lunes, 22 de octubre de 2012

LA NENA VIOLADA EN VILLEGAS: ALGO HABRÁ HECHO, O EL SENTIDO COMÚN EN ARGENTINA

La lectura de la sentencia del Tribunal Criminal 1 de Trenque Lauquen que condenó a 3 jóvenes adultos por abuso sexual a una nena de 14 años es un ejemplo pavoroso de que ese “algo habrán hecho” forma parte del sentido común de Argentina, punto de partida de la teoría de los dos demonios.

Si el hecho no se hubiera subido a youtube, haciéndose por todos conocidos, la conducta de la víctima hubiera quedado en su historia psicológica, su trauma como dicen, y la de los victimarios como una anécdota viril para contar entre amigos. Pero no es esto lo que interesó a los magistrados, quienes dejaron la responsabilidad sobre la publicación en el terreno de la duda.
No, los jueces comenzaron por evaluar minuciosamente la conducta anterior de la víctima con el argumento (¿atenuante?) de que no había existido violación, y si bien en todo momento se referían al estado de indefensión, fundado en un peritaje firmado por una licenciada en psicología, dejaron claro que de última, y para decirlo con todas las palabras, había existido consentimiento.
Ese consentimiento se armaba, en el sentido común de los señores magistrados, a partir de las varias experiencias sexuales anteriores (descriptas con lujo de detalles) que había tenido la víctima, sugiriendo que en realidad la damnificada buscaba afecto en unos padres ausentes por estar éstos dedicados con exclusividad al arte de hacer plata, y que esa ruptura de contención y límites había generado también dentro de la familia, con sus hermanos varones mayores, una situación de promiscuidad.
La víctima perfecta, y para qué dar más detalles.
No olvidemos que en General Villegas hubo un caceroleo protagonizado por unas 300 personas, a pocos días de conocerse el hecho, quienes exigían la libertad de los imputados y ahora condenados.
En ese marco, era lógico que la condena rozara los mínimos exigidos por la ley 25087 incorporada al Código Penal como art. 119 y siguientes, que pena los delitos de índole sexual. Pero ésta será una discusión de juristas y del programa de Mauro Viale.
Los medios nos traen un número creciente de noticias caracterizadas como delitos de género. Algunos llegan al extremo de considerar que toda violencia contra la mujer es uno de ellos, delito en apariencia infrecuente con víctimas varones. En este último caso, los opinadores dudan porque sin damos como cierto que la mujer es la víctima histórica de su condición de género, la condición masculina parece estar bajo sospecha.
Sin adentrarse en estas cuestiones, que responden a movimientos profundos de la cultura occidental, y por las cuales hoy está bastante bien visto avanzar en los derechos sexuales pero es peligroso internarse en los derechos económicos, sociales y nacionales; ni en la necesidad de poner la lupa sobre el más conservador de los poderes del Estado argentino, el judicial, esta sentencia es un ejemplo de los límites que tiene un poder político cuando la sociedad no acompaña sus cambios.
Nunca, en ninguna época de la Argentina, se ha hecho tanto por incorporar derechos de minorías.
Nunca, como ahora, se encaró un tema como el del aborto, considerado desde siempre como algo que se esconde bajo la alfombra. Nunca, como ahora, se avanzó en la persecución de los delitos de trata de personas, y en asegurar la identidad sexual. Todo esto, desde el poder público.
Esto no significa que el poder político, el Gobierno, sea el responsable de que estos cambios no se produzcan en la sociedad, porque es poco lo que éste puede hacer desde las estructuras del Estado, y con todo, es mucho lo que se hace sin ton ni son: registros a distintos niveles aislados entre sí, unidades de investigación sin capacidad operativa, contención asistencial anarquizada por la ejecución de distintos programas no necesariamente armonizados; y publicidad, un recurso superficial e incapaz de desarraigar costumbres consuetudinarias.
¿Entonces, por dónde empezar? Estoy tentado de citar a Ortega y Gasset (“argentinos, a las cosas”), pero se me va a acusar de cualquier cosa.

2 comentarios:

profemarcos dijo...

Los progres indignados justifican que una nena wichi de "menos de 13 años" haya sido embarazada por su padrasto agumentando "cuestiones culturales" según se lee en Página 12 de hoy...

Nando Bonatto dijo...

Dan asco

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