martes, 25 de octubre de 2011

Gadaffi, o la muerte de la Razón

Vivimos una época que ha sido bautizada como La Era de la Razón. El individuo crítico es una de las significaciones de la Modernidad. Somos herederos de Kant, de Descartes y de Hegel, pero la realidad parece demostrar que se ha destituido al Gobierno Racional.
El asesinato del líder libio Gadaffi, en vivo y en directo, con la participación según Pájaro Rojo, de eventuales beduinos que dan ordenes en castellano y con un claro acento cubano, nos da una pauta de cuál es la madre del borrego. Escribe Salinas: "entre la turba que linchó a Gadafi había quienes se comunicaban por radio con sus jefes en castellano (a mi juicio, caribeño) y luego recomendaban (u ordenaban) a otros castellano-parlantes allí presentes que dejaran que la horda lo asesinara".
Este video de Youtube lo prueba.
Las incursiones de Occidente en lo que el pensamiento colonial conoció como Oriente Próximo y Medio Oriente (el mundo islámico) se inscriben en los límites de esta Era de la Razón que hace ya 60 años conoció la experiencia nazi de exterminio masivo industrializado. Desde entonces, algunos se preguntan si acaso Hitler no era humano.
Sí lo era, qué duda cabe. 
El pensamiento exquisito de Toynbee y la mediocridad intelectual de Huntington han coincidido en el choque de civilizaciones, el Occidente judeocristiano y el Islam ahora mismo, como si el primero fuera el dueño, marca registrada, de la Razón. Es cierto, los islamitas creen que el propio Alá escribió el Corán o Al Curán, de donde derivan las leyes. Los individuos críticos considerarán que eso es una expresión de barbarie, y que hay que introducir los paradigmas occidentales en Oriente, a sangre y fuego si es preciso.
Adormecen para ello a la opinión pública mostrando una y otra vez, y de manera totalmente sesgada, que Oriente expresa toda clase de salvajismo. Que los medios crean realidad no es ningún descubrimiento para los argentinos. Es habitual que en facebook aparezcan campañas para la defensa de mujeres apaleadas, en Afganistán por ejemplo, y las almas sensibles del progresismo enseguida reaccionan, solidarias.
Si fuera cierto lo que se trasmite de Oriente, eso autorizaría todo tipo de intervención a fin de imponer la superioridad de la Razón. Por la fuerza, de ser necesario.
Pero desde hace mucho la Razón de Occidente se ha encontrado con su propia sinrazón. 
No van por la democracia y la tolerancia sino por el petróleo. 

1 comentario:

Daniel dijo...

Bueno, Occidente gira hace un par de milenios, alrededor de la vida y pasión de alguien que ni siquiera existió, siendo que no hay la menor evidencia de ello.

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