sábado, 11 de abril de 2015

TRANSPARENTANDO



No existe casi nada más opaco que el propio capitalismo hegemonizado por las corporaciones multinacionales hegemonizadas por el capital financiero.

Sin embargo, la transparencia es uno de sus tópicos habituales. 
Para los voceros del capitalismo financiero dominante, el mundo es un simulacro de transparencia. En  el caso particular de la ciudad de Buenos Aires, una transparencia amarilla.

Existe una dudosa y opaca ong denominada Transparencia Internacional, y en fin, esos y cualquier otro pueden mentar la transparencia mientras se esconden tras de un disfraz. 
Laurita Alonso es un buen ejemplo de ello: VitalVoices, vocero oficioso de los fondos-buitre. Macri otro, cuando reafirmando su transparencia ante la gente, oculta que su programa es de derecha aprovechando la desmemoria y el disciplinamiento social.
Opacas son las sociedades anónimas cuyos miembros son desconocidos para el colectivo. Y mucho más, porque esa sociedad es controlada por una segunda, esta segunda por una tercera, y así hasta perderle el rastro, rastro que suele terminar en un paraíso financiero: como por ejemplo Delaware o Islas Caiman, y me refiero al Grupo Clarín. 
O las Islas Vírgenes, donde el dinero de Matilde Noble Mitre Saguier está a salvo del control argentino. Fíjense en esos apellidos en una sola persona y saquen sus conclusiones. La dueña de La Nación. MNMS Ltd. Barton Corp., todas en Islas Vírgenes. El país sujeto a mafias muy reducidas: Mitre, Saguier, Noble, Macri, unos pocos más.
Es decir, la transparencia en jaque por las mafias que nos gobiernan en las sombras.
Tanto o más opacas son las ong, que ni siquiera están reguladas: hacen declaraciones casi siempre en nombre de colectivos desconocidos, y están presididas vaya uno a saber por qué desconocido personaje.
Y los bancos, que esconden su verdadero carácter tras las cuentas numeradas.

Casi todo lo que se presenta o aparece (o simula ser) transparente hoy en día, en realidad es opaco.

Como turbia es la elección arbitraria (elección y arbitraria son términos contradictorios) del título, ya que el gerundio es la más opaca de las conjugaciones verbales, indefinida en tiempo, modo, número y persona
Transparentando aquí como en Tailandia o Suiza, en 2015 como en 1324, en el 506 y en el 2000 también, en plural como en singular. 
¿Somos muchos, somos pocos, no somos, estamos aquí, o allá o en ninguna parte? Le falta cierta cualidad de la "acción" a ese gerundio.




Un ejemplo de "transparencia " es el nailon o naylon o nilon, un polímero de uso textil que pertenece al grupo de las poliamidas, y como no podía ser de otro modo, ha sido patentado por la química multinacional Dupont, de propietarios desconocidos. 
Reemplazó eficazmente a la seda ya que hoy resulta antieconómico ("fuera de escala") preservar larvas y moreras de la polución que invade el planeta… en parte gracias a los venenos invisibles que esparce por el aire la misma multinacional Dupont.
En los años 50, las medias femeninas de nailon –nylon o nilón- con costura eran un símbolo erótico cuando ésta -la costura- se presentaba derechita y estirada, y de pasado erotismo, desprolijidad o decrepitud cuando zigzagueaba o se abombaba.

O acaso el verdadero atractivo, para los hombres, estaba en las piernas femeninas ocultadas a medias, o resaltadas por las medias. En esa época pasada, el erotismo consistía, en parte, en velar parcialmente lo bello para hacerlo más seductor.
Hablo del ubicuo erotismo.

Hoy en día, es posible que esta construcción cultural de occidente- haya desaparecido, pero también cabe preguntarse si no ha sido privatizado, convirtiéndose en un recurso visual de la comunicación consumida por millones o miles de millones de autómatas consumidores que ni siquiera conocen el término "erotismo". 
Me pregunto, no concluyo. Quizás sólo cambió: para algunos sobrevive, para otros no.

