viernes, 4 de mayo de 2012

Mucha estatización de YPF pero poca pelota al Zoológico de La Plata


Uno de los canales de televisión integrantes del periodismo independiente (la empresa que conducen De Narváez, Vila y Manzano) nos informa sobre la crítica situación que se vive hoy en día en el Zoológico de La Plata como consecuencia de la reducción, en un abominable 20%, del presupuesto destinado a la alimentación de los animales.
Esta restricción, producto de la generalizada contracción de la economía que sufre el país desde 2003, tuvo una cruenta consecuencia: el chimpancé “Carlos Saúl” atacó a su cuidador, engullendo en un santiamén lo que el primate debe haber considerado la parte más apetitosa de la humanidad del pobre trabajador tercerizado.
No trascendió cuál. 
A raíz de tal incidente (que puede repetirse con la población escolar que concurre habitualmente al lugar) militantes de ong’s defensoras de los derechos humanos de los animales protestaron por la restricción presupuestaria de la que es víctima un sector vulnerable y discriminado de la sociedad. 
Una de ellas fue Laura Alonso, a quien vemos en la foto junto con su compañera de pilates, Gladys González.

La Alonso cultiva varios hobbies: es diputada pro, integra Poder Ciudadano, tiene twitter y colecciona bonsay. 
Para los poco informados, Poder Ciudadano es una ong financiada por la multinacional Repsol que se dedica a perseguir funcionarios públicos. Se le critica por no poner el mismo empeño en vigilar a funcionarios privados.
La Alonso aprovechó su banca para denunciar en el Congreso la crítica situación de los animales del Zoológico de La Plata provocada por la desidia acumulada del cuidador del mono, su director, el intendente de la ciudad, el gobernador bonaerense y, cómo no, de la responsable de todos nuestros males: Cristina Fernández de Kirchner. 
El suyo no fue un discurso medido: bizqueando por la indignación (totalmente histérica, acota un atento lector) , acusó a todos de formar parte del Eje del Mal y (buena lectora de Edgar Allan Poe, al parecer) señaló con su dedo acusador al diputado Larroque.  En efecto, no suele haber cuervos en los Zoológicos porque tienen mala prensa, pero siendo como son una metáfora de todo lo ominoso, pueden equipararse, en el universo mental de la Alonso, a un Estado presente, a lo público, a lo popular, a lo bolivariano, a la independencia económica, la justicia social y la soberanía política y obviamente, a lo kirchnerista.   
Consultada por este blog, la diputada confirmó que los más afectados son los primates prisioneros en La Plata.
Si no se resuelve la situación, todos los cuidadores tercerizados del zoológico corren peligro: los animales no se detienen en cuestiones éticas para conseguir su ración diaria de alimentos.
Entretanto, una secta secreta conocida como La Cámpora amenazó en un comunicado con exterminar a todos los bichos recluidos en el zoológico: “Nosotros vamos por la sindicalización de los cuidadores”, se lee en el comunicado que circuló clandestinamente por las redacciones.
Ojo, gorilas.  

jueves, 3 de mayo de 2012

Por la autodeterminación, cuando nos conviene


La foto que se publica abajo muestra las cómodas y diría, casi lujosas, instalaciones de un campo de concentración de inmigrantes japoneses ubicado en el desierto de Arizona.

En ese confín árido de la patria de Al Capone, Marilyn Monroe, Mark Twain y Elliot Ness, las temperaturas diurnas alcanzan cómodamente los 42°. Y es probable que dentro de las viviendas construidas con chapa galvanizada hayan llegado a 65°, pero como sabemos (por los programas de la CNN) los individuos de raza amarilla son pacientes, sufridos, soportan temperaturas extremas, tsunamis y explosiones nucleares. 
México fue despojado de Arizona en nombre del destino manifiesto de EEUU.

