todavía sigue discutiendo si el triunfo militar del general Giap sobre el ejército norteamericano fue resultado de la aplicación del socialismo en un solo país o del internacionalismo proletario) se apresta a hegemonizar toda la oferta ultraprogre del país.
Altamira sueña con poner diputados y senadores en toda la geografía argentina: ya ha advertido que Marcelo Ramal quiere para sí la presidencia de la Comisión de Economía de Diputados y Néstor Bitrola la de Deportes. Este último ha hecho una campaña notable en el hasta ahora exclusivo deporte de los reyes, el Polo. Claro, el Polo Obrero.
Según noticias de último momento, ya se está organizando un soviet obrero para combatir todas las formas de burocracia que sostengan la ideología del patrón peronista.
Como se sabe, el peronismo desvió a los proletarios de la auténtica ideología revolucionaria, que es la que sustenta Altamira. Informantes de este blog nos confirman que el intelectual Altamira suele pasar sus mañanas consumiendo chocolate con churros en La Giralda, armado habitualmente de un ejemplar del día del Financial Times, que es donde dialécticamente podemos analizar la verdadera ideología del tipo.
La izquierda ha encontrado a su líder.











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