domingo, 5 de octubre de 2014

DICTADURA: EL OTRO GENOCIDIO



Apenas instalada, la dictadura cívicomilitar tomó diversas medidas de represión contra los trabajadores y sus sindicatos, pero también dictó distintas leyes para rediseñar el país según el Consenso de Washington (apertura, privatización, desregulación) desmintiendo la visión de que hubiera habido solo cierta complicidad civil con las fuerzas armadas para el genocidio que se produjo. Por el contrario, fue la gran burguesía nativa, aliada con los intereses antinacionales, la que constituyó el soporte social de las juntas militares con un fuerte consenso de los sectores medios.
Es cierto que el tal Consenso fue posterior, pero Argentina, como Chile, hicieron punta en la imposición del neoliberalismo por medio de la más sangrienta represión. 
El papel cambiante de los sectores medios desde 1955 ya se ha tratado anteriormente, pero baste decir que la “tablita cambiaria” constituyó un gran acicate para lo peor de esos sectores que terminarían constituyendo la teoría de los dos demonios y en los 90 acabaron rindiéndose a la convertibilidad. Ese acicate fue el antecedente del alica alicate.
Aunque para algunos resulte controversial calificarlo como “genocidio”, la pérdida de la fuente de trabajo condenó a miles de compatriotas al más absoluto desamparo, que es otra forma de desaparición. Y los miles de conflictos que se produjeron en las fábricas significaron que miles de trabajadores fueran detenidos, sufrieran torturas que casi siempre dejaron secuelas permanentes o desaparecieran.

Entre esas medidas contra el movimiento obrero, con su secuela de detenidos, secuestrados y desaparecidos (cuya mención suprimimos), se destacan:

Telefónicos: la jornada pasó de 6 a 8 horas, se despidió a más de 1.500 activistas sindicales y se encarceló al secretario general Julio Guillán.
Luz y Fuerza: la jornada de trabajo se extendió de 36 a 42 horas semanales. Se confiscó el fondo compensador en favor de la empresa. Se eliminaron más de 20 cláusulas del convenio laboral. El aporte patronal se redujo de 7,50% a 6%.
Ferroviarios: se eliminó la estabilidad, se levantaron 15 mil kilómetros de vía, se cerraron talleres y se despidió a 60.000 trabajadores.
Petroleros: se derogó el trabajo insalubre y la jornada se incrementó en una hora.
Transporte: se aceptó el trabajo a destajo en los transportistas privados, se anuló el descanso entre vuelta y vuelta.
Minería: se derogó el trabajo insalubre, quedando a los empresarios elegir el criterio más conveniente de modalidad laboral.
Construcción: se suprimió el descanso laboral de fin de semana reemplazado por 1 día de franco semanal a criterio del empresario y se redujeron las exigencias en materia de seguridad.
Comercio: la jornada se extendió de 7 a 21 hs incluyendo sábados.
Bancarios: se eliminó estabilidad, jerarquización, régimen de licencias e indemnizaciones; horario de las entidades, día femenino, licencias gremiales.
Marina mercante: se autoriza la radicación de personal extranjero sin radicación en el país.

Una nueva ley de prescindibilidad autoriza a despedir a cualquier trabajador sin necesidad  de fundamentar causas.
Se reforma la ley de contrato de trabajo, eliminando la cláusula de que, ante la duda del juez, se aplica la norma más favorable para el trabajador.

El 18,8% de cuentapropismo en 1974 asciende a 23,8% en 1980. Se acelera la emigración: en 1979 había más de 250.000 argentinos radicados en EEUU. La Policía Federal contrató a 7.000 nuevos agentes.

Hasta 1980, Sevel (Fiat) había reducido su personal en un 40%; Mercedes Benz un 20%; Renault un 40%; Volkswagen un 30%; Massey Ferguson redujo su planta de 1.500 obreros a 200; Deutz, de 2.000 a 240.
La Asociación Obrera Textil informó que 180 empresas en Quilmes ocupaban en 1978 a 9.000 trabajadores, y en 1981 a 3.200.
La desocupación estructural era del 23% en 1980. Una investigación europea determinó que en 1979 los asalariados en Buenos Aires debían trabajar más horas que los de casi todas las ciudades del mundo excepto Bogotá para adquirir los mismos bienes y servicios, aumentando la doble ocupación y el trabajo femenino.

Desmintiendo rotundamente ese reportaje fílmico delirante denominado “Resistir” y protagonizado por Mario Firmenich, los obreros de IKA-Renault comenzaron el trabajo a reglamento el mismo 24 de marzo de 1976 bajando la producción de 40 a 14 unidades diarias. 
El Ejército se hizo presente, y si bien en un primer momento debió emprender la retirada, en las semanas siguientes se multiplicaron el secuestro y asesinato de delegados y obreros.
En abril de 1976 tres delegados de General Motors en Barracas desaparecieron luego de un conflicto en la sección pintura.
A mediados de mayo de 1976 comenzaron paros rotativos en Mercedes Benz, seguidos por Chrysler en sus plantas de Monte Chingolo y Avellaneda. Para septiembre de 1976 se habían generalizado los conflictos en el sector automotriz porque la política económica apuntaba al cierre para importar vehículos.

