sábado, 21 de agosto de 2010

Lozano da testimonio de fe progresista y gana el grupo A



En la revista-zoom se produjo una reyerta interesante entre su editor, Carlos Benítez, y Carlos Eichelbaum. Teodoro Boot tercia así sobre el apoyo "abstracto" de Proyecto Sur al 82 por ciento móvil:





Un editorial de Carlos Benítez en la revista Zoom haciendo propias las palabras del diputado Sabatella (“Proyecto Sur le dio quórum a la derecha y entregó la posibilidad de que el 82 por ciento se financiara legítimamente (...) En cualquier caso, (Proyecto Sur) termina siendo la pata progre de la derecha”) motivó un airado comentariode Carlos Eichelbaum preguntándose –y preguntándole– si Benítez es sordo o ciego o ambas cosas.
De movida nomás, y valiéndose de la técnica de empezar la película arrojando al rostro del espectador una torta de crema,
Eichelbaum demuestra que si Benítez es sordo y ciego, él lo acompaña solidariamente en su padecimiento pues intenta refutarlo diciendo justamente lo que Benítez dice.
Aclaremos:
ni Benítez ni Sabatella dicen que el proyecto de Lozano no contemplara fuentes de financiamiento (que es lo que argumenta Eichelbaum para aseverar que Benítez es sordo y ciego): lo que ambos dicen es que Lozano dio quórum para que en el recinto se votara una ley sin que se previese el debido financiamiento. Y no dicen mucho más que eso, fuera de conjeturar que tal comportamiento colocaría a Proyecto Sur como ala izquierda de la derecha, o algo así.
Es posible también que el compañero Eichelbaum tenga dificultades para comprender los textos que lee, lo que no sería extraño: pispeando los comentarios que suelen despertar las más diversas notas en los más diferentes blogs, es tan asombrosa la cantidad de personas que se ven afectadas de esa misma deficiencia, que uno no sabe si atribuirla a una epidemia, al estado del sistema educativo, a la humedad ambiente o a un trastorno psíquico que impide comprender el sentido de las palabras de otro, atribuyéndoles una intencionalidad que tal vez no tengan y que, en todo caso no manifiestan.
Lozano y Eichelbaum se sentirán en la vida en virtuosa soledad y está bien que así sea si acaso aspiran a ingresar en el santoral, pero en la cámara de diputados, en la política, en la historia y en la vida real de las personas comunes que no esperamos nada de una improbable existencia ultraterrena, cada cosa que uno hace sirve para que no se haga otra, y cada cosa que deja de hacer permite que se haga una diferente, de resultados probablemente opuestos a los que aspira. En síntesis: cada acto u omisión tiene consecuencias.

Ocurre que, nos encontremos o no en virtuosa soledad, la realidad no depende de nuestra única decisión sino del concurso de una mayoría suficiente de decisiones en razón de lo cual hay oportunidades en que resulta prudente agarrar la virtuosa soledad, ese virtuoso aislamiento, y metérselo bien adentro del bolsillo.
Y ésta ha sido, precisamente, una de esas oportunidades perdidas: tanto Lozano como los demás diputados de Proyecto Sur sabían perfectamente que los miembros del grupo A jamás votarían su propuesta de financiamiento. Entonces, ¿a santo de qué dar el quórum permitiendo que el grupo A impusiera su criterio –si hemos de creer en las palabras de Eichelbaum y Lozano–, antagónico al de Proyecto Sur?
¿Para qué? ¡Para “dar testimonio”, como los santos mártires? ¿Y a quién diablos le importan como no sea al propio señor Lozano el testimonio o la virtud del señor Lozano?

Y conste que no es ésta la primera vez que el señor Lozano privilegia su propia y personal noción de la virtud sobre el interés de sus paisanos, lo que está bien para un místico religioso pero no para un representante popular. Otro tanto y de modo casi calcado hizo cuando el debate por la imposición de retenciones móviles: votó por su propio, solitario, virtuoso proyecto en vez de sumar su voto y su parecer para mejorar el defectuoso proyecto que los demás diputados ya habían mejorado bastante, de manera de ayudar a los pequeños productores y a la vez impedir que la suba de precios internacionales arrastrara a los precios internos (es por culpa del precio internacional del trigo y, aunque módicamente, también de la virtud del señor Lozano, que hoy pagamos el pan más caro que ayer).
Más arriba dije “si hemos de creer en las palabras...”. Y, en efecto, hay que creer en las palabras. ¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué caer en la tentación parasicológica de “adivinar” las intenciones ocultas de Proyecto Sur o de cualquier otro?

