viernes, 3 de junio de 2011

RORIGUEZ SÁA: "Terminaré con la plusvalía"

De regreso de Ganímedes (en la foto de abajo lo vemos despidiéndose de un originario de Hiperión, una de las múltiples lunas de Saturno), el candidato Alberto Rodriguez Sáa le reclamó reiteradamente a "la  señora", refiriéndose al parecer a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y no a la suya propia, si es que la tiene, que termine con la plusvalía porque si no lo hace pronto, él promete hacerlo a más tardar en el primer mes de su presidencia.
El segundo punto de su revolucionaria plataforma electoral (escuchada con mucha atención por el piquetero Raúl Castells y algunos comentaristas de chimentos por televisión, esos que les proveen candidatas al candidato) fue asegurar que cuando él sea presidente, los chicos van a jugar.

Definido a sí mismo como un inmigrante informático (aunque no se sabe cómo se presenta en sus habituales viajes a los anillos de Saturno, acaso como un viajero de la estratofera que parte habitualmente de pistas en Anillaco) el Alberto prometió wi-fi gratis para todo el mundo, que sí y olé.

El final de la plusvalía prometido por el titular de la República Autónoma de San Luis se percibe claramente en su consigna de la Cuarta Internacional: "Señora, saque las manos del campo", aunque claro, el campo no produce plusvalía sino renta agraria.
"Vamos a terminar con las retenciones", prometió, y luego prometió prometió prometió acabar con los subsidios y comenzar con un salariazo y una revolución productiva limitada al terreno informático (porque ya no queda nada por vender).
A vencer, a vencer y prometer!!!

Chile, un espejo en el que no nos debemos reflejar

Del blog del amigo Julio Fernández Baraibar, con quien hicimos radio juntos allá lejos y hace tiempo (Hilando Fino, AM 910) distribuimos esta nota escrita por Javier Soto Gómez sobre las consecuencias de las políticas neoliberales en Chile, un país considerado modélico por toda la caterva de opositores, desde Javier González Fraga hasta el Caniche-Toy López Murphy, desde Mauricio Macri hasta Magnetto y Cavallo.
Los Tratados de Libre Comercio son un eufemismo por las nuevas patentes de corso que otorga EEUU a sus empresas. Perú lo está padeciendo, y mucho más lo ha padecido México.
Chile ha sido modelo, sí, en cuanto significó la primera experiencia del grupo ultraliberal de Mont Pelerin en el mundo durante los primeros años '70, una probeta social que costó miles de asesinados por el régimen de Pinochet, cuya continuidad asegura hoy el eternamente sonriente Sebastián Piñera, la sonrisa Odol del neoliberalismo, apoyado por una sociedad estragada por el mensaje colonial.



Chile y la primera cosecha de su Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos
Adiós a las semillas


Entre cuatro paredes, sin consultar con la ciudadanía, senadores chilenos aprobaron vender todas las semillas chilenas a la empresa norteamericana Monsanto.
La noticia pasó inadvertida en medio de las movilizaciones contra el proyecto Hidroaysén, registradas en Santiago, Valparaíso y otras regiones del país.


Ni la televisión ni las radios ni menos la prensa escrita informaron sobre esta decisión que dejó a muchos estupefactos pues en la práctica significa una fuerte pérdida de soberanía. En palabras simples, con el “acuerdo” de los senadores, la empresa norteamericana Monsanto, conocida en todo el mundo por su elaboración de semillas transgénicas,será la dueña de todos nuestros vegetales, hortalizas, frutas y verduras, de aquí a un corto plazo. Esto, porque la empresa poseerá las patentes de todos los tipos de semilla que existan en el país, por lo tanto, como dueña de la marca “tomate chileno” podrá cobrar derechos a todos quienes cultiven tomate pues usaron sus semillas para hacerlo.
El asunto parece grave y es muy grave. No se entiende cómo un grupo de senadores que supuestamente trabajan para el país, entregan a la venta algo tan sensible como las semillas: el inicio de toda la cadena alimenticia, de todo el ciclo, algo ancestral, que está en la tierra, y donde al menos culturalmente, reside gran parte de la escasa identidad que tenemos los chilenos como pueblo.