Entre octubre de 1976 y marzo de 1977 tuvo gran alcance el conflicto en Segba (ex-Cade). Doscientos sesenta empleados fueron cesanteados, entre ellos Oscar Smith, y fue intervenido el sindicato en abril de 1976.
El 5 de octubre se declara la huelga por el despido de otros 260 trabajadores. Interviene el Comando Militar Zona I. Entre el 7 y el 9 son detenidos 175 compañeros de Segba y 40 de Agua y Energía. Tres obreros son secuestrados. Se inicia una oleada de sabotajes: son destruidas 14 cámaras transformadoras. El 12 de octubre, el propio jefe de la PFA, general Ojeda, dirige la represión a manifestaciones en el Gran Buenos Aires. Son detenidos 100 trabajadores en la CABA y 42 en San Martín. Hay numerosas detenciones: muchos jamás vuelven. El 14, todas las centrales de Segba son ocupadas por el Ejército. 36.000 trabajadores de Capital, Córdoba, Salta y Catamarca están en huelga. Entre el 2 y el 17 de noviembre la dictadura responde apresando y desapareciendo luzifuercistas. Entre enero y febrero continúan los sabotajes. El 11 de febrero desaparece Oscar Smith.

El sabotaje a la producción fue una de las armas más efectivas. La producción de Renault bajó un 85%. El 30% de las chapas de Dálmine salían fisuradas. El 25% de la producción de GM no estaba en condiciones de venta. En Peugeot los bloques de motor eran inservibles. En Ford fueron destruidos 35 patrulleros nuevos. Los congeladores del Frigorífico Reconquista (carne de exportación de la cuota Hilton) fueron inutilizados, y lo mismo sucedió en Swift. La producción de Ika-Renault bajó el 10% por la introducción de bulones y tuercas en los motores. Etcétera.

En agosto de 1977 los transportistas petroleros paran contra Exxon y Shell en oposición a la ley que durante el gobierno democrático había decidido nacionalizar las bocas de expendio. En noviembre de 1977, veintiún gremios habían suspendido sus actividades.

Los conflictos laborales en 1978 fueron 1.300 en los primeros 6 meses. Según León Bieber, se contabilizaron 4.000 en todo el año. En marzo de 1979 se produce la primera toma de fábrica en Aceros Ohler, hoy del Grupo Acindar. En abril de 1978, 3.800 trabajadores de Alpargatas toman la fábrica, seguida por IME, Cura y La Cantábrica.
La dictadura había impuesto el criterio de convenios por fábrica y no por rama de actividad, con lo cual recibían mejores salarios los establecimientos con mejor organización sindical.

En 1980, 34.800 obreros industriales y 53.000 de empresas de servicio fueron protagonistas de conflictos laborales: 46 paros, 8 retiros de colaboración o “trabajo a tristeza”, 13 estados de alerta, etc. En 1977, los trabajadores de Deutz habían exigido la renuncia de Martínez de Hoz.

Para 1981 había aumentado en un 129% los quebrantos comerciales respecto del año anterior. La metalurgia tenía una capacidad ociosa del 64%; papel, 59,9%; cemento, 45%; automotrices, 37,l8%. Etcétera.

Las tropas ocuparon distintos establecimientos, como la Ford de Pacheco o el cordón industrial de Villa Constitución centrado en Acindar. En distintas oportunidades el Ejército acordaba con los huelguistas y al día siguiente la Armada tomaba la planta. O viceversa.

Se reformaron o derogaron distintas leyes; 
a) la nueva ley 22.105 de asociaciones profesionales de noviembre de 1979 eliminaba las estructuras de tercer grado y prohibía la actividad política en los sindicatos, con lo cual todo conflicto podía ser calificado como político o subversivo. Se disolvía la CGT. Se facultaba a la dictadura para que aceptara o rechazara a discreción los sindicatos por empresa. Los delegados no podían tener antecedentes policiales. Se eliminaba la estabilidad de los delegados. Se le quitaba a los sindicatos la administración de las obras sociales.
Sin embargo, la presión sindical obligó a reconocer las estructuras nacionales de la Unión Ferroviaria, ATE y UOCRA.

b) se reformó la ley 20.840 (del gobierno de Isabel) ampliando las penas para la "subversión económica"(art. 6°) y creándose el concepto de guerrilla industrial. Cientos de empresarios a los que se quería forzar a vender sus empresas (Makentor, Grassi, Banco de Hurlingham, Papel Prensa, etc.) fueron a parar a la cárcel.

c) la ley 21.261 suspende el derecho de huelga.

d) se dicta la ley 21.263 que elimina el fuero sindical.

e) la 21.297 que elimina los derechos laborales.

f) la 21.400 prohibe las medidas concertadas de acción directa, paro o disminución del ritmo de trabajo con penas de 1 a 6 años.

g) se dicta la ley 21.476 que elimina todos los regímenes especiales.

h) se dicta la ley 22.269 que acaba con la afiliación obligatoria. Se elimina el 15% de aporte patronal para jubilaciones y el 5% para el fondo nacional de la vivienda. Las obras sociales quedan desligadas de los sindicatos.

Paros generales

En abril de 1979 y julio de 1981 se producen huelgas generales con amplio acatamiento en Buenos Aires y distintas provincias, y dos paros nacionales de SMATA. Las marcha de noviembre de 1981 (conocida como marcha de la bronca) al santuario de san Cayetano, convocada por la CGT, supera ampliamente las expectativas de los organizadores.
El 27 de abril de 1979 se produce la Jornada Nacional de Protesta organizada por la Comisión de los 25 a cuyo frente estaba Saúl Ubaldini. En marzo de 1982 hubo numerosos disturbios que incluyeron intentar avanzar sobre una Plaza de Mayo cerrada a cal y canto por fuerzas policiales. Córdoba fue ocupada por el III Cuerpo de Ejército. En Mendoza asesinaron a José Ortiz.


A pocos días de los disturbios de marzo de 1982, la dictadura invade Malvinas huyendo para adelante.-     

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