Por los frutos los conoceréis, decía san Pablo. Y suele ocurrir que los frutos de la acción humana, de toda acción humana, tengan sabor agridulce, con lo que conviene tomarlos al bulto y sin detallismos ni sicologías. Y tomando las cosas al bulto, sin recurrir a las interpretaciones paranormales ni a la jeremiada a la que suelen ser tan afectos los dirigentes y militantes políticos en general, convendremos en que Lozano y los demás diputados de Proyecto Sur cometieron un error. Un error serio, pero no más que eso. Y que la intencionalidad la adivine Horangel.
Se trata de un error serio, pero no tan grave como pretende el oficialismo: todos y cada uno sospechan que, al final de cuentas el Poder Ejecutivo vetará la mentada ley, pagando así el costo de gobernar. Vale decir, el costo de tener que actuar con sensatez en medio del delirio general, que es el kharma de quien gobierna o de quien esté cerca de hacerlo, lo que evidentemente, no es el caso de Proyecto Sur. Ni lo será, al menos mientras sus dirigentes se dediquen a dar testimonio en virtuosa soledad, como los santos, los locos y los idiotas.
Unos y otros estamos perdiendo una magnífica oportunidad para discutir seriamente sobre el actual sistema previsional, inviable, insustentable, con 82% o sin él. Un híbrido deforme retorcido por Cavallo para “competir” en desventaja con el a primera vista más atractivo sistema de jubilación privada. El principio del sistema solidario se basa en que son los trabajadores activos quienes subsidian a los retirados o a sus viudas, lo que puede estar muy bien para tiempos de pleno empleo formal y de temprana mortalidad, que no son los que corren. Se ha visto también, y sobradamente, que el sistema de ahorro previo es inadecuado y no cumple con su propósito aparente: por el contrario, más allá de la literatura de ocasión, la estatización del sistema y de los fondos de las AFJP se debió a que los jubilados privados debían ser ayudados por los fondos públicos a fin de que sus haberes apenas si llegaran al índice de indigencia.
La estatización de los fondos de las AFJP otorga hoy al Anses una caja lo bastante holgada como para financiar hoy cualquier ocurrencia, pero no para seguir financiándola mañana. Dicho sea de paso, resulta absurdo que una administración que tiene recursos para afrontar cualquier disparate de hoy, tenga un buen, o al menos un conservador manejo de esos fondos frente los embates demagógicos de una oposición que aspira a administrar mañana lo que será un gravoso déficit provocado por su dispendiosidad de hoy. “Pan para hoy y hambre dentro de cinco años” debería ser el leit motiv de quienes gobiernan hoy y seguramente no lo harán dentro de cinco años, no el de los que no gobiernan hoy pero aspiran a hacerlo dentro de cinco años.
El kirchnerismo –que mal que le pese al compañero Eichelbaum– ha demostrado (por las razones que sea, e incluso si fuera por las motivaciones perversas que le atribuye el señor Eichelbaum) alguna vocación nacionalista y una cierta orientación popular, junto a Proyecto Sur, Encuentro Popular, acaso el socialismo y algunos sectores de la UCR si es que aún queda algún resabio alfonsinista ahí, deberían discutir un nuevo diseño de la seguridad social y un nuevo concepto de los derechos sociales, en vez de disputar por tonterías, absurdos y chicanas de frenopático.
¿Son la salud, la educación y la seguridad los únicos derechos sociales básicos y universales? ¿No debería serlo también la vivienda? ¿Es la jubilación un asunto que compete únicamente a los trabajadores o es un problema de toda la sociedad? Y si la aspiración a una jubilación digna es, como lo dice la letra, un derecho constitucional ¿Por qué su costo debe recaer sobre las espaldas de los trabajadores?
Disgresión, ma non troppo: sería útil que los jubilados que reclaman el 82% por tratarse de su dinero, entendieran que los fondos del Anses no son de los jubilados, sino de todos los trabajadores,
con lo que sería más justa la aspiración de Moyano o de Yaski a decidir sobre su utilización que lo que se le pueda ocurrir a Carrió, Kirchner, Boudou, Lozano o a ese mismo jubilado.