Si lo pensamos en términos de soberanía, claramente el asunto constituye un mordisco importante a la bandera, el escudo y todo lo que se entiende por “Patria”.
Cuando Chile aprobó su Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, el poeta Armando Uribe señaló tajante en una entrevista: “nuestro país desaparece como tal y pasa a ser una colonia norteamericana”. Lo acusaron de alarmista, de loco, pero jurídicamente, Uribe – abogado de amplia trayectoria, experto en derecho minero – tenía toda la razón.

Una de las cláusulas más importantes del TLC es que Chile no puede cambiar las “reglas del juego”,entiéndase, el capitalismo desregulado o neoliberalismo. Por lo tanto, las autoridades políticas chilenas están obligadas a responder a los requerimientos de las empresas norteamericanas, que llegan a “invertir” acompañadas de su embajador y el TLC bajo el brazo.

No hay forma de impedirlo, y eso significa que un país ya no es soberano, ya no se manda solo: es una colonia dependiente. En este caso de las semillas, también, justamente, los defensores del proyecto aludieron a los Tratados de Libre Comercio suscritos por Chile con Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, argumentando queestábamos obligados a firmar el convenio citado. ¿Para quién trabajan esos senadores?
O hilando más fino, ¿quién financia sus campañas?
Más claro echarle agua, los gringos se compraron Chile y ahora la estamos viendo bien fea, arrasarán la Patagonia, desaparecerá Isla Riesco, nos quitaron las semillas, el campo y dentro de poco, el agua.
¿Qué nos va a quedar?
Con una institucionalidad desaparecida, arrasada por el poder económico, sólo queda dar paso a una mera administración de los costos sociales del modelo de libre mercado, y seguir siendo una economía exportadora de materias primas.
Mucha gente se pregunta entonces ¿cuál es la diferencia entre esta democracia y la dictadura de los ’70 y ’80?
Antes no opinábamos, ahora tampoco.
El país se vende entero y a nosotros ni nos preguntan, pues nuestra constitución no considera el plebiscito como herramienta democrática.
Aunque con el famoso TLC, aunque hubiera plebiscito, no valdría nada pues “no se pueden cambiar las reglas del juego”. ¿O quieren hacer enojar a EE.UU.?
Así que ya lo sabe, si tiene semillas de algo, guárdelas como recuerdo, y ojo porque ahora Monsanto es el dueño de la tierra, y quien quiera cultivar en grande o en chico tendrá que comprarles a ellos las semillas o atenerse a las consecuencias: llega a tu casa la PDI, te confisca toda la cosecha, los cultivos y las plantaciones, te esposan y te acusan de ladrón, porque la semilla que usaste no es tuya, tiene dueño. Y es norteamericano.
Los senadores que votaron a favor de la venta de las semillas chilenas a Monsanto fueron:
Carlos Cantero (Antofagasta, Independiente); los UDI Juan Antonio Coloma y Hernán Larraín (ambos de Maule), Pablo Longueira y Jovino Novoa (ambos de Santiago) y Jaime Orpis (Tarapacá); los RN Francisco Chahuán (Valparaíso), José García y Alberto Espina (ambos de Araucanía), Carlos Kuschel (Región de Los Lagos), Carlos Larraín (Valdivia), Baldo Prokurica (Atacama); y el PPD Eugenio Tuma (Araucanía).
La cómoda abstención estuvo a cargo de los PS Camilo Escalona (Los Lagos) y Juan Pablo Letelier (O’Higgins), junto a los DC Hossain Sabag (BioBio), Patricio Walker (Aysén) y Andrés Zaldívar (Maule) y Antonio Horvath (Aysén RN).
En contra estuvieron: Ximena Rincón (Maule) y Jorge Pizarro (Coquimbo), ambos del PDC, junto a José Antonio Gómez (Antofagasta, PR), Alejandro Navarro (BioBio, MAS), y Jaime Quintana (Araucanía, PPD).
Lo que estos senadores acaban de aprobar es el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, UPOV 91.
La Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una organización propiciada por las transnacionales comercializadoras de semillas y respaldada por los gobiernos, de la que Chile es parte. En los primeros años producían híbridos y hoy también transgénicos.
Entre ellas están las empresas Monsanto –que controla más del 90% del mercado de la semilla transgénica- Syngenta, Bayer, y Dupont/Pioneer.
Las ventas de semillas y plaguicidas les reportan enormes ganancias a costa de la destrucción de la agricultura campesina, remplazada por la agroindustria y los monocultivos de semillas transgénicas.
El precio de los alimentos, según FAO, se encuentra actualmente en los niveles más altos de la historia.
El Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (Convenio UPOV) ha sido modificado en tres oportunidades: 1972, 1978 y 1991.
En Chile, el exitoso lobby empresarial para que nuestro país, firmante de UPOV 78, adhiriese a UPOV 91, fue encabezado por Monsanto a través de ChileBio con el apoyo de ANPROS (la asociación gremial de productores de semilla transgénica de exportación) y del Diario Financiero, virtual vocero del negocio de exportación de semilla transgénica.
El gobierno y senado chileno finalmente se rindieron a la presión adicional del Presidente Obama, cercano a Monsanto, quien trajo en su agenda de visita a Chile, el tema del respeto a la propiedad intelectual.

