La dictadura de Onganía lo rebautizó y pasó a llamarse Banco Nacional de Desarrollo (BANADE). Tenía por objetivo financiar con fondos públicos la creación y la ampliación de la actividad industrial mediante créditos a tasas bajas.
Así como YPF fue tomada como modelo para crear Petrobras y Pemex, el Banco Industrial lo sería del BNDES brasileño, eje del desarrollo industrial paulista, algo que afortunadamente ahora se quiere imitar en la Argentina.
Pero el poder hegemónico de la patria ganadera, en alianza con la financiera, usaron frecuentemente al BANADE para sus objetivos particulares, contrarios a los que motivaron su creación. Con lo que en el período 76-1993 se convirtió en un símbolo del anti-industrialismo.
Empresas como Magnasco, Importadora y Exportadora de la Patagonia (grupo Braun Menéndez), Comercial del Plata (grupo Soldati) y muchas otras cuya lista daremos próximamente, fueron sacadas de la quiebra con créditos del BANADE que nunca pagaron. En 1979, Martínez de Hoz devolvió a Magnasco las acciones que la empresa del rubro lechero-quesería había dejado en el BANADE como garantía de un crédito que no pagó ni pagaría. Su titular era Hugo Biolcati.
Hay fuertes indicios de que el asesinato de Casariego de Bel en 1979 fue consecuencia de la estafa que Martínez de Hoz quería encubrir como ex-titular de la Cía Ítalo Argentina de Electricidad. La naturaleza de estos avales puede apreciarse en la carta de presidente de la CIAE del 7/1/72 a la central de Motor Columbus: “Quisiéramos señalar que el banco paga estas operaciones sin indicar que lo está haciendo con sus fondos propios, por lo cual les rogamos que mantengan la más estricta reserva sobre el particular, para no perjudicar innecesariamente nuestro crédito”.
Y el Gobierno Nacional estudia, en la actualidad, si son ciertas las declaraciones de Héctor Timerman, Lidia Papaleo y José Pirillo según la cual los diarios Clarín y la Nación pagaron su aporte de capital a Papel Prensa con un crédito del BANADE que nunca abonaron. El Banco Industrial, luego Banade, era el administrador desde 1969 del Fondo para el Desarrollo de la Producción de Papel Prensa y Celulosa con el que se financió la construcción de la empresa.
Otras grandes empresas, como Massuh, Celulosa, Pérez Cómpanc (financista de la Curia), Astra, Dálmine.Siderca y Atanor no pagaron los créditos solicitados.
En 1993 fue liquidado con un pasivo incobrable de casi 6 mil millones de dólares y uno de sus nombres, Banco Industrial, vendido como marca al Banco de Azul SA.
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