Y continuamos: si la jubilación es un derecho garantido por la Constitución, se trata entonces de una responsabilidad social y, en consecuencia, de una obligación estatal.
La actualización del sistema jubilatorio, su adaptación a las actuales formas de trabajo y contratación, es una materia pendiente de ser discutida y analizada, que es a lo que debieran abocarse los dirigentes políticos en vez de perder el tiempo, la saliva y la poca sesera que les queda en polemizar alrededor de un porcentaje abstracto, de una cifra tan mágica como vacía, más propia de la Khabala que de la economía y la seguridad social.
Si suena justo que los trabajadores pasivos cobren en relación a lo que aportaron y a la vez la jubilación digna es un derecho de todos los ciudadanos mayores, independientemente de su aporte y más allá de que alguna vez lo hayan hecho ¿quién debe pagar el monto mínimo jubilatorio? ¿El Anses o el Tesoro?
Si el Anses redistribuye de acuerdo a lo aportado, los fondos para la jubilación mínima deben salir del mismo sitio del que salen los fondos para la salud y la educación públicas, si es acaso alguna vez podamos reconstruir un sistema nacional de salud y educación. Y financiados del mismo modo, de acuerdo al presupuesto votado por los legisladores. Y es que, al menos, hasta donde uno sabe, los derechos constitucionales deben ser garantizados por el Estado, no por los trabajadores.
Lo que uno no sabe es si resulta posible discutir sobre estos temas con el propósito de llegar a acuerdos operativos, a “efectividades conducentes”. Tal vez no haya oídos para escuchar al otro, seguramente hay demasiado prejuicio, un edificio, un completo sistema de prejuicios que impiden ver y oír, aunque en el caso que comentamos, no le impiden ver y oír al sordo y ciego Benítez sino a Eichelbaum, quien acusando a Benítez de sordera o ceguera, despotrica durante párrafos enteros contra Kirchner, la minería, los glaciales, la asignación universal y la mar en coche, sin demostrar en ningún momento que Benítez y Sabatella hayan faltado a la verdad: los diputados de Proyecto Sur dieron el quórum para que el grupo A votara el 82% sin conseguir que los diputados del grupo A le dieran la menor bolilla al sistema de financiación propuesto por Claudio Lozano.
El resultado concreto, objetivo, es la sanción del 82% sin contemplar posibles fuentes de financiamiento, que es lo que argumentan Benítez y Sabatella.
Aún en el caso de dar por cierto todo lo que dice Carlos Eichelbaum sobre el kirchnerismo, a lo que hizo o lo que le hicieron a Proyecto Sur en el barrio lo llaman de una manera muy gráfica que, para no ofender a nadie, nos abstendremos de repetir.

Lo demás, es sanata.

La conciencia tranquila. Lozano, Pino. Tranki. Olvidan que el grupo A intenta destruir el uso del Anses como inversor público, a falta de inversiones privadas.

viernes, 20 de agosto de 2010

EL RESUCITADOR

Fin de semana, agosto de caña con ruda, de un inverosímil 82% móvil que funciona como fue alguna vez la convertibilidad en la que todos eramos ricos en dólares, de fin o no de las retenciones, de una renovada ofensiva gubernamental, de un probable como necesario veto zocaleado en TN como "amenazan con vetar"... 
Un relato cortito, entonces, de Santiago Hynes, tucumano, que dice así:



