jueves, 18 de noviembre de 2010

NAVEGAR TANTOS MARES, VENIRSE AL CUETE

Año 1845.
El pequeño pero activo grupo unitario refugiado en Montevideo, intenta una y otra vez derrocar a Rosas y acepta gustoso la colaboración de Gran Bretaña y Francia, y también del imperio de Brasil, todos los cuales operan para desmembrar a la Confederación Argentina y quedarse con los despojos.
El objetivo principal de las potencias imperiales era obtener, incondicionalmente, la libre navegación de los ríos.  Rosas no cede.
En agosto, tropas mercenarias al mando del aventurero José Garibaldi saquean Gualeguaychú. El historiador Saldías da cuenta minuciosa de los robos y violaciones producidas.
En noviembre, una flota conjunta de Gran Bretaña y Francia remonta el río Paraná al mando del sir Charles Hotham, embarcado en el vapor artillado Gorgon. Argentina carecía de embarcaciones armadas para enfrentarla, por defección del almirante Brown también en agosto.
Inglaterra había intentado apoderarse de estas tierras en 1806. En esa oportunidad, una flota que llevaba en la tripulación al aventurero Home Riggs Popham, había cambiado de rumbo: Ferns H.S. ("Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX"), relata que la orden original de Su Majestad era saquear Sudáfrica.
Escribe mi amigo Teodoro Boot:
"Home Popham había quedado con una deuda (de juego) enorme, con (el contrabandista británico-argentino) William Pius White o Guillermo Pio White, contraída cuando ambos pirateaban en la India. Luego de que la escuadra tomara Ciudad del Cabo, White lo interesó en las fabulosas riquezas de Buenos Aires y en lo sencillo de tomar la ciudad. Lo primero era un bolaso para interesarlo. Lo segundo era verdad. A Popham le gustó la idea y le encargó la toma a Beresford".

Reproduce Adolfo Saldías En "Historia de la Confederación Argentina" la proclama de Lucio Mansilla, jefe de las tropas que había decidido acantonar la Confederación en Obligado, cerca de San Pedro:
"Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra patria al navegar, sin más títulos que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro país. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! Vamos a resistirles con el ardiente entusiasmo de la libertad. Suena ya el cañón. Tremola en el río Paraná y en sus costas el pabellón azul y blanco, y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea!!"
El resto es conocido. Un tal Álvaro Alsogaray se lució en la defensa de Obligado.
En febrero de 1852, el imperio de Brasil venga la derrota de Ituzaingó: sus tropas entran victoriosas en Buenos Aires luego de la traición de Urquiza.
En agosto de ese año, el mismo Hotham que había conducido el batalla en Vuelta de Obligado, firma con Urquiza la libre navegación de los ríos.

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