Esto, lo de los campos de concentración, sucedió durante la Segunda Guerra Mundial, luego de Pearl Harbor, y los internados eran, en su mayoría, ciudadanos estadounidenses de ojitos estirados con todos los papeles en regla.
Sobre el ataque, cierta corriente revisionista histórica (allá también tienen a sus Pachos O'Donell's) afirma que el presidente Roosevelt conocía las intenciones japonesas; que decidió dejar en la rada unos cuantos buques a punto de ser radiados de servicio, y que tuvo así el argumento necesario como para entrar en guerra. En efecto, los salarios pagados a los 15 millones de soldados yanquis que se desplegaron en todos los frentes, mas ingentes adquisiciones de material bélico, sacaron a ese país de la recesión.
Aunque siempre se ha subrayado la tara nazi de reconocer la existencia de razas inferiores y superiores, es suficiente con mirar unas cuantas horas de CNN, si eso se soporta, para concluir que los norteamericanos también clasifican a la especie humana con el mismo criterio cuestionable: ¿ustedes dónde pondrían a George Bush (h) o a Ronald Reagan? 
¿De haber nacido en la Alemania de Hitler, habrían pasado la prueba de la eugenesia dirigida por entusiasmo por el loco Heydrich? 
Las clasificaciones étnicas me resultan siempre sospechosas, y viendo lo que sucede en el mundo, afirmaría que en realidad Hitler ganó la guerra.
También los ingleses y los rusos (gulags) tuvieron sus campos de concentración.
Los primeros internaron a todos los ciudadanos de nacionalidad alemana que se hallaban en territorio británico al inicio de las hostilidades, y algunos revisionistas de la historia señalan que años atrás ya lo habían hecho en Sudáfrica y Kenia. ¿Acaso la Franja de Gaza no es una especie de campo de concentración de palestinos? 
Aquí vemos a unos keniatas recibidos amistosamente por soldados británicos.

Como en estos días, y a raíz de Malvinas, los británicos acuden una y otra vez al argumento de la “autodeterminación de los pueblos”, argumento que, debo recordar, fue característico de la estrategia soviética para los países del Tercer Mundo durante la guerra fría, viene a cuento otro hecho del que la historia todavía no se ha hecho cargo.
Sucedió así:
En las postrimerías de la guerra, miles de rusos rescatados por los aliados en los campos de concentración alemanes fueron embarcados rumbo a las islas británicas como expatriados. Se los concentraba cerca de Portsmouth y de allí, gracias a un acuerdo alcanzado por Stalin y Churchill, eran reembarcados periódicamente a Oddesa, en el Mar Negro.
(Todos los cinéfilos recuerdan la famosa escena de las escalinatas y los leones de Odessa).
Miles de soldados aliados, tomados prisioneros por los alemanes y rescatados por el Ejército Rojo, eran trasladados a su vez hacia los puertos del Mar Negro. Los transportes navales británicos iban y venían, llevando rusos y trayendo ex-prisioneros del bando aliado. Los ingleses se preocupaban por asistir civilizadamente a sus ocasionales amigos del bando comunista proveyéndoles ropa, comida, medicamentos y tabaco.
En cuanto desembarcaban, recibidos por una orquesta que interpretaba viejas canciones del folklore local, los repatriados eran prolijamente desnudados (la ropa tenía un gran valor para la diezmada población rusa luego de la invasión alemana) y se los fusilaba. 
A todos, sin excepción.
Fueron aproximadamente 12.000 los así eliminados, una bicoca si recordamos que Stalin mandó asesinar a unos 20 millones de leales miembros del PC soviético. Para él, todos los repatriados eran traidores, sea por haberse rendido a los nazis, sea por colaborar con ellos como trabajadores esclavos en la BMW o Krupp, o enganchados en las fuerzas armadas alemanas.
Churchill sabía de esta carnicería, pero no dijo una palabra. Acuerdos son acuerdos, y en ciertas ocasiones es menester dejar la autodeterminación para más adelante. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Adrián Ventura, cipayo


En el discurso que improvisó hace unos minutos, la Presidenta se refirió al odio ciego que expresan algunos (todos sabemos quiénes) contra el gobierno.
Es que Adrián Ventura, de TN, se mostró ofendido, victorianamente escandalizado por la actitud de la embajadora Alicia Castro en Londres.

