NESTOR Y MAURICIO Y EL ACTO DE DESCOLGAR CUADROS Y PEDIR DISCULPAS
Por: Eduardo Di Cola*
El presidente Kirchner con Juan Carlos Livraga, sobreviviente del fusilamiento de José León Suárez en 1956.
La historia se repite. Ayer con los cuadros, hoy con el pedido de disculpas. De ahí que no deba extrañarnos la actitud del Ministro Prat Gay en España disculpándose en nuestro nombre ante quienes nos saquearon, los mismos que están presos en su propio país por haber cometido delitos similares.
De
nuevo, una misma y simple actitud que surge como gesto de buena
educación y en principio inocua, marca una sustancial diferencia en lo
esencial. Cuando Néstor Kirchner pidió disculpas lo hizo en nombre del
Estado por las atrocidades cometidas en contra de sus propios
ciudadanos. Los dos apelaron a las disculpas, pero ¡Que distancia en su
significación!.
Si
estuviéramos frente al desafío de definir a la actual gestión en unas
pocas palabras, nos bastaría con simplemente comentar que es el gobierno
que se disculpó ante España y cuyo Presidente retiró de su despacho los
cuadros de San Martín y Belgrano. Todo lo demás, lo económico,
cultural, político y social, es su lógica consecuencia.
Cuando
Hipólito Yrigoyen ganó las elecciones, fue entrevistado por el
Embajador inglés para recordarle la costumbre de los presidentes
argentinos de consultarlo para las designaciones en su gabinete.
Yrigoyen le respondió notificándole que esa costumbre con él había
terminado. Cuando asume, el embajador insiste pidiéndole una entrevista,
y para que no quedaran dudas de cual era la decisión, Yrigoyen
acondicionó la sala de espera de tal forma, que el embajador tuvo que
aguardar ser atendido sentado de frente a un cuadro que mostraba al
comandante ingles William Beresford derrotado en la primera de las
invasiones inglesas. También en este caso la mera anécdota de un cuadro
es suficiente para comprender y definir la orientación de un gobierno
como fue el de Don Hipólito.
* Ex Diputado Nacional