Contaba Don José Clorindo Mamani, padre de mi madre viene a ser, que en la familia, de antes del Inca, resucitadores siempre hubo y los antiguos elegían a quien para mantener el oficio.
Perdimos muchos saberes, se queja el abuelo, que hasta al quichua los jóvenes se niegan, aparte unas palabras pocas que ellos usan sin advertir, creyendo serán castilla.
Y de ahora no es, todo perdemos de mucho hace. Él propiamente sólo había visto resucitar corderos y cabritos, que con las ovejas y carneros ya no se sabía, con gentes menos. Que una hermana mayor del abuelo, sí, una vez resucitó un cuzco blanco que le destrozó el Malo, un león de los que le llaman puma. Pero cuando murió esa hermana, ya nadie la resucitó a ella y cómo hacemos para seguir si enseñar no enseñó ni lo del cuzco ni nadas.
Viejo demás el abuelo, recordar no se acuerda y un poco miente, dice Mama, que las ciencias por la sangre vienen y para ella yo fui nacido resucitador igual que la tía Dorinda. Mentira también del perro blanco, bien overo y ni caschi chiquito era, dice Mama, sino galgo joven grandote, tanto casi más hay que resucitarlo al puma de lo bravo que le peleó aquel perro.
No, no, al contrario, jura mi tata, los Mamani nacer no nacen, son aprendidos cómo. Mismo él sin ser Mamani -Arjona se llama - la tiene cuerpeada tantitas veces a la Muerte ladina. Lo que sí, al vicio es, nadie lo puede al Olvido.
En el pensar de las cosas yo siempre fui un poco más del lado de Mama, Arjona tengo nombre pero muy Mamani parezco. Seré resucitador nacido, creo.
Aquí en los valles, ocasiones vienen a pedirme. Animales, les digo, yo no trabajo, los bichos son de Dios para Su voluntad. Ancianos tampoco porque también lo mismo. Guagüitas sin bautizar menos, que son del Diablo y no para lloro que Mandinga ni mal ni bien les trata, nomás les lleva y quién sabe angelitos habrán de hacerse después de un rato. Y aunque el cura diga, para mí la criatura menos de tres años no se resucita, da igual tenga bautismo, si no habló bastante para qué, es casi un animalito; de haber almita habrá las excepciones.
Entonces poco poco me traen, que aquí un morir que más se da son los chiquitos y los viejos y los animales cuando se empestan. Y si alguienes no les sé resucitar, enseguida les despacho: Vayamé licenciando, forma no encuentro así. (Es que también hay difuntos que muy de veras no son queridos y se acabó).
Yo me aplico a los maridos jóvenes, a las chinitas lindas, a las madres nuevas, o a las preñadas, que no se fallecieron viejas ni viejos ninguno, no. O a los que se desbarrancan en las cerrazones y hasta a un niño de la escuela que el camión lo accidentó una vez.
Las que mejor agrado me dan son las gentes hechas y todavía mozas idas sin enfermedad y sin noticiar, que ni tiempo dejaron para ver venir la pena. Será porque asimismo fue original con el Jacinto.
Pensando estoy y razón tengo que darle a Tata: Mamani nacido podré ser más, aunque un poco mucho soy Arjona aprendido. Que si el Jacinto no me enseña a resucitarlo, yo ni cuzco blanco ni mastín overo ni chivito siquiera, me parece.
Los vallistos somos raza buena; aunque regulares habemos también. Malicia fuerte no ando diciendo pero diferentes sí, cada uno, como las piedras. Y si muchos no hallarán voluntad de creer, será quizás porque los muertitos no son de mostrarse, sino cada tanto de madrugada o a las siestas cuando prefieren ellos y no los otros. El Jacinto, un ejemplo, gusta venirme después de fiesta grande y chicha y cerveza, justo cuando el sol cabecea para levantarse arriba.
Habrán, pues, moradores que al momento un personal de afuera les pregunta, ¿Arjona resucita?, No le sé decir, contestan. Aunque no son gustosos de creencia igual respetan, que los Arjona tanto no, pero los Mamani de bien antes del Inca somos morando y sabiditos son que tampoco cobrar cobro, dinero ni nada toco con estas manos mías. Por eso van siempre considerando,
