domingo, 3 de agosto de 2014

Griesa, entre Escila y Caribdis



Niños: escriban cien veces “estamos en default, estamos en default, estamos en default”...

Estamos en default, estamos en default, estamos en default, estamos en...

Parece no hablarnos a nosotros, ya que escriban es la tercera personal del plural, y se está dirigiendo a indeterminados, vagos o lejanos “ellos” aunque ella, la maestra, al frente de la clase nos mira, nos señala, nos enseña y nos ordena a “nosotros”. A nosotros, los que estamos aquí, escribiendo.

La letra con sangre entra.



Estamos en default, estamos en default, estamos en default, estamos en...

Pues bien, estamos en default.

Pero no estamos en default. Eppur si muove, se dijo hace unos trescientos ochenta y dos años.

Si default es sinónimo de quiebra, se refiere a una situación de insolvencia que no se verifica hoy en Argentina.

La Argentina de 2001 y 2002 sí había caído en default: el Estado dejaba de pagar los servicios de la deuda (es decir, los intereses) porque se habían agotado sus reservas, y para abonar esos intereses estaba obligada a tomar nuevos créditos a tasas usurarias en el mercado marginal. Ni siquiera tenía moneda: Cavallo había dejado al país sin política monetaria. Que recuperó Néstor.  




En medio de la disyuntiva shakespereana de estar o no estar en default, se conocieron declaraciones del primer afroamericano que llega a la presidencia de EEUU, antes incluso que un Papa negro, declaraciones que asombran por su oportunidad: aunque se producen en el marco de una conferencia de prensa relacionada con la situación en Gaza, aparecen cuando un juez municipal de EEUU se empecina en decretar el default de un país soberano como Argentina. Todo tiene que ver con todo.



El principal antecedente jurídico del citado juez (tomen nota) consiste en haber defendido al róbalo o lubina de una obra pública estatal (una autopista) que alteraría su natural época de desove, no del juez sino del pez. Propuesto para integrar el poder judicial por el republicano Richard Nixon, de la defensa de la lubina pasa a la defensa de NML Elliot.

Según se ven las cosas, nunca mejor puesto el nombre a este blog, Patria o Colonia, en estos momentos.

Sigue Barak Obama: “hicimos muchas cosas correctas, pero también algunas cosas que estuvieron mal. Cruzamos la línea, hicimos cosas que van contra nuestros valores. Torturamos a alguna gente”.



Con ser nuevo, es inconcebible que un presidente sincere las cosas, cuando todos estábamos convencidos de que los tormentos eran monopolio de comunistas, de militantes de AlQaeda, de castro-chavistas, de terroristas en todo el mundo, y que las tropas de los EEUU se portaron como verdaderos monjes tibetanos en todos los lugares del mundo donde fueron arrastradas a actuar en defensa de la libertad de comercio, del american way of life, del destino manifiesto, de la segunda enmienda (esa que permite a todo ciudadano de EEUU tener un misil antiaéreo bajo su colchón) y de las películas de Hollywood, de Rambo, de Bruce Willis, o del petiso Chuck Norris.

Lo de “monjes tibetanos” es una figura literaria: también los tibetanos, dirigidos por el Dalai Lama, un líder muy cercano a la CIA, torturaron y masacraron en una larga guerra contra China, aliados con Chian Kai Chec, el líder espiritual de Taiwán, enemigo de Mao y jefe del Ejército Blanco. Pero los chinos, unos y otros, hicieron barbaridades sin fin: en La Condición Humana, Malraux cuenta que alimentaban las calderas de las locomotoras con prisioneros vivos, porque el carbón escaseaba.


De todos modos, no es para tanto ni tan poco, reverendo Obama: son más las cosas correctas que las que estuvieron mal.

Es cierto que cruzaron frecuentemente la línea en la base ilegal de Guantánamo, territorio que retienen ilegalmente, secuestrando y martirizando a varios cientos de prisioneros ilegales, es decir “unos cuantos”, después de la sospechosa caída de las Torres Gemelas.

Es cierto que invadieron Irak falsificando el asunto de las armas de destrucción masiva, con el objetivo cierto de dividirlo en tres satrapías propiedad de determinadas petroleras como Halliburton.

Es cierto que apoyan la política militarista de Israel acusando de antisemita a cualquiera que levante la voz contra bombardeos indiscriminados a escuelas y hospitales palestinos. Con el apoyo inocultable de EEUU y del propio Obama, Israel tiene libertad para tomar casi cualquier cosa como blanco militar, como por ejemplo dos centenares de chicos palestinos.

Es cierto que Hamas, los yijadistas irakíes y los nacionalistas de Crimea tienen apoyo de, o son una pura invención de EEUU o anteriormente de Gran Bretaña. 
Los yijadistas son herencia y resultado de la ocupación militar en Irak, la destrucción de la Guardia Republicana, el ninguneo del pueblo iraki, la destrucción del laico partido Baas, la vuelta a las rencillas religiosas entre chiitas y sunnitas y el asesinato del anterior aliado Hussein.

Israel necesita un Hamas para jurarse nunca negociar con los palestinos. Y la postura anti-rusa en Crimea, con ser histórica, ha sido fogoneada por EEUU durante algunos años hasta que la economía de la península quedó a merced del FMI... y los fondos-buitre, situación que EEUU eligió seguir también en Siria.

Es cierto que EEUU ocupó Afganistán y Grenada y Somalia y algunos otros lugares insignificantes, para no remontarnos muy atrás en el tiempo porque bueno bueno.

Para la opinión publicada norteamericana, no tiene mucha importancia haber cruzado o no la línea, o hacer algunas cosas bien y otras mal mientras nadie pierda su derecho a tener una ametralladora antiaérea en su casa o a sorprenderse con imprevistas matanzas en escuelas, o mientras no diluya la frontera entre un hispanoparlante, un caucásico y un wasp.

Rambo parecía una película de cuarta. Pero no: es una subcultura y es una política.



Lo que sí preocupa, leemos en el diario, es que el gobierno norteamericano haya espiado computadoras de empleados del Congreso, ohhhh, como si usar skype, facebook, windows, ares, whatsapp, fueran garantía de privacidad.


Mientras un juez de condado proveniente de Kansas City se hace el John Wayne con Argentina, un presidente nacido en Honolulu practica la compasión cristiana aunque varios millones de inmigrantes indocumentados no compartan el mismo punto de vista. Los freudianos podrán dar una explicación –freudiana, por cierto- al origen de Griesa: la ciudad de Kansas City tiene una mitad en el Estado de Kansas y otra mitad en el Estado de Misouri.

Entre Escila y Caribdis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"... en La Condición Humana, Malraux cuenta que alimentaban las calderas de las locomotoras con prisioneros vivos, porque el carbón escaseaba." Ninguna penuria de carbón: era un método de ejecución como la horca, la guillotina o la silla eléctrica. Pero contraproducente: el cuerpo humano, al estar constituído mayormente por agua, tiende a apagar el fuego no a avivarlo. Hace más de treinta años que leí la obra pero juraría que el error es del autor del blog, no de Malraux.

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