El Grupo Clarín es la conducción estratégica de la oposición al gobierno. No es un grupo político sino una corporación empresarial, privada, que además se considera por encima de la ley.
Resulta a esta altura más que evidente que la decisión del gobierno de la CABA, en el sentido de otorgar a la empresa Prima la provisión de computadoras, servicios de internet y contenidos, se inscribe en un acuerdo político entre un Grupo y otro Grupo (Clarín y los A) que incluye la financiación de su campaña política.
Es probable que la primera interna del peornismo federal en la Ciudad, haya sido la patada de arranque, la efectividad conducente de tal acuerdo. Tarde o temprano se sabrá la verdad, a saber, que algún "arrepentido" reconozca haber sido arreado a la votación luego del pago de un viático o choripán federal.
Prima provee a la CABA de una computadora por alumno de escuela primaria, a lo que se debe agregar los servicios de internet de banda ancha (7 megas) y contenidos.
Prima cobra 274 millones de dólares de fondos públicos por ese servicio.
No escuchamos todavía a Pino Solanas denunciando el carácter escandaloso de este negociado, que puede equipararse con la compra de la Casa Radical por parte de las compañías eléctricas en la década del 30.
Primera comprobación:
Un solo oferente, lo que demuestra que la licitación se hizo a medida de Clarín.
Segunda comprobación:
Según la Universidad Tecnológica Nacional, esos servicios
valen 81 millones con toda la furia.
Tercera comprobación:
La Legislatura de la CABA le autorizó 200 millones de dólares. En la medida en que el Pro no tiene legisladores suficientes como para obtener una mayoría automática, los fondos se otorgaron al poder ejecutivo local mediante el voto de representantes de otras bancadas. ¿Cómo votan los legisladores: preguntando el precio de una notebook en Garbarino?
Cuarta comprobación:
Clarín proveerá los contenidos. O sea, Clarín educará a los alumnos de la ciudad de Buenos Aires.