lunes, 31 de octubre de 2011

DEVALUACIÓN EN CIERNES: EL DÓLAR SE DISPARÓ A 4.26

En su erudita (ver aquí) columna "Algo interrumpió la fiesta", remake en blanco y negro de "Algo sucedió camino del foro" y de la "Fiesta inolvidable", Joaquín Morales Solá nos confirma lo que ya era un secreto a voces:


"Parte de esos argentinos que la votaron (N. de la R.: "a Cristina") salieron corriendo después (y salen ahora) a comprar dólares", sostiene el periodista independiente.

La inflación ya es insostenible, y bien podría denominarse hiper.
El dólar, como predijeron los analistas más serios (Los Midachi, Carlitos Balá, etc.) ya está bastante cerca de los 10 o 15 que auguraba Broda hace unos años. Que hoy cotice a 4,26 está demostrando que el gobierno, a contramano de lo que prometió en la campaña electoral, va a acabar con los subsidios, decretará un congelamiento general de salarios y AUH, e iniciará una ronda de conversaciones con el FMI para solicitar humildemente un crédito contingente o al menos un super tramo oro.
Como bien dice el Monje Tucumano, desde el 2003 los salarios avanzaron más que la inflación, y ya es hora de tomar ganancias demostrando una vez más que el populismo kirchnerista es un tigre de papel.
En la foto que se publica abajo podemos ver a parte de esa multitud corriendo por la calle Reconquista detrás de un dólar. Ya lo ha referido el tango: ¿Dónde hay un mango, viejo Gómez?

Dos fantasmas la persiguen (a la susodicha multitud): la recesión o stanflation y la gloriosa convertibilidad, que nos hizo felices a todos.

Hace unos minutos, el canal Crónica entrevistó a una turista española que temía no poder cambiar sus pesos argentinos por dólares.
- ¡Joder, pues vaya a un banco!- exclamó un transeúnte refiriéndose quizás al Francés, que como todos sabemos es propiedad del Bilbao-Vizcaya (BBVA), una institución financiera de capitales ucranianos, controlada por un grupo inversor de origen árabe-sefaradí y gerenciada por una agencia de management con asiento en Uganda, a su vez propiedad de una oficina con contestador automático en las islas Bermudas.
El notable movilero de Crónica, nótese, no dio aire a la turista luego del eventual rechazo a su trámite sino antes.
Provenientes de las barriadas fangosas de Ensenada, Avellaneda y Berisso, vemos aquí a cuatro ejemplares del aluvión zoológico que se aprestan a comprar sus verdes en las dudosas agencias de cambio de la city.

Y termino porque tengo que salir.

2 comentarios:

Adrian dijo...

Pedirle a estos golpistas que no intenten voltear a un gobierno claramente popular es como pretender que un león se haga vegetariano.

(¿Es exagerada la calificación de golpista?)

Saludos,
Adrian

Jorge Devincenzi dijo...

No es exagerada. A la mañana, TN mostraba una multitud en la zona de las casas de cambio. Pasé por allí: lo único que dificultaba el tránsito eran los camiones de exteriores de los canales

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