Carlos Javier Soto Gómez

Roca, Pincén, genocidio y Bartolomé Mitre

Siempre me resultó incomprensible que se acuse a Julio Argentino Roca de genocida, y no se diga una sola palabra de Bartolomé Mitre, el gran padre fundador de la "nación" genocida.


Genocidio. El término "genocidio" se creó en 1944 para dar sustento a lo que sería el Juicio de Nüremberg. ¿Y cuál fue la particularidad de este juicio? Que por primera vez en forma masiva durante la Modernidad se juzgaban delitos de acción pública no contemplados por ninguna legislación, cuando uno de los principios fundantes del derecho moderno es que nadie puede ser juzgado por una norma posterior al hecho. Se consideró, en efecto, que esos crímenes eran de tal magnitud que merecían romper ese principio, con lo cual además se sentó jurisprudencia para la futura defensa de los derechos humanos.
El término "genocidio" se refiere al extermino de un grupo social, cultural o "racial", y conste que estoy totalmente en descuerdo con esta última caracterización a la que son afectos incluso sectores progresistas porque el reconocimiento de la existencia de "razas" (o etnias) es un término eurocéntrico, imperial, prescriptivo, universalizante y potencialmente discriminador. Si damos por hecho que existen razas, habilitamos la existencia del racismo. Y, por caso, no hay racismos buenos (como el que ejercen determinados israelíes) y racismos malos (el antisemitismo en general).

La organización de la Nación. Insólitamente, una bloguera progresista muy afecta a 678 y su asidua concurrente comentó -en un caos de opiniones sobre el peronismo y demás- que gracias a la caída de Rosas luego de la batalla de Caseros, se había organizado la Nación cuando EN REALIDAD se comenzaba a organizar el Estado Colonial a través de sus presidencias fundantes: las de Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Roca. Si no se entiende esto, resulta casi imposible entender al peronismo, porque el eje de esa fundación consistió en dejar afuera al pueblo y dar sentido a la república oligárquica. El gran mérito el peronismo fue incorporar a la sociedad a esas masas que habían quedado afuera en gran medida desde 1810.
Lo primero que organizó Mitre, como "presidente" (lo entrecomillo porque por un trecho no controló más que la provincia de Buenos Aires) fue el ejército oligárquico, luego de que la guerra de policía con el federalismo del interior y la de la Triple Alianza contra Paraguay hubieran terminado con las dos principales amenazas al proyecto colonial con cabeza en Gran Bretaña. A ese ejército, Sarmiento le agregó el profesionalismo y la unidad del que antes carecía (creación de escuelas militares, etc).
En el período que corre entre 1862 (ascenso de Mitre) y 1880 (el de Roca) el Ejército fue el Gran Elector político y organizador institucional del Estado. Roca se educó como militar actuando en la guerra contra el Paraguay pero sobre todo, fue famoso por su calidad de intrigante para el poder de turno. Fue una época llena de tensiones donde el propio Mitre terminó siendo derrotado en 1874 cuando se enfrentaron por un lado parte de la oligarquía bonaerense, excluyente, y por otro lado el grupo más modernizante, liderado por Avellaneda y Mitre, que incluia al resto de la oligarquía portuaria junto con las del interior y los federales sobrevivientes (José Hernández, Bernardo de Irigoyen, etc.). El alsinismo fue una variante de ese proyecto, como populismo oligárquico heredero del populismo federal de Dorrego.
Entre las presidencias de Sarmiento y Avellaneda se organizó el Estado oligárquico, es decir, se estableció el marco regulatorio de la sociedad, el Estatuto del Coloniaje: códigos civil, penal, de comercio, de minería.
La Constitución Nacional, por su parte, no es de ninguna manera el texto aprobado en 1853 en San Nicolás sino el que impuso Buenos Aires en 1860/61 cuando esta se separó de la Confederación como estado autónomo, siempre dueño de la Aduana. Es decir, si bien el espíritu constitucional era literalmente federal, en la realidad aquella organización fue unitaria porque acentuó la primacía absoluta del puerto, y no de todos los puertos (se impidió el crecimiento de los de Paraná y Rosario, por ejemplo) sino el de Buenos Aires.
Una de tantas consecuencias de ello fue el establecimiento de las líneas férreas de capitales predominantemente ingleses con una sola punta de rieles. Y otra, la creación de la ciudad de Buenos Aires para crear la formalidad de una cabeza de gobierno nacional independiente de los terratenientes bonaerenses.
El gobierno era ejercido por un pequeño pero poderoso grupo cívico-militar, líder del mítico granero del mundo, la patria ganadera. Roca era ya a los 30 años un poderoso propietario de tierras (35 leguas cuadradas en el sur de Córdoba), cuyos intereses, los de los terratenientes de tierras marginales, se aliaban y enfrentaban como un aspecto de la lucha dentro de los sectores dominantes, respecto de los dueños de las ricas tierras de la pampa húmeda.
En otros términos, el país creado por Mitre y Urquiza fue un Estado formalmente independiente pero en la realidad "la joya más preciada del Imperio Británico".