Agradecidos los hay algunos. Conmigo no les facilito, pero a mi mujer se animan a dejarle después una olla de humita, o unas empanadas o hacen creer que por un casual carnearon y sin querer les sobra, lo alcanzan para la casa. Yo me contento, por los regalos no, por dichosos verlos estar cuando los visita su muertito, cabal el Jacinto a mí, para dejarles una alegría.
Decir morirse el Jacinto, ni pensarlo nadie, era como decir: se va a secar la vertiente, o nunca va a amanecer. No merecía estar ahí, en desgarros de sangre seca, tan distinto a nosotros el Jacinto y así igualito de amigo, de corazón bueno, pero tan más de gracia para todo, hasta para el coraje y la rabia.
En un camioneta pasaron y frente a la escuela se lo tiraron a la maestra, que lo quería y quien sabe pronto hasta se casaban, no sé, un indio con una chica de la ciudad. Ni pararon para explicar o decir, nunca. Y cuando ella me enteró, de llanto, casi mismo voy allá de ellos a gritarles: ¡A mí matenmé! ¿Para qué sirvo yo? (Que en entonces ni resucitar sabía). ¿De matar andan? ¡A mí elijan en vez del Jacinto, el mejor de aquí, el más hombre que he visto con estos ojos míos!
Apenitas soy Arjona, manso, y no hallé manera. Tres días y tres noches repeché cerro arriba perdiendomé de borracho como para helarme que ya se venía la nieve. Hasta que no sé, volví. Y fue mi mama, Doña Eusebia Mamani, la que principió: ¡Resucitalo, resucitalo pues, que no morirá si vos no permites!
Será que un hombre podrá saber mucho, pero más obligación tiene de resolver cuándo las cosas no deben ser. El Jacinto, allí me habrá enseñado que él tampoco era de morir ni yo de aceptar que me dejara tan solo, hecho ovillo de tristeza.
En un tiempo, ni sé cuánto, mal durmiendo me iba repitiendo yo: no y no. Durito cada no, como los de mi tata, pirca de piedra parecemos, tercos los Arjona. Y si en las noches me olvidaba, de puro dolor nomás, Mama se arrimaba al catre mío y pechaba: ¡Resucitálo, resucitálo pues!
Madrugada un día, ratito antes de clarear, el Jacinto se aparece tranquilo y dice: ¿Cómo te has creído, hermano vos, que me iban matar? El dormidito hice para engañarles, mismo vos sinvergüenza ahora, ¿será no quieres pagar un vino?
De esa vez aquella, cada mes o fiesta, no falta. Siempre con una picardía y saludando: ¿Cómo les creíste, hermano vos, si matarme no se podía? Y yo le contesto: Muy te he resucitado, Jacinto, como Mamani de los antiguos. ¿Qué me tenía que incumbir a mí un perro o un cordero?, pero bien distinto sos; le digo.
Providencia fue. Junté sosiego, me pude acomodar para casamiento también y familia y parcela para cultivar tengo ahorita. Que si el Jacinto no se me resucita, en nada se halla valor, la vida a entender no se alcanza. Ni el trabajo ni las estrellas, sobre todo las coplas y el carnaval ya no se entienden tampoco.
Lo después que vino, más fácil es que lo primero. Mama o mi mujer, para ayudar tristes, que soy resucitador habrán contado y empezaron a allegarme los desesperados aunque sin faltar algunos que mentiras desesperan, pero con esos no pude ni quise. (Mismo todos respetan, que los Mamani somos de antes).
Difícil igual no es mucho. Yo les trabajo sin vueltas en la forma, al contar del cura, que tenía costumbre el Cristo Redentor del Cerro para con los moradores y los tiempos de Él, de Belén. Les digo: Andate tranquila nomás, que ya está resucitado.
Y cuando, a los días, los cruzo en las cortadas, o bajando majada y silbando vienen, o medio fuerte me gritan, Adiosito Don Arjona, me sé que ya tienen su muertito lo más resucitado. ¿Porque si no cómo? Ellos tampoco entenderían ni el día ni los rebaños ni la noche ni los sueños.

