Ayer a la noche, el Grupo Clarín relanzó la candidatura de
Mauricio Macri. El líder de el Pro-Socma no puede convocar multitudes por sí mismo.
Con una espontaneidad digna de la más cuidadosa operación
masiva (que incluyó el uso de todas
las cámaras y movileros disponibles para cubrir el espectáculo desde todos los ángulos posibles) la magia de
la imagen logró el milagro de hacer hablar al candidato cuando los algunos
miles de frondistas que participaron
en los cacerolazos ya habían retornado a la seguridad de sus hogares, al sushi,
la pizza y las empanadas.
Durante un buen rato desaparecieron de la atención de los
televidentes la inseguridad, la violencia de género y los inadmisibles
controles a la venta de dólares.
Pero no era eso lo que realmente interesaba:
era necesario ocultar –por unas horas- que la Corte Suprema había ordenado la
vigencia de la grilla de canales que el Grupo no cumple ni tiene intención de
cumplir, y por ende la plena vigencia de la Ley de Medios; que una Comisión
Mixta del Poder Legislativo ordenó auditar Papel Prensa y Artear (la dueña de
canal 13, por el origen espurio de la concesión, que reconoce antecedentes
entre los delitos económicos de la dictadura); y que la jueza Arroyo Salgado está
a punto de procesar a un grupo de hackers liderado por el estrambótico Juan
Bautista Yofre e integrado por una de las plumas estrella de la guerrilla gorila,
el escriba Carlos Pagni del diario La Nación; y que la justicia haya ordenado
reincorporar a los maestros separados por Esteban Bullrich en la escuela Monte
Castro.
El antecedente más cercano a la Educación que puede exhibir
el ministro es haber estado en el negocio de la distribución mayorista de
fruta.
Durante el día, la manipulación informativa del Grupo se
había centrado en tergiversar la noticia sobre un conflicto entre clínicas y prepagas
que en realidad se circunscribe a las grandes empresas Swiss Medical, Galeno,
Omint, Medicus y Medifé: el 70% del electorado porteño desconfía del hospital
público y es “cubierto” por esas empresas. Probablemente esa fue la gota que
rebalsó el vaso.
Distendidos, exultantes, Van der Kooy y Blank condujeron por
TN el cierre de la movilización con un Candidato vacilante, quien con el lenguaje
minúsculo que le es habitual, reivindicó la libertad para comprar dólares y criticó el pensamiento único que él representa como ninguno.
Hicieron de claque el Candidato Alternativo De Narváez (¿Scioli ya no es confiable?) con su usual risita
plástica y el impresentable Julio Bárbaro, ex asesor de Bunge & Born y cosólogo
consumado, navegando en el arte de sugerir lo que el oyente quiera escuchar.
Julito ha desarrollado con los años lo que el texto de “Papá Querido” de Aída
Bortnik supo describir con dureza.
En la apertura del programa, los conductores habían descubierto
que, por mucho menos, los pueblos musulmanes habían derrocado gobiernos y
linchado a los líderes populares.
Afuera del piso,
el país real asistía en silencio a esa demostración de política privatizada al frente de la cual figuran unos cuantos canallas y payasos.
2 comentarios:
Seee. Multitudes en La Matanza, Esteban Echeverría, Mataderos, Pompeza, Fiorito... se fueron a dormir porque al otro día hay que madrugar, cosa que el tilingaje neo-movilizado puede estirar el horario matutino.
Se fueron a dormir, digo, sin que vuele una mosca en las inmediaciones, habiendo visto algunos de ellos y medio de costado, que gentes que usualmente los desprecian, salieron a hacer un poco de ruido barato.
hay que reciclar, hay que reciclar... aún me acuerdo del escandalete pre-censo, ¿lo recuerdan? Bueno, más de lo mismo.
Daniel, los platenses, gente de comer pan y eructar pollo, hicieron la marcha... en auto. Giraron y giraron como bobos a Pza. Moreno tocando bocinas. Lamento no haberlos ido a filmar, eran dignos de una pésima comedia.
Saludos a ambos.
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