Una
de ellas es el impacto que la devaluación tuvo respecto del Dólar
Futuro. Una muy tenue referencia a mediado de diciembre y luego silencio
de radio.
El Dólar Futuro es un instrumento financiero mediante el cual
se asume el compromiso de devolver el dinero tomado al valor que el
dólar tenga en una fecha futura determinada. Si en el ínterin en que la
operación transcurre se produce una devaluación, el impacto en pesos es
exactamente equivalente al porcentaje de dicha devaluación. Esto le
costó al BCRA, es decir a todos los argentinos, alrededor de $30.000
millones, que terminan engordando el bolsillo del sistema financiero, es
decir los bancos.
El
otro tema, es el ya vigente aumento del 6% del combustible, el que se
completará con otro similar en marzo. No es que no se haya informado,
mucho menos que pueda pasar desapercibido. Tampoco es que se trate de
una cuestión novedosa. Bueno es reconocer que no es el primer
incremento, ya hubo otros en años y gobiernos anteriores. A lo que me
refiero y que nada se dice, es al combo explosivo que implica el aumento
de precio sumado a la devaluación del 40%. Se oculta la enorme
transferencia de recursos de toda la sociedad en favor de unos pocos
grupos económicos de productores y refinadores de petróleo. Veamos, si
bien el crudo de referencia se reducirá un 10%, el valor en pesos
crecerá un 27% aproximadamente en virtud al incremento del tipo de
cambio. Un ejemplo numérico a modo aclaratorio. En el caso de los
productores de petróleo de la cuenca neuquina, que por el Medanito
recibían a principio de diciembre $ 735 por barril, pasarán a recibir un
26,7% más, esto es, $ 931,5 por barril (1). En definitiva y para no
abundar en detalles, la transferencia en favor de los mencionados grupos
terminará redondeando los $35.000 millones, que le sustraen a todos
los argentinos, esto es, al consumo y por ende al mercado interno,
Vale decir, en apenas un mes de gobierno estas dos cuestiones, tan solo dos, nos cuestan $ 65.000 millones.
Está
claro que lo hicieron "sin las molestas peleas y disputas" al que nos
tenían cansados las actitudes del gobierno anterior. El "diálogo y la
tolerancia" lograron evitarnos el estrés del conflicto.
Cada
uno hará la valoración sobre que rango de importancia le asigna a estas
cuestiones. De todas formas quiero hacer un breve cálculo, no sin antes
aclarar que no pretendo justificar situaciones que pudieran ser
irregulares o pongan en duda la necesidad de la eficiencia del Estado en
el cumplimiento de sus funciones. Vamos al cálculo comparativo: seamos
generosos y asignémosle un sueldo figurativo promedio de $ 25.000 a
cada uno de los 2.000 hipermediáticos despidos del Senado de la Nación,
lo que hace un total de $ 50 millones mensuales.
Es
decir que vamos a necesitar ahorrar durante 1.300 meses -más de un
siglo- el sueldo de los 2.000 despedidos para compensar los 65 mil
millones que el club de CEO´s, encaramados en la conducción de estado,
transfieren a los sectores beneficiados con sus decisiones.
Dicho
de otra manera, el ahorro pretendido con los despidos, el mencionado y
otros, no es para solucionar problemas preexistentes como hacen
aparecer, sino para generar las condiciones políticas de "confianza
hacia el mercado", mostrando una voluntad inquebrantable de cumplir con
el endeudamiento que empiezan a tomar, a la vez de beneficiar a los
sectores concentrados de la economía de donde precisamente los CEO´s
provienen, exhibiendo para ello la inquebrantable disposición de llegar a
la represión si las circunstancias lo exigen.
(1): fuente OETEC
*Ex Diputado Nacional
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