La diplomacia, dijo más o menos Ventura, es una cuestión secreta y de largo plazo, y no se hace para el diario de mañana. Y la actitud de la embajadora, dijo, fue vergonzosa. Ventura se ha sentido avergonzado de estar representado por una mujer (Alicia Castro) que defiende la postura argentina.
En definitiva, se puso del lado del embajador William Hague y del gobierno británico como hace una semana de Rajoy, de Brufau y de cierto ministro español (esto lo ocultó Ventura) procesado por lavado de dinero en las Baleares, ese que nos amenazó con enviar la Armada Invencible.
Ventura es un verdadero caballero inglés. El amaneramiento verbal de sus comentarios (que hasta Jorge Asís imita bastante bien) me recuerda al de varios exponentes de la típica oligarquía argentina. Y quien se sorprenda, debe recordar que hay una vieja oligarquía, la de los apellidos fundadores de la patria mitrista (Anchorena, Martínez de Hoz, Duggan) como dijo un amigo, cuya fortuna fue amasada con la entrañable bosta de caballo de los ejércitos roquistas; y una nueva oligarquía, la que se fue conformando luego de 1955 y proveniente de posteriores etapas de inmigración: Gostanian, Menem, Eurnekian, Ventura, Werthein.
Me pregunto si es odio (como dijo la Presidenta) lo que los une. Es cierto que hay un odio gorila del que Lilita Carrió es su exponente más ligado a la enfermedad mental crónica. Pero sospecho que en su fuero interno, Cristina Fernández de Kirchner piensa (como peronista y no como Presidenta) que no es odio, que no es odio sino puro y simple cipayismo.
“Cipayo” es un término fuera de moda. Incluso algunos de quienes lo usan no conocen su origen otomano e inglés. Era la infantería de los ejércitos coloniales, reclutados entre los nativos.
Sin embargo, no solo la infantería nativa (de las colonias, luchando contra sus compatriotas) era cipaya. 
Hubo y hay un amplio pensamiento cipayo. Rudyard Kipling fue un nacido en Bombay a quien se recuerda como un escritor inglés que veneró el colonialismo. Su novela Kim y el poema Gunga Din son apologías a la traición y de la supremacía blanca en India. Kipling no era natural de la India sino hijo de un oficial británico y una mujer inglesa. Y lo menciono porque el diario La Nación, donde escribe Adrián Ventura, jamás oculta su veneración retrospectiva y la nostalgia por el colonialismo inglés.
“Cipayo” ya no está de moda.
Algunos dicen que, como cambiaron las épocas, es algo anacrónico. No lo es. Por el contrario, como desde hace un tiempo estamos todos juntos, confundidos y manoseaos, es necesario volver a distinguir, separar los tantos. 
Y no me vengan con lo de chauvinismo.
La mía es una especie de discriminación positiva que es preciso expresar en democracia: Adrián Ventura es un cipayo porque su pensamiento está situado en el Imperio, forma parte de la extendida familia antinacional, y su argentinidad se limita al pasaporte, documento que lo identifica y domicilio registrado.  

Alicia Castro, embajadora de lujo en Londres



La prensa argentina reproduce las repercusiones que tuvo la valiente intervención de la embajadora argentina Alicia Castro en un encuentro con el titular del Foreign Office británico.
El diario sensacionalista The Daily Telegraph opinó que William Hague fue emboscado (ambushed) por la representante de nuestro país.
“La autodeterminación no es un derecho que cada país o cada población tiene. Una provincia en mi país no puede decidir si quiere pertenecer a China”, dijo Castro.

Como escribimos en otra oportunidad, la "autodeterminación" fue una fórmula de negociación utilizada por el presidente Wilson después de la Primera Guerra Mundial para encontrar una solución a la fragmentación de los derrotados imperios Austro-Húngaro y Otomano. 
Esa fórmula fue una de las principales causas desencadenantes de la Segunda Guerra Mundial y tuvo sangrientas repercusiones 60 años después en Yugoslavia, uno de los tantos países sacado de la galera en la mesa de negociación. 
Esgrimiendo cuestiones étnicas y religiosas que la "autodeterminación" legitimaba, serbios, croatas, bosnios, macedonios y eslovenos se masacraron mutuamente en uno de los peores genocidios de la posguerra.

