lunes, 23 de junio de 2014

INJERENCIA DE EEUU EN ARGENTINA, CONFIAR

Ya ganamos a los persas con un gol de Messi, y mientras tanto la vida continúa, los países siguen teniendo sus problemas y alegrías, la gente nace y muere, el mundo, en fin, sigue andando. 
Posiblemente estemos ante la peor crisis desde 2003, pero los gobiernos  no suelen suicidarse. Al menos no el nuestro, que ha probado su voluntad de cumplir con promesas y realizaciones. 
Los pueblos a veces se suicidan: suicidados son los que siguen creyendo en la fantasía de la convertibilidad.
Eso no lo hace al gobierno inmune al error, ni a los avances y retrocesos propios de todo mundo que cambia vertiginosamente. Pero para decirlo fácil: los que anhelan más o menos secretamente que este gobierno se ponga de rodillas, olvídense.
El conjunto de la oposición ha verbalizado su apoyo al gobierno en esta situación, pero así como somos optimistas sobre la conducta del gobierno, descreemos de los cantos de sirena de los que hundieron la nación.
Consultado Carlos Melconian, economista de Macri, respondió sin pelos en la lengua: "hay que pagarles sí o sí, y si no es con dinero será con especies". 
Luego, otro periodista consultó a Federico Stuzenegger: "los compromisos están para ser cumplidos".
La corresponsal de Clarín en Nueva York, a su turno, fue tan elocuente com el anterior. Ana Baron se extendió sobre lo que ella anhelaba haber escuchado en la audiencia entre el juez Griesa, los representantes de los fondos-buitre y los abogados que representan a Argentina. "El juez es muy duro y recto", dijo.
La CNN titula: "Hacia la cesación de pagos".
En esos instantes, Mariano Grondona balbuceaba: "somos malos pagadores y no es hora de buscar culpables". 
Estos son algunos ejemplos del apoyo de la oposición. ¿A que clase de "especies" se refiere Melconian? ¿Que a falta de dólares entreguemos parte del territorio? La propuesta no deja de tener un secreto atractivo: podríamos ceder la soberanía de Barrio Parque, con Mirta Legrand incluida. O por el contrario, la villa 11-14, a fin de que se arreglen ellos de la miseria que provocaron. 
Pero no la quieren a la Legrand sino a Vaca Muerta.
En cuanto a Sturzenegger, es uno de los ejecutores, junto con Daniel Marx, del megacanje, y ha quedado fuera de la investigación por prescripción, no por inocencia.
Ana Baron es amiga íntima de Ernestina Herrera, con quien comparte largas sesiones de bridge.
Todos en conjunto desean el default porque hacen cuentas de cuánto ganarían con ello. En cuanto a las críticas del faunen, son previsibles y no aportarán mucho, o en todo caso restarán, que es lo que suelen hacer: Tumini despotricará desde la izquierda y seguirá a la derecha; Solanas teatralizará otro "escándalo"; conoceremos otro capítulo de la telenovela psiccópata de Lilita...

¿Por qué la injerencia de la justicia norteamericana en las cuestiones argentinas?
¿En virtud de qué circunstancias un juez pedorro de New York, de primera instancia además, puede decidir sobre el destino, la felicidad y el bienestar de todos los argentinos? Imaginemos por ejemplo las consecuencias de que el juez Ercolini osara embargar los fondos de Papel Prensa-Clarín en el paraíso fiscal de Delaware, EEUU.
El actual conflicto con los hedge-funds, holdouts, fondos-buitre o vultur-funds (en rigor de verdad, más les valdría denominarse edge-funds, sin hache, porque están en los bordes del sistema financiero) habilita un par de precisiones.
Es cierto que New York es la capital financiera del mundo, pero también es el escenario natural de las películas neuróticas de Woody Allen, de los dibujitos anticomunistas de Walt Disney y el área de mayor consumo mundial de drogas.
Es preciso reconocer cierta relación de fuerzas, aunque el juez cascarrabias, que merece una rápida jubilación, cree estar en la cima del mundo manejándose con la impunidad derivada de tal ausencia de alteridad. 
Y hay una relación de fuerzas porque hay hipótesis de conflicto.
No debe confundirse optimismo con ingenuidad. Es difícil salir de esta crisis,pero se saldrá-

La justicia norteamericana decide sobre nuestros problemas internos desde 1981, a raíz de un préstamo externo para Aerolíneas Argentinas que tomó la dictadura cívicomilitar a tasas usurarias y luego de una habilitación del BCRA. Cierto juez federal de Usuahia o Tierra del Fuego puso el grito en el cielo: era Federico Pinto Kramer, pero no lo animaba el patriotismo. Estaba relacionado con la Fuerza Aérea. Es que en el negociado, habían dejado afuera a los brigadieres.
En aquel entonces Domingo Felipe Cavallo presidía el Banco Central, ese que en la misma época estatizó la deuda privada externa. Dagnino Pastore era ministro de Economía, ahora asociado con otros empresarios-lobistas-empresarios como Mario Brodersohn y Alieto Guadagni.
Si los fondos-buitre son parte del sistema financiero, está por verse. En rigor, son filibusteros que nos están apuntando con artillería pesada desde los bordes mismos del sistema financiero, allí donde desaparecen las reglas, la razón y la legalidad. La actuación de los fondos-buitre derriba las mismas bases de la Modernidad, demostrando que la fuerza es el derecho de las bestias, que no hay una categoría denominada razón, independiente del poder, y subsdiariamente que las maniobras denominadas ESTATIZACIÓN DE LA DEUDA, CONVERTIBILIDAD, PLAN BRADY, BLINDAJE y MEGACANJE fueron una gran estafa al pueblo argentino, porque se terminó pagando el doble de lo que se debía, y careciendo para colmo de constancias fehacientes de esa deuda.
Bien puede recordarse que esta visión colonizada de Argentina comenzó en 1824 con el famoso préstamo de la Banca Baring Brothers, que se terminó pagando en 1948, luego de abonar 20 veces las libras esterlinas que nunca se entregaron. Lo contrajo Bernardino González Rivadavia hipotecando la tierra pública, y entre sus negociadores había un señor Pinedo.
Sin duda, como sostuvo Jauretche irónicamente, Rivadavia fue el hombre que se adelantó a su época. 
Y no es casual que el empréstito Baring lo amortizara Perón, quien en ese entonces se negó al ingreso de Argentina al FMI. Aparece clara la coincidencia con los canjes de deuda del período Néstor-Cristina por un lastre de 160 mil millones de dólares, deuda adquirida en su totalidad antes de 2003; y la liquidación de la cuenta con el FMI. 
No es cosa de hacerse los guapitos y luego actuar como el enemigo quiere.
El relato de los endeudamientos ruinosos con el exterior es la historia de los sectores dominantes en Argentina desde 1810.
Por eso, es imprescindible CONFIAR.
Y no desperdigarse.

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