La conquista del Desierto. La patria ganadera creada por Mitre suponía: 1) establecer la soberanía estatal sobre un territorio determinado, 2) incorporar tierras productivas, 3) resolver el problema de los "indios". Los pueblos indígenas no se limitaban a "malonear" sobre los pueblos "blancos" para robar hacienda, mujeres, etc. Por el contrario, intervenían activamente en la política interna (Calfucurá y luego Namuncurá a favor de Urquiza, Catriel aliado al puerto de Buenos Aires) y en la política exterior, en favor de la soberanía chilena sobre los territorios patagónicos. En este sentido, la Campaña del Desierto de Roca fue una consecuencia natural de la línea triunfante en 1852, y más lejanamente, de la constitución unitaria de Rivadavia. Las dos líneas que la oligarquía discutía en la época eran: un avance gradual de la "civilización" de modo de arrinconar a los pueblos indígenas en la frontera (Alsina), o una campaña fulminante. Ganó esta última, liderada por Roca.
Las operaciones militares llevadas a cabo desde finales de los años '70, lideradas por militares que se habían fogueado en la guerra de la Triple Alianza, aseguraron el primer punto señalado arriba: la soberanía del Estado sobre el territorio. Ganaron el Rémington y el telégrafo.
En esa misma época, Brasil todavía conservaba la institución de la esclavitud.Los escritores marxistas (sobre todo Milcíades Peña) remarcaron la necesidad de la Campaña en pos de incorporar totalmente al país al modelo capitalista.
Se ganaron, como se sabe, 15.000 leguas cuadradas de territorio que se incorporaron a la actividad productiva capitalista y las tierras fueron repartidas entre unos pocos, como por ejemplo la familia de comerciantes-contrabandistas Martínez de Hoz. El viejo plan unitario se había cumplido. Fue la oligarquía portuaria la que realizó la tarea que no habían podido completar los españoles antes de 1810.
La Campaña de Roca merecería duras críticas al interior de la generación modernizadora del 80: un caso notable es el de Estanislao ZebalLos, ministro de RREE de Juárez Celman y Figueroa Alcorta.

Pincén. Bravo entre los bravos, el cacique Pincén fue apresado entre Toay (hoy La Pampa) y Guaminí por el general Conrado Villegas en 1878.
Trasladado luego a Buenos Aires, fue paseado por las calles dentro de una jaula y engrillado para jarana de todos los porteños. Al menos no seguiría el destino de Sitting Bull, el bravo sioux que acabó sus días trabajando como payaso en el circo de Buffalo Bill.
El Pincén enjaulado es la parábola perfecta de los sectores populares argentinos excluidos de la constitución de su país por el viejo proyecto unitario que tuvo en Bartolomé Mitre a uno de sus estrategas notables y en Roca a su ejecutor.
Si el "Zorro" pudiera defenderse hoy de quienes lo consideran culpable de genocidio, argumentaría en favor del Progreso indefinido pero sobre todo en la "obediencia debida", y si somos coherentes con el presente, es cierto que son culpables Raúl Guglielminetti, el Tigre Acosta, Astiz, etc., pero no lo son menos los ideólogos como Martínez de Hoz, en fin, los que ya conocemos.
Fue el peronismo, en los años 40 del siglo XX, el que vino a reparar en gran parte esta exclusión de los pueblos indígenas transformados en cabecitas negra.