En la década del 30, Hitler (de nacionalidad austríaca) reivindicó la autodeterminación para anexar Austria y la zona entre Bohemia y Silesia (Sudetes) que incluía territorios polacos y checos. Los austríacos aplaudieron la entrada de los ejércitos alemanes. La política anexionista del régimen nazi en pos del "pangermanismo (autodeterminación) había comenzado en la propia Austria, que en 1919 se conformó como república con el nombre de Austria Alemana con explícita decisión de anexarse en el futuro a los pueblos de origen cultural germánico de Italia (Trieste), Eslovenia y los Sudetes
Sin embargo, al finalizar la guerra, ese país quedó del lado de las víctimas de la Alemania derrotada y apenas si hubo juicios contra los jerarcas nazis de esa nacionalidad. La verdadera razón era otra: en las fronteras austríacas se encontraba el temible Ejército Rojo que había logrado llegar a Berlín, definiendo el resultado de la guerra, antes que las vacilantes y casi derrotadas (a pesar de las películas de Hollywood) tropas aliadas desembarcadas en Normandía. 
Hoy, el Reino Unido no acepta la autodeterminación para la mayoría católica del Ulster (Irlanda del Norte), donde gobierna autocráticamente la minoría anglicana.
Tampoco la aceptó en Malasia, en Sudán o en la India, ni la había aceptado cuando se enfrentó con los bóers de origen germánico en Sudáfrica, donde se hicieron famosos el futuro ministro Winston Churchill y las latas de carne provenientes de Argentina.
Por lo que, como los derechos humanos, la autodeterminación no es un concepto vacío, un valor metafísico, sino una cuestión eminentemente política.
En efecto, como sostuvo nuestra embajadora Alicia Castro, una provincia argentina no puede decidir integrarse a China, a Chile, a Bolivia o a cualquier otro país. 
San Luis, por ejemplo, no puede independizarse en nombre de la autodeterminación de los puntanos, ni aunque lo quieran sus Graciosos Monarcas Rodríguez Sáa. 