jueves, 19 de agosto de 2010

El 82% è mobile, cual piuma al vento

Sbariggi descubre aquí una frase homérica de Elisa Carrió, titular del Instituto de Filosofía Light Hanna Arendt: "Que nadie diga que vamos a ir al default porque es mentira. Esto lo tiene que bancar el Estado, no los aportantes".
A contramano de los nuevos paradigmas culturales, el Rigoletto de Verdi nos alumbra con el texto de Francesco Piave sobre la discusión de ayer en Diputados:



La donna è mobile, qual piuma al vento,
muta d'accento, e di pensiero

O en castellano:

La mujer es cambiante, cual pluma en el viento,
cambia de palabra y de pensamiento.
Siempre su amigable, hermoso rostro,
en el llanto o en la risa, es engañoso.
La mujer es cambiante, cual pluma en el viento,
cambia de palabra y de pensamiento.
y de pensamiento, y de pensamiento.
¡Siempre es mísero quien en ella confía,
quien le entrega, incauto el corazón!
¡Aunque nunca se sienta plenamente feliz
quien de su pecho no beba amor!
¡La mujer es voluble, como una pluma al viento,
cambia de palabra y de pensamiento
y de pensamiento, y de pensamiento!


Y aquí escuchamos cómo Carrió SE OPUSO EN 2008 A LA ESTATIZACIÓN DE LAS AFJP:



Se podría dar el 82. Por ejemplo, emitiendo 30 mil millones de pesos en papel pintado.

martes, 17 de agosto de 2010

POR UN NUEVO SISTEMA FINANCIERO A FAVOR DEL PAÍS

Escribe Ariadna Somoza Zanuy. Leemos en revista-zoom:


“Es que el que maneja el crédito y lo orienta, maneja a la economía del país con mucha más eficacia que el gobierno, con todos sus instrumentos (…) Decide qué se produce en el país y qué no se produce, quién lo produce, cómo lo produce, cómo lo vende y cómo lo acapara, adónde lo exporta y en qué condiciones; determina las condiciones de la plaza, incide en la bolsa, todo, en una palabra. El secreto de la prosperidad o la decadencia, del desarrollo o el atraso, están en gran manera en los bancos”. Arturo Jauretche.

La Ley de Entidades Financieras que rige hoy en la Argentina fue sancionada en la última dictadura militar y fue la parte central de la Reforma Financiera que se ejecutó entonces, reforma que fue el puntapié inicial de la valorización financiera en nuestro país.
Este nuevo patrón de acumulación estaba basado en el capital financiero en reemplazo de la producción y el trabajo y, por ende, era necesario modificar los marcos normativos y legales para que tal transformación sea viable. Fue entonces cuando se sancionó la Ley 21.526, o también llamada “Ley Martínez de Hoz”. Junto con la Ley de Radiodifusión, la Ley de Inversiones Extranjeras y la Ley de Granos, se completaba un paquete legal que garantizaría la implementación del modelo neoliberal y su continuidad a lo largo de los distintos gobiernos democráticos y que recién hoy podemos volver a discutir.
Veamos entonces cuales son los principales puntos que planteaba esta Ley para luego ver sus consecuencias.
Como puntos más importantes, la actual Ley de Entidades Financieras fue sancionada para:

 Limitar el accionar de la Entidades Financieras más pequeñas y cooperativas;

 Permitir el ingreso indiscriminado de capital extranjero;

 Direccionar el crédito a la especulación financiera y al consumo antes que a la inversión en la producción;

 Indiferenciar tasas de interés para pequeños industriales o grandes grupos;

 Regular el mercado financiero desde la lógica del mercado sin intervención del Estado;

Estos puntos se traducen en claras consecuencias:

- Desaparición de las entidades pequeñas y cooperativas y alta concentración y extranjerización de la banca. Esto significa que las entidades o bancos pequeños o cooperativos, que tenían cierta tradición de desarrollo en nuestro país, se vieron desplazadas por los grandes bancos, ya que la ley establece que estas entidades debían tener el respaldo de alguna grande para poder operar, por un lado, y porque la ley da igualdad de condiciones a las entidades de distintos tamaños y características, lo cual genera que las pequeñas no puedan competir. Además, ingresan masivamente filiales de bancos trasnacionales, lo cual cambia radicalmente la composición de nuestro sistema bancario por uno altamente extranjerizado que gira constantemente utilidades a sus casas matrices.

- Extranjerización de la economía e inicio del círculo vicioso ingreso de capitales-valorización financiera-fuga de capitales. Sabido es que durante la última dictadura militar se dio inicio a un perverso mecanismo: como las tasas de interés en nuestro país eran más altas que las internacionales, el capital extranjero ingresaba para valorizarse mediante esas elevadas tasas de interés para luego fugar ese nuevo capital generado. Esto, por supuesto, tuvo alto impacto para la economía de nuestro país, ya que esas elevadas tasas de interés se sostenían por políticas macroeconómicas desde el Estado argentino, que implicaban una pérdida para el país en términos concretos. Principalmente, la industria local tiene dificultades para acceder al crédito porque esas tasas de interés son elevadas, y sólo los grandes grupos tienen el respaldo para poder afrontarlas. Por ende, estas tasas de interés están pensadas para la valorización financiera y para la concentración económica. Recién desde el 2003 se han comenzado a brindar oportunidades de crédito a la industria loca, pero con las limitaciones que conlleva estar aun regulados por esta ley.

- Estructura económica basada en la valorización financiera por sobre la producción. Los grupos económicos se diversifican para lograr altas tasas de rentabilidad a partir de la valorización financiera y la producción pasa a un segundo plano. En el contexto descripto en el punto anterior, los grandes grupos económicos prefieren diversificarse, esto es, abarcar actividades económicas que antes no realizaban, dado que las mismas les brindan mayor rentabilidad y ganancia que las que venían desarrollando. En este sentido, los mismos comienzan a invertir parte de sus activos en la valorización financiera: el mismo circulo descripto anteriormente pero en términos locales. ¿Por qué invertir en una planta productiva si puedo invertir en el sistema financiero y, sin tener que afrontar el trabajo y las dificultades de llevar adelante un proceso productivo, y sin tener que emplear trabajadores, puedo obtener mayores niveles de ganancias? Este razonamiento llevó a los grandes grupos a tener una pata fuerte en el sistema financiero, lo cual implicó una alianza de los mismos con el capital financiero internacional.

- Concentración económica a partir de que los grupos económicos tienen mayores posibilidades de acceder al crédito que la pequeña y mediana burguesía nacional. La contracara directa del punto anterior es que el fortalecimiento de estos mismos grupos genera una mayor concentración de nuestra economía. El círculo vicioso grupos económicos- valorización financiera-concentración se agiganta cada vez más, y en eso claramente tiene que ver cómo se hacen de los recursos necesarios esos sectores. Se puede decir que, hoy en día, la Ley de Entidades Financieras le brindan el marco para obtener gran parte de los mismos, ya que si sólo los grandes grupos pueden acceder al crédito, los que se verán más fortalecidos luego del acceso a ese crédito serán esos mismos grupos, siendo éstos cada vez más grandes y los pequeños y medianos cada vez más débiles. A esto debe sumársele la complejidad de que la mayoría de los recursos obtenidos a partir de un crédito, los grupos económicos lo utilizan para valorizar financieramente, mientras que los pequeños invierten en capital fijo y mayores puestos de trabajo.

- Un Estado con nulas herramientas para poder direccionar el proceso económico. Por supuesto que si estos mecanismos del mercado son tan fuertes significa que el Estado es cada vez más débil. El principal objetivo de esta ley era lograr que el Estado tenga la menor injerencia posible y que la asignación racional de recursos del mercado haga lo suyo. Por supuesto, los que se benefician son quienes son dominantes en términos económicos, y no quienes nosotros creemos que deben ser las bases fundamentales para el desarrollo e independencia de nuestro país.

Que el Estado pueda tener herramientas de planificación y ejecución de políticas económicas implica, por empezar, que se pueda poner el objetivo del desarrollo de los intereses nacionales y populares por sobre la rentabilidad. Es por ello que a ambos los mueven distintos intereses: al Mercado, la rentabilidad; al Estado, los intereses de la alianza de clases dominante. Los intereses del campo popular, compuesto por sectores del capital nacional y los trabajadores ocupados y desocupados, deben tener las herramientas de política económica desde el Estado para garantizar que sean estos los intereses los que prevalezcan, y no otros. Un ejemplo claro de eso sería poder tener herramientas para direccionar el crédito a la inversión de las PyMES para que esto las fortalezca y se generen mayores puestos de trabajo.