Otras civilizaciones tendrán sus propias significaciones de “lo erótico”: me resulta imposible encontrar erotismo en una película japonesa de antes que occidente lo invadiera luego del bombardeo nuclear, por ejemplo. 
No digo que no lo haya. Hay erotismo en los velos que ocultan parcialmente los rostros femeninos del islam, pero vivimos dentro de una civilización moldeada al gusto de cierta burguesía que no pretende menos que universalizarse convirtiéndose en el sentido del sentido. Pretende, a pesar de Fukuyama y los hegelianos en general.

Un erotismo inmanejable puede desatar rebeldías desestabilizantes, y es potencialmente peligroso para el violento traspaso y concentración de riqueza que se está produciendo en el mundo. Ha llegado la hora de cierto comunismo consumidor que expulsa, segmenta el consumo, deslocaliza y busca indefinidamente concentrar poder y el sentido de todos los sentidos Las rebeliones de París terminaron hace mucho tiempo, y habrá quienes se apropiaron de su contenido convirtiéndolas en imágenes de remeras para consumir masivamente, cada una de ellas "exclusiva para vos". Además del erotismo, también la sátira es una significación universal de la burguesía: preguntemos por Charlie Hebbdo y sus consecuencias.

En definitiva, tras estas generalizaciones que parecerían conducir a poco y nada, podría anotarse que el nylon es o fue un epítome de "transparencia". No se si entienden mis asociaciones.
Por otra parte, tenemos "ucronías" en otra libre asociación.

Si utopía es lo que no existe en ningún lugar (como la de Tomás Moro), ucronía es lo que no existe en ningún tiempo.



Por ejemplo, imaginemos que el general Perón no fue derrocado: ¿qué puede suceder desde el 16 de septiembre de 1955, que puede inventarse a partir de esa ucronía? 
No hubieran sucedido los fusilamientos de José León Suárez, Livraga -con un tiro supurante en la cara- no habría manejado el colectivo 9 que pasaba por Villa Maipú, Troxler no se habría paseado siempre atento con su polera por entre los manifestantes de Avenida del Libertador alrededor de la vivienda de Perón. La hipótesis del cerco.
Y así.
Asistamos al espectáculo de películas hollywoodenses donde los actores pueden hacer personajes como un centurión romano, un emperador persa, un salteador medieval, un pirata de Tortuga o un hombre del futuro, pero que siempre actuarán y hablarán como hombres y mujeres de ahora mismo
Bueno, por algo son espectáculo para estos espectadores y no lecciones de historia. 
Es difícil encontrar el lugar de la diversidad, el Otro, en un mundo que ostensiblemente tiende a la homogeneización pero también a mostrarnos ese otro falso, velado, que quiere mostrarnos el poder. 
Me pregunto, no concluyo: ¿por qué el mundo, la civilización, permite o impulsa la diversidad de sexos o géneros, pero obtura ostensiblemente un Otro distinto, el islámico por ejemplo, o el de esa nación en construcción (nosotros) a la que se le asignó (desde siempre, desde Potosí y su plata), el rol de proveedores de materias primas? Aquí hay gato encerrado.  

Y en esta ucronía que imaginamos a propósito de las transparencias, Dante Alighieri reescribe constantemente su Divina Comedia, agregando nuevos figurantes. 

En esa ucronía, Laurita Alonso se suma a alguno de los círculos del infierno, condenada a repetir "él me dijo que Cristina era la responsable de todo".
Se suma una Patricia Bullrich Luro Pueyrredón condenada a no alcanzar nunca el vaso de whisky que le alcanza sin alcanzarle uno de los acólitos del infierno. 
Se suma Nelson Castro en un mohín amargo. 
Se suma el niño Maurizio, en un universo de carteles amarillos que repiten Horacio y Gabriela, y hasta se suman ellos mismos -Horacio y Gabriela- en ese otro que se oculta.
El Mal no tardará en mostrarse en toda su opacidad, aunque se vista de amarillo.
Pero no ganará: al menos no en Argentina.

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