jueves, 2 de junio de 2011

Ritondo reivindica ordenanza de la dictadura

Tras haber descubierto, gracias a Radio Barcelona, que el polo no es un juego privativo de las minorías privilegiadas (vemos en la foto a Néstor Pitrola asestándole un buen golpe al gobierno como capitán del Polo Obrero), ahora el Pro se suma a esa costumbre que se ha extendido en este país gracias a la inflación galopante, la fuga de capitales y la especulación en divisas.

En efecto, el principesco legislador Christian Ritondo, a quien algunos definen como "la pata menemista/policial" de esa agrupación empresaria, observó un proyecto del legislador Adrián Camps -PSA, nada que ver con el general- que propone derogar la “ordenanza” 23.617 sancionada por la dictadura militar por la cual se prohíbe jugar al fútbol en los parques de la ciudad y se permite, por omisión, la práctica del polo.

No es nada raro que un día de estos, el propio Mauricio Macri salga a practicar polo en alguna de las plazas de la ciudad mientras sus RRG (repartidoras rentadas de globos) nos descubren las delicias de la gestión neoliberal. 

miércoles, 1 de junio de 2011

Un techo (digno) para mi país

"Un techo para mi país" es otra de las ong's bienintencionadas que nos llena los ojos de lágrimas.
Desde ayer, en la Plaza de Mayo podemos ver cuál es la vivienda que los chicos ricos de "Un techo para mi país" quieren para todo el mundo, claro que sí:

Una casilla, un rancho de madera, una porquería. Hasta la época de Frondizi, años '60, las villa miseria se llamaban villas miseria. Desde entonces, y como el gobierno desarrollista comenzó un plan de erradicación y urbanización que incluía reemplazar los ranchos de lata por coquetas viviendas de hierro galvanizado, semicilíndricas, se convirtieron en "villas de emergencia". Luego llegaron los asentamientos.
Para mi país, y para quienes no tienen vivienda, yo quiero esto otro:



