jueves, 13 de octubre de 2011

URUGUAY, A UN TRIS DE LA GUERRA TOTAL


Nuestras relaciones diplomáticas con la vecina Banda Oriental (Rou) siempre estuvieron cruzadas por una competenca enfermiza que, a juzgar por las declaraciones del (un poco achispado por el tannat local) presidente (Mandato Cumplido) Tabaré Washington Vázquez, nos pusieron en 2006 al borde de una guerra devastadora.
Recordó el ex mandatario que tras la sangrienta represión decidida por el presidente Néstor Kirchner a los asambleístas de Gualeguaychú, él (Tabaré) ordenó desplazar un batallón completo de rifleros, 60 soldados del Regimiento 8 de Caballería Mecanizada Aparicio Saravia con órdenes terminantes: "procurar antes perecer que entregar la papelera".

(La fotografía de arriba muestra a las tropas unos minutos antes de desplegarse en defensa de la soberanía finlandesa).

El hecho ahora conocido es la culminación de una serie de entuertos que comenzaron a principios del siglo XIX, o incluso antes si recordamos que Montevideo y Buenos Aires competían en romper el monopolio comercial hispánico en favor del Progreso encarnado por comerciantes y filibusteros británicos. Ante de eso, los charrúas (que eran unos originarios bastante salvajes para los gustos actuales) se comieron a Solís, un segundón de la Madre Patria.
El río color de león parecía unirnos, pero en realidad siempre nos enfrentó.
River Plate es incuestionablemente superior a Peñarol aunque juegue en primera B.
Francéscoli nunca podría compararse con Messi.
El dulce de leche Conaprole le saca ventaja al Poncho Negro local, pero en compensación los argentinos tenemos mejores pruebas de que, como símbolo de la más pura argentinidad, Carlos Gardel nació en Francia y no en Tacuarembó.
Algunos hechos históricos prueban que esta tirria mutua nació con la patria misma. Mediante los oficios patrióticos de Manuel García, Bernardino Rivadavia consiguió que el Imperio Brasileño e Inglaterