viernes, 16 de julio de 2010

LA PASIONARIA DE LA DERECHA

No, no es Dolores Ibárruri, y no ha estado a menos de cien metros de uno de los pecé que la tenían a la auténtica Pasionaria como modelo.
Con ustedes, la senadora Negre de Alonso:

jueves, 15 de julio de 2010

CABA - GESTIÓN EXITOSA

Los gestos preanuncian un sepelio, una gestión exitosa, o ambas a la vez. La crispación ha dejado de ser atributo del gobierno para mostrarse con su(s) rostros(s) genuinos, los de la política privatizada, que es la muerte de la vida social.
Son caras de velorio.
O de conspiración, porque todo el mundo es kirchnerista y conspira para hacerles la gestión pro mucho más pro todavía...



miércoles, 14 de julio de 2010

La racionalidad del Orden Natural del jesuita Bergoglio

Una vieja nota que escribí con seudónimo. Sin bien el tema es la crítica cinematográfica, viene bien por las tonterías que se han dicho en defensa DEL ORDEN NATURAL.


¿Dónde la besó Nuestro Señor?
Por M.K.



El éxito de taquilla de “El Código Da Vinci” ha dividido a la humanidad: algunos aceptan que Jesús haya dado un “piquito” en la boca a María Magdalena; pero el resto se ha permitido elegir entre otras partes de la anatomía femenina, sin despreciar ninguna.
Después de haber reconocido que no todos los judíos (sino sólo algunos) asesinaron a Jesucristo; de haber aceptado a regañadientes que Pío XII sentía simpatía por la Solución Final; y de haber ayudado a defenestrar al comunismo con aquellos actos masivos del sindicato polaco “Solidaridad” en Gdansk, la Iglesia Católica, compitiendo con los Bush, ahora inventa a sus enemigos y se ensaña con un novelista que apenas desea aumentar su cuenta bancaria.

Se acabaron las controversias religiosas.

El ecumenismo del siglo XXI, muy a tono con la globalización de la cultura y la economía, incluye una mirada histórica que se limita a interrogarse sobre la intimidad de próceres, héroes y personajes históricos -en ese sentido, la historia ha muerto de un síncope- y todos pueden ser presentados en calzoncillos, masturbándose o padeciendo el período menstrual sin mengua alguna del papel que tuvieron en la construcción de la civilización occidental.

Esta generalizada banalización exime a este cronista de tomar las cosas con la debida prudencia y respeto. Si Dan Brown y su película “El Código Da Vinci” constituyen una herejía, o una novedad religiosa, es preferible refugiarse en explicaciones sobre la condición humana en formato de historietas por entrega.

El Vaticano -que con su actual versión germánica de la infalibilidad exige el copyright de sus opiniones- ha condenado un film sólo porque no coincide con su versión oficial de los hechos en base a especulaciones sobre la verosimilitud de unos u otros Evangelios.

Nadie puede afirmar con absoluta certeza que los tormentos de la Inquisición fueran más letales que este bombardeo mediático.

Cubierta ampliamente por los medios de comunicación de modo de tapar cuestiones mucho más urgentes, una frase incompleta de uno de los Evangelios está siendo interpretada y reinterpretada por teólogos, periodistas, opinólogos, escribas del marketing cinematográfico y comentaristas de toda laya.

¿Qué parte de la anatomía femenina de María Magdalena fue besada por Nuestro Señor Jesucristo? Tal el interrogante. ¿Cuál es el sexo de los ángeles? ¿Cuántos ángeles pueden pararse sobre un alfiler?

La frase de la discordia consta en un Evangelio al parecer apócrifo donde se lee: “La compañera del Salvador es María Magdalena. Cristo la amó más que a todos sus discípulos, y solía besarla frecuentemente en...”.

El resto se ha perdido por acción del tiempo, las ratas o por algún monje misógino que copió el manuscrito cuando recién salía del horno.

Según Dan Brown, el beso fue en la boca, y eso sería prueba de que entre Jesús y María Magdalena existía una relación erótica.

Algunos teólogos se escandalizaron.

Otros se dedicaron a elaborar hipótesis sobre la opinión de Brown, argumentando que en esa época el beso en la boca era usado para “trasmitir una sabiduría especial y un conocimiento secreto”.

Los Caballeros Templarios obligaban a los novicios a besar el trasero de su Superior como muestra de acatamiento. Si se le pidiera opinión a Alejandra Pradón, y ya va a llegar, ella opinaría que el beso bien pudo ser en la vulva, y que lamentablemente María Magdalena no tuvo oportunidad de pasar por una cirugía plástica.

Esta suerte de controversia-light incluye la discusión sobre el término “compañera”. ¿Era sinónimo de amante, esposa, camarada de lucha, o acaso estaba afiliada al PJ de su época?

Otro argumento que los teólogos utilizan para intentar destruir la opinión de Brown es que los textos que usó para construir una ficción muy marketinera son posteriores a la época en que vivió Jesucristo. Uno de ellos, el Evangelio de María, habría sido escrito en el año 200; el de Felipe, cerca del 250.

También san Pablo dictó sus epístolas después de la muerte de Cristo, a quien no conoció, y no por eso se las considera apócrifas.

Pablo ni siquiera fue un apóstol, sino un judío helenizado de la Diáspora y celoso defensor de la ortodoxia que había perseguido a los primeros cristianos, participando en la lapidación de un diácono cristiano llamado Esteban. Nunca reconoció haberse convertido a una nueva fe, lo que le hubiera acarreado la misma suerte que le cupo al diácono.

Sin embargo, la obra escrita por Saulo de Tarso bajo el alias de “Pablo” es la base de la teología cristiana, sobre ella pivotó la Reforma protestante y él mismo creó la “herejía”, del griego hairesis, “elección propia”, para justificar su cambio luego de la tronante aparición que sufriera en el desierto. Basado en esa elección, el protestantismo habilitó la interpretación privada de la Biblia lo que, con un sesgo similar al de la Inquisición católica, lo autorizaría a perpetrar iniquidades varias.

Toda idea opuesta al dogma oficial, cualquiera fuera, puede caer en el rango de herejía.

Es apócrifo todo lo que está fuera del canon. Dan Brown es un hereje que quiere confundir a las grandes masas de consumidores de cine con los dogmas heréticos. La Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio, ex Inquisición) con sede en el Vaticano duda en ubicar a Brown y su película en algunas de las herejías tabuladas hasta el momento: arrianos, bogomilos, cátaros, docetistas, donatistas, dualistas, ebionitas, garatenses, gnósticos, maniqueos, melquitas, monofisistas, montanistas, nestorianos, neumatómacos, novacianos, patarines, paulicianos, poblicantes, triteistas... sin contar a las religiones reformadas.

La mayoría de los teólogos se inclina por definirlo como gnóstico, aunque no se sabe si a él o a la película. El gnosticismo es un movimiento religioso que floreció durante el siglo II relacionado con fórmulas mágicas, revelaciones, cámaras nupciales donde debían concurrir los iniciados, y a veces el más abierto libertinaje. Lejos de morir (gnosis significa “conocimiento revelado”), sobrevive en el pensamiento neoliberal y en los programas de Marianito Grondona.

Las verdades neoliberales son “conocimiento revelado” por los economistas: el mercado puede resolver todas las iniquidades, tener superávit fiscal es la virtud cardinal del Estado, etc.

Cabe concluir que el mundo no se ha vuelto loco de repente, sino que lo está desde hace rato porque nunca fue claro el límite entre herejía, dogma, simulación y chifladura. Algunas no están directamente relacionadas con la religión: en la víspera del Día de Todos los Santos de 1938, las tropas de EEUU alistaron en todo el territorio sus cañones antiaéreos para hacer frente a la invasión marciana que trasmitía Orson Welles desde el Mercury Theatre. Muchas otras, sí.

Según la Biblia (Samuel 21:13-15) David se hizo el loco para ser aceptado por el rey Aquis el filisteo. Saúl osciló entre el éxtasis profético y la locura (Samuel 10: 10-11-12; 19: 22-24)

El monje Peter de Herental juró haber sido testigo ocular de una locura colectiva en 1374, padecida por una secta de danzantes alemanes seducidos por el diablo, que saltaban y bailaban medio desnudos hasta quedar exhaustos. Una crónica de Flandes relata que otra epidemia de locura bailable comenzó en Aquisgrán, y luego los danzarines se trasladaron bailando a Colonia, Maastrich, Lieja y Gante. Hechos similares se produjeron en Estrasburgo durante 1518, y en Bruselas en 1564, y ello fue documentado por Breughel en un lienzo.

En 1489, los inquisidores alemanes Sprenger y Krämer publicaron Malleus maleficarum (Martillo de Brujas), manual de procedimientos anti-brujería. Según los compatriotas del actual Papa, los crímenes de brujería son cometidos mayormente por mujeres, y su móvil es la lujuria. Eso parece dar la razón a Brown, luego de descubrirse que, contrariamente a lo que siempre se creyó, María Magdalena no era prostituta sino una virtuosa mujer judía.

Los seguidores religiosos de George Fox habían sido llamados cuáqueros por quake, temblor. En 1653, los jueces de Lancashire redactaron una petición contra Fox dictaminando que “gran número de las personas sufren en las reuniones religiosas, extrañas agitaciones corporales a consecuencia de las cuales caen al suelo, arrojan espuma por la boca, braman y se les hincha el vientre”.

Los primitivos cuáqueros corrían por las calles completamente desnudos, actitud que Fox justificaba por razones teológicas.

Tras la emigración de los puritanos del Mayflower al Nuevo Mundo, la locura colectiva también viajó en los barcos. En 1692, veinte mujeres fueron asadas en Salem, Massachusetts, luego de que un jurado popular las considerara incursas en brujería.

En 1774 se estableció en Albany un grupo numeroso de shakers (shake: sacudida) secta religiosa que se expresaba, según relata Benjamín Franklin, con furiosas convulsiones, fuertes temblores, violentos estremecimientos, “y a veces se ejercitaban gritando, empujándose unos a otros” como muestra de agradecimiento a Dios.

Diversos predicadores crearon un nuevo movimiento religioso-bailable en 1797, el Great Revival, en el que miles de personas se reunían en sesiones semanales donde se practicaban ejercicios como “la caída” (un grito agudo seguido de caída al suelo con pérdida de sentido), o “el ladrido”.

Esta última experiencia religiosa unía a cientos de hombres y mujeres que se ponían a gatas y gruñían, mordían y ladraban alrededor de los árboles para acorralar al diablo que al parecer estaba refugiado en las ramas.

En la vieja URSS, el rechazo al comunismo era considerado una intolerable herejía, y los señalados, lejos de ser perseguidos por sus ideas heréticas, se convertían en pacientes de neuropsiquiátricos, con cama, tratamiento y comida gratuitas a cargo del Estado y un diagnóstico de esquizofrenia irreversible. La doctrina oficial era que sólo un esquizofrénico era incapaz de apreciar las bondades del comunismo soviético.

Las polémicas religiosas del siglo XIX entre las iglesias y Hollywood han actualizado un viejo proverbio judío, aplicable a todos los involucrados:

“¿También lo tenemos a Saúl entre los profetas?”

Simeón el Estilita, el Santo que desde el pasado cuestiona a Bergoglio

(escrito por Teodoro Boot. En un post anterior, algunos lectores me criticaron por equiparar a la Armada Brancaleone con ciertos aspectos de la realidad actual. Esto quizás contribuya a comprenderlo más, o todavía menos)

Simeón Estilita, el Mayor – 2 de septiembre
Estilita, hacia 390 – 459

Patrono y protector de los pastores de ovejas.

Este santo anacoreta fue el primero en inaugurar la a partir de entonces popular costumbre de pasarse la vida en lo alto de una columna.
Había empezado su vida apacentando ovejas en Cilicia, naturalmente al ras del suelo, pero cuando contaba con trece años de edad, Dios le envió una señal y de inmediato Simeón ingresó en el monasterio del abad san Timoteo. Pronto aprendió el salterio de memoria y ya no quería separarse de él. Fue inútil que sus superiores le explicaran que puesto que lo había memorizado no había razón para no devolver el libro, que podía resultar de utilidad para otros hermanos: nuestro santo se había empecinado. Los monjes no tenían idea de hasta que alturas –literalmente– podía llegar su obstinación y acabaron expulsándolo del convento.
Simón pasó entonces al monasterio del abad Heliodoro, en el que la vida era más ascética, pero no tanto como él hubiera deseado. Cuando los demás comían una vez cada dos días, él lo hacía apenas una vez a la semana. Con hojas de palmera fabricó una tosca cuerda que enlazó en torno a sus desnudas caderas y que con el tiempo le produjo una úlcera maligna que tuvo que ser desprendida de la carne mediante un cuchillo. Tras este incidente fue despedido y se retiró al desierto.
Ahí, dentro de un absurdo cubil sin tejado, que no lo protegía ni del sol ni de las tempestades, se hizo unir a una piedra mediante una cadena de hierro.  Melecio, obispo de Antioquía, lo reconvino diciéndole que únicamente los animales necesitaban tales cadenas: el hombre debía confiar en su buena voluntad y pedir gracia al cielo. Acto seguido, Simeón mandó ser liberado de sus cadenas y se emparedó junto a un jarro de agua y diez panes. Al cabo de cuarenta días los fieles derribaron la pared y lo encontraron inmóvil, tendido en el piso, junto a los diez panes y la jarra, intactos.
Luego de este episodio la fama de Simeón creció de manera formidable y mucha gente acudía a él toda vez que mediante su bendición curaba las enfermedades más resistentes.
A fin de evitar las molestias que le ocasionaba la multitud hizo erigir una columna de seis metros y sobre ella pasaba día y noche, en ayuno y oración. Pero esto no hizo más que aumentar la fe de los creyentes y la curiosidad del populacho, que tomó al anacoreta como motivo de esparcimiento y destino turístico. Simeón aumentó entonces la altura de su columna primero a doce, mas tarde a veinte y finalmente a veinticinco metros, y redujo su superficie hasta tal punto que sobre ella no podía tenderse ni sentarse. Sólo un palo en su espalda le permitía al menos pasar la noche apoyado y una vez a la semana recibía lentejas ablandadas y la sagrada comunión.
Y así transcurrió los siguientes treinta y cinco años hasta que el Señor decidió al fin librarlo de una existencia tan inútil.

Atributos: se lo presenta de pie o arrodillado sobre una columna.

(El texto forma parte de "Genealogía de los Dioses", Editorial Punto de Encuentro)

martes, 13 de julio de 2010

Bergoglio, según Simón el Estilita

Si tienen paciencia, los 10 minutos de película son la versión Brancaleone del actual conflicto generado por la Iglesia luego de que su principal figura nos transportara en el túnel del tiempo al Medioevo. Propiamente.

Con suficiente humor, verán que Kirchner aparece en la primera escena.






(Nota del E.: San Simón o Simeón el Estilita vivió en Siria a principios del siglo V. Como penitencia cristiana, eligió pasar 37 años subido a una columna griega existente en Alepo, Siria. Se lo considera el creador del cilicio. Alepo es la cuna del conocido sorgo, una de las peores plagas del mundo, y en Yabruz, a 35 km de la célebre columna de Simeón el Estilita nacieron personajes no menos célebres como los Yoma, los Al Kassar, los Menem, los Bathich hoy chilenos y los Yabrán).

Ricardo Alfonsín, el caballo de Troya de lo mismo de siempre

El precandidato radical, Ricardo (a) Ricardito Alfonsín tiene como principales referentes en política económica a Juan Vital Sourrouille y Mario Brodersohn.
Leemos aquí cómo el primero rememora su paso por el gobierno del Alfonsín originario:

"O el, conocido, pero no por eso menos impactante relato sobre la presentación en secreto del proyecto del Plan Austral en Estados Unidos, en un cuarto en el que estaban Paul Volker (Reserva Federal), James Baker (secretario del Tesoro), Jacques de Larosière (director del FMI), Robert Mulford (también del Departamento del Tesoro) y un par más de la “crema” de Washington. Ante ellos “había que explicar el plan y convencerlos”. Sourrouille cuenta que pidió un pizarrón, para contar durante alrededor de dos horas cuál era la idea, con un nivel de detalle del tipo “tal día, tal cosa, tal día, tal cosa, tal día, tal cosa”. Hasta que Volker, la persona más poderosa del mundo político en materia económica por entonces, se paró y dijo “estoy de acuerdo".

Yendo de fracaso en fracaso en fracaso (Austral, Primavera, Bonex), el pai Domingo Felipe Cavallo dio una vuelta de tuerca a la tablita cambiaria de Martínez de Hoz y ató el peso al dólar. El argumento era "parar la inflación", pero otro muy distinto el objetivo: entregar la política monetaria nacional a los bancos extranjeros. Desde entonces, y hasta 2003, las reservas argentinas serían de propiedad multinacional.
Fue entonces cuando James Baker, el mismo que había aprobado el Plan Austral de Sourrouille, propuso: "¿Por qué no pagan la deuda externa con empresas públicas?".
Y así se hizo.
El Estado argentino se quedó sin empresas públicas y sin política monetaria.


lunes, 12 de julio de 2010

Acuerdo entre Kirchner y Dios para hacer quedar en ridículo a Bergoglio

El eclipse de sol sólo se vio en El Calafate. Algo raro sucede con la crispación astronómica


Entre las retenciones a la soja y la unión civil

Desde que se instaló en una parte minoritaria de la sociedad la polémica sobre el matrimonio homosexual, se han escuchado todo tipo de de tonterías, casi todas ellas producto de la ignorancia y el prejuicio.
Se ha dicho que se está legislando sobre “el amor”, cuando se trata, nada más y nada menos, de un derecho 
civil. Y ha habido desopilantes disquisiones sobre la definición y límites  de qué es “natural”, algo que aquí suena exactamente igual a “qué es normal” y qué no. Estas últimas, provenientes del sector que se opone al matrimonio heterosexual.
La heterosexualidad es una construcción cultural en la que coinciden lo sexual-fisiológico y la elección del objeto de deseo. Que sea una construcción no es malo en sí mismo, porque su crítica (o la visión homosexual) es también una construcción cultural y no la verdad revelada de la civilización sino un contenido simbólico en la actual etapa de desarrollo del capitalismo, expresión de la civilización real.
Como el matrimonio, también el cristianismo es una construcción cultural, si se quiere una “megaconstrucción” porque instituye la civilización tal como la conocemos. La Iglesia argentina, en 1888, se opuso al matrimonio civil con los mismos argumentos con que ahora rechaza el homosexual. Incorporar al Código Civil el derecho a casarse con el Estado como testigo y garante fue en tiempos de Juárez Celman “una obra del demonio”.
Quizás la “polémica” siga subiendo de tono, aunque no debemos desestimar el poder y la capacidad de la Santa Madre, que por algo tiene influencia en el mundo desde 2000 años atrás.
El enfrentamiento suena parecido al de la Resolución 125: en aquel caso, por la apropiación de bienes materiales (la renta extraordinaria de la tierra) y en este por los bienes simbólicos, ya que está en juego el poder de la Iglesia no solamente sobre sus integrantes sino para las ecclesias, las sociedades sobre las cuales la institución Iglesia tiene influencia.
Como es habitual, los Kirchner van a fondo y, lejos de rehuir la pelea, anuncian nuevamente ese estilo irrepetible de morir peleando con el objetivo de construir nuevas mayorías.
Por su parte, la Iglesia, puntal ideológico del poder concentrado, ha optado desde hace tiempo por apoyar al titiritero del grupo A, a quien el Grupo Clarín le marca la agenda: Eduardo Duahlde, vía moseñor Casaretto. Y ahora embiste con el ánimo de liderar al grupo A desde el poder simbólico.
Sin embargo, es difícil que Bergoglio pueda armar un gran conglomerado opositor usando las banderas incendiarias de Torquemada. Aunque fue dirigido a su frente interno, es indudable la capacidad de los Kirchner para desenmascarar lo peor del poder tradicional.
Duhalde y Bergoglio lo saben. Aunque en los próximos días suenen cacerolas de teflon en el barrio norte, esgrimidas por unas cuantas solteronas mojigatas.

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