martes, 1 de mayo de 2012

EL BAUTISMO DE FUEGO DE LA FUERZA AÉREA

Fue otro 1° de Mayo, durante la dictadura cívico-militar y la guerra de Malvinas, cuando la Fuerza Aérea Argentina desplegó una intensa actividad sobre la flota británica estacionada alrededor de las islas. Cliqueando aquí, todos los interesados pueden conocer los detalles de esas operaciones. Resalto unas líneas: el Reg. 25 de Infantería, al mando del Coronel Mohamed Alí Seineldin, soportó casi 50 toneladas de bombas, que no realizaron daños de importancia en la pista de Puerto Argentino, y a su vez, al grito de ¡Viva la Patria!, los soldados del 25 reprimieron el intento de desembarco inglés con fuego de metralla...
Bueno, ahora se entiende mejor.
Se habla mucho de "malvinización" o "desmalvinización". Lo cierto es que el pasado no puede construirse en base a la mentira: 
El verdadero bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina no fue el 1 de Mayo de 1982 sino el 16 de Junio de 1955.
Fue ese día cuando los aviadores dispararon por primera vez ametralladoras y arrojaron bombas sobre sus propios compatriotas.
No existía en aquel entonces ni siquiera el argumento falaz de la "subversión". 
El teatro de operaciones no era el área marítima donde anclaban los HMS (1) Arrow, Glamorgan, Alacrity, Shefield, etc., sino una zona urbana, la que tenía como eje a la Avenida de Mayo y corría desde la Casa Rosada al Congreso, pasando por la estrecha Plaza Lorea donde más muertes inocentes se registraron. Los blancos no eran gurkas armados hasta los dientes, ni paracaidistas escoceses ni integrantes de los comandos SAS, sino civiles y compatriotas desarmados, maestras que apuraban el paso para llegar a tiempo a sus escuelas, chicos con guardapolvos blancos (blancas palomitas), jubilados y comerciantes, trabajadores y, por cierto, unos cuantos sindicalistas que pedían armas para defender "al régimen". Esos valientes que ametrallaban desde el aire, dijeron luego, querían matar a Perón. Un poco demasiado excesivo para un hecho que podría resolverse con un puñado de asesinos entrenados, decididos y de a pie.
Es preciso no olvidar lo que hicieron esos cobardes.
Se decía en aquel entonces que la Fuerza Aérea era tan peronista como británica la Armada. El Ejército, entretanto, abandonaba su tradición prusiana y adquiría gradualmente el estilo de EEUU.
Con su habitual ironía, Jorge Abelardo Ramos escribió alguna vez que los uniformes de los marineros argentinos incluían un pañuelo negro de luto, en memoria del almirante Nelson herido mortalmente en Trafalgar.
La Fuerza Aérea Argentina había sido equipada con adquisiciones a la industria británica: cazas birreactores Gloster Meteor, transportes bimotores Bristol y bombarderos cuatrimotores Avro Lincoln.
Fueron justamente esos Gloster con base en Tandil los que ametrallaron a multitudes civiles a lo largo de la Avenida de Mayo junto con algunos Vought F4U Corsario y North American AT6 Texan de la Armada provenientes de Punta Indio (Nota: información ampliada gracias a las observaciones de un lector).
Uno de los pilotos más entusiastas de tal masacre fue el capitán Osvaldo Cacciatore (cazador, en italiano), quien tras su raid enfiló valientemente proa a Montevideo. En esos años, Uruguay era el refugio habitual del antiperonismo. 
Perón degradó a Cacciatore, aunque debió fusilarlo por traición a la Patria. La Revolución Libertadora no se limitó a reincorporarlo: lo ascendió a brigadier por los patrióticos servicios prestados.
La dictadura cívicomilitar de 1976-1983 fue un golpe antiperonista. Además de Cacciatore, también Martínez de Hoz, Perriaux, Massera, Suárez Mason, Licciardo, etc., habían sido partícipes activos de la Libertadora. 
El plan económico de la dictadura se propuso como objetivos primordiales desarmar hasta sus cimientos los derechos sociales institucionalizados por el primer peronismo, destruyendo asimismo el sector público cuyo objetivo era poner la economía al servicio de los ciudadanos y no al revés, al de las corporaciones o de otras naciones. 
Se entiende así por qué una empresa como Acindar fue tan beneficiada por Martínez de Hoz (su ex-presidente del directorio) mediante protecciones arancelarias y créditos a tasa subsidiada: sus dueños, los Acevedo, se habían iniciado en los últimos años '30 como testaferros del Grupo Bemberg. 
La constructora Acevedo-Shaw fue una de las empresas del Grupo liquidadas por el gobierno peronista. 
Los Acevedo y los Bemberg decían que eran objeto de persecución por inquina personal de Evita contra "los oligarcas". Lo cierto es que eran investigados por una monumental evasión impositiva desde 1936.
Lo cierto es que el peronismo tan estúpidamente criticado por la izquierda dogmática, había otorgado a sus trabajadores la propiedad de todas las cervecerías del Grupo, comenzando por la Quilmes. El 50% de las acciones quedó en manos de los obreros, y la otra mitad se repartió entre el Sindicato de Cerveceros y la CGT.     
Con libertad (y memoria) no ofendo ni temo.El verdadero bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina no fue el 1 de Mayo de 1982 sino el 16 de Junio de 1955.

NOTA A PIÉ DE PÁGINA
(1) La denominación "HMS" se refiere a todos los navíos de la Armada británica. Textualmente, "navío de Su Majestad". No se creía necesario aclarar que Su Majestad era la que reinaba en Inglaterra acaso porque era la Única Majestad del Mundo. Desde el siglo XVI, China tenía una similar cosmovisión. Para los chinos, el Celeste Imperio ERA EL MUNDO. Los comerciantes británicos que llegaban a Hong Kong, Goa, etc., debían hacer un trámite previo antes de comprar y vender mercadería (preferentemente opio): era obligatorio declararse leales súbditos del Emperador chino, algo que aceptaban con entusiasmo dado su proverbial pragmatismo.

La víctima de los carniceros que ilustra la foto, una mujer que perdió su pierna como consecuencia de los ametrallamientos, fue hallada por funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos en 2011. Nunca había iniciado acciones legales ni reclamado resarcimientos por su invalidez. Sólo se convirtió en parte de la Argentina invisible. 


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