Si usted es un PEP, tenga cuidado

Ayer pasé por una casa de cambios para hacer un trámite no habitual, al menos para mí: transferir 50 dólares a la orden de una universidad de Ecuador para inscribirme en un congreso técnico y científico.
Ya se sabe: esas reuniones son  una oportunidad inmejorable para visitar playas exóticas, hacer nuevos amigos, aprender idiomas,  comer platos extravagantes, hacer algún negocio sobre patentes y marcas, y eventualmente, enterarme de las últimas novedades o chimentos científicos. Entre los especialistas de la ciencia que cultivo, y presumo en el resto también, los asuntos tipo Strauss-Kahn son cosa de todos los días: todo sea por el Progreso.
Saqué un número y esperé.
Expliqué mi situación a la señorita que me atendió:
- Quiero transferir 50 dólares.... etc.
- ¿Usted es empleado estatal?- me preguntó con exagerada amabilidad.
Sorprendido, respondí que sí, que era empleado del Conicet. ¿Cómo se había dado cuenta? ¿Tenía cara de burócrata? ¿El tráfico de expedientes me había dejado marcas en la cara, o había impreso algún rasgo específico al modo de empuñar la lapicera con la que rellené disciplinadamente el formulario AFIP 203-1?
- ¿Y también es un PEP? - me preguntó la empleada de la casa de cambios.
Estuve tentado de responderle:
- ¿Lo qué?- pero me contuve.
Mientras negaba con la cabeza y leía al mismo tiempo el formulario que debía firmar como declaración jurada, recordé una serie de siglas. El mundo está lleno de siglas ambiguas, y anoté mentalmente:
OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte: países aliados opuestos al Pacto de Varsovia, entre los cuales se encuentran Grecia, Italia y Turquía, que no tienen costas en el océana Atlántico. Eso es jauretchiano.
ALCA, o mejor, Alca-rajo, esa a cuenta del chavismo.
ITS, Inútil para todo Servicio, ese es el sello que me estampó con cara de asco un suboficial del glorioso Ejército sanmartiniano en Campo de Mayo, en épocas de la colimba.
NAFTA, un combustible en algunos países de habla española (en otros es gasolina) y el tratado de comercio entre México, Canadá y EEUU que produjo la desaparición de 4.000 variedades autóctonas de maíz mexicano en favor del maíz RR ® (Round-Up Resistent) de Monsanto.
PSA, Partido Socialista Auténtico o Antígeno Prostático Específico, este último porque ya se sabe, llegada cierta edad...
OMS, Organización Mundial de la Salud, otrora Organización Mundial de la Salud y hoy departamento de marketing global de los grandes laboratorios multinacionales.
- ¿Me quiere explicar que es eso de PEP?- pregunté mientras estampaba mi firma en la declaración jurada.
- Persona Políticamente Expuesta- me respondió amablemente la empleada.
- Entonces no es PEP sino PPE...- soy un corrector compulsivo.
- No, es por su versión en inglés, Polliticaly Exposed Person, PEP- dijo y remarcó ella en un impecable inglés comercial, como si yo fuera un marciano o un ser con capacidades diferentes.
Perplejo a más no poder, terminé el trámite y salí de la agencia de cambios con mi reaseguro para el Congreso ecuatoriano en el bolsillo.
Más tarde, en la oficina y con una pila de expedientes delante de los ojos, compuse mentalmente mi versión sobre PEP o PPE.
Lavado y blanqueo de dinero, eso. Transferencias ilegales de divisas. ¿Pero por qué "políticamente expuesto"?
Las definiciones disponibles en internet dicen más o menos esto: Persona Políticamente Expuestas o “PEP”, son aquellas que desempeñan o han desempeñado funciones públicas destacadas en un determinado país. Esta categoría incluye, por ejemplo, jefes de estado o de gobierno, políticos de alta jerarquía, funcionarios de gobierno, judiciales o militares, altos ejecutivos de empresas estatales y funcionarios importantes de partido políticos, que debido a su condición especial de PEP, por razones políticas dentro de sus países de origen o quizás diplomáticas cuando se desempeñan en el extranjero, reciben un trato diferencial y de suma discreción.
O sea, se da por descontado que si vos sos político o funcionario estatal, lavas dinero sucio proveniente del narcotráfico, contrabando de armas, trata de mujeres y corrupción.
Asocié de inmediato con la ong bienintencionada denominada Poder Ciudadano, sucursal argentina de Transparency International, que pone la lupa sobre la transparencia estatal y es financiada por oscuras multinacionales que no dan cuenta a nadie de sus contabilidades dobles.
Todo el mundo sabe que el dinero del narcotráfico se blanquea en los bancos multinacionales (el Citicorp es el mejor ejemplo) y que esa circulación es vital para la buena salud del sistema bancario global. Pero no existe un Poder Ciudadano que vigile esos manejos.
Si sos un empresario que fuga capitales, sos políticamente correcto.
El mundo se maneja de un modo incomprensible.






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martes, 31 de mayo de 2011

CV de Guillermo Dietrich, el del metrobus

JOVEN ARGENTINO. Look Guasón, mucha plata, decididamente tonto. En varios sectores del Metrobus, si un colectivo se descompone, queda totalmente bloqueada la Avda Juan B. Justo. Presumo que habrá allí un camioncito amarillo del Pro alquilando bicicletas amarillas y globos multicolores. Que paquetería!




El titular de Transportes de Mauricio Macri, Guillermo Dietrich, se considera a sí mismo un guerrillero del marketing. Puááá!!
Dietrich es titular de la Cámara de Comercio Automotor y de la empresa que lleva su nombre, concesionaria Wolkswagen y Seat.
Otro Guillermo Dietrich, general del Ejército, fue interventor de la desaparecida Empresa Nacional de Telecomunicaciones, Entel, en su época desguazada por la acción combinada de sus dos proveedoras de tecnología: Siemens y Standard Electric.
Otro Dietrich, mayor del Ejército, con el alias de León, integró junto con el Nabo Barreiro (alias: Hernández) y el capitán Bergez (alias Vargas o Gastón), el cuerpo de interrogadores que trabajaban a las ordenes de los ex-generales Menéndez (comandante del Cuerpo de Ejército 3) y Santiago (segundo comandante) en el campo clandestino de La Perla, Córdoba.

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