A partir del modelo económico iniciado en el 2003, es fundamental poder tener un sistema financiero que esté a la altura de las necesidades de este nuevo modelo económico. Para sostener el crecimiento económico y la inclusión social y para profundizar la distribución de la riqueza, necesitamos un sistema financiero que permita que el Estado tenga un rol activo en la definición del consumo, del ahorro y la inversión. Necesitamos que la industria tenga crédito para la inversión en tecnología y trabajo, que las cooperativas puedan capitalizarse y crecer desde sus principios solidarios, generando también muchísimos puestos de trabajo, necesitamos que quienes más consumen y ahorran paguen más tasa de interés, y no al revés, y que todos los servicios financieros sean accesibles para todos.

Hoy en día se está discutiendo en el Congreso una nueva Ley de Servicios Financieros, y tal vez sea la posibilidad real de cambiar la ley de la dictadura. Pero para esto debemos complementar esta tarea parlamentaria con la construcción del poder suficiente para lograr la correlación de fuerzas favorable para el campo popular. Sabemos que todas las batallas son decisivas, redoblemos nuestra organización.

LOS HIJOS DE ERNESTINA SON NUESTROS HIJOS

PROCURAR ANTES PERECER

Instrucciones de la Junta de Gobierno a Azopardo en 1811:

"Teniendo noticia el gobierno que el bergantín Cisne y otro más de guerra, han salido de Montevideo, convoyando dos lanchas que van cargadas de fusiles y municiones en auxilio del Paraguay, procurará el Comandante de nuestros buques de fuerza, si sabe de ellos, no atacarlos hasta que, bien entrados en el río Paraná, se les inutilice la retirada que podrían hacer á la Colonia, ú otro de los puertos de la Costa Oriental, burlando nuestros esfuerzos. Encontrándose nuestras fuerzas navales con las ya indicadas de Montevideo, entrarán precisamente en combate con ellas y le continuarán hasta hacerlos presa; procurando antes perecer que permitir se le escapen ó caer en sus manos prisioneros."

Orden General del 27 de Julio de 1819 firmada por el general San Martín:


La guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos: sino tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos tiene que faltar: cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos trabajen nuestras mugeres, y sino andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios; seamos libres, y lo demás no importa nada...
Compañeros: juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de corage.

domingo, 15 de agosto de 2010

El salario mínimo en Argentina




Los índices explican algunas cosas, siempre que no los tomemos como toda la explicación. Lo mismo sucede con las encuestas. Unos y otros marcan tendencias, sólo eso.

La tabla los demuestra por ejemplo, que

- En la tabla, la trampa consiste en tomar el dólar como variable principal, pero este valor es convencional, no es homogéneo, y se refiere a su poder local de compra.

- No obstante ello, a valor dólar y con esta limitación, el salario mínimo en Argentina es, lejos, el mayor de América Latina.

- A pesar de que Uruguay es tomado por “el campo” como ejemplo a seguir respecto a la exportación de carne, lo cierto es que el consumidor oriental tiene comparativamente menos carne y de peor calidad que el argentino, por cuanto allá sólo pueden comprarse los llamados cortes populares y los cuartos delanteros exportables tienen precio prohibitivo.

- Contrasta el alto valor del transporte urbano respecto de Brasil. 1392 contra 189. La política de subsidios tiene defectos, pero ni Amalita Fortabat ni Mauricio utilizan el ferrocarril Sarmiento.

- El petróleo (y naftas) venezolanas son comparativamente baratas por las reservas de ese país. Venezuela es un país petrolero; Argentina, un país con petróleo.

- La inclusión de España persigue el objetivo, por parte de los autores, de cuestionar la política oficial de ese país y sugerir que se acerca más a los latinoamericanos que a sus pares de la Comunidad Europea. Lo cierto es que, con un salario mínimo de 508 dólares, España tiene más del 20% de desocupación.

- El índice sugiere por qué Venezuela y Ecuador tienen también gobiernos que atienden las demandas populares. Y Perú está en el pelotón de los perdedores a raíz del TLC que lo ata a la producción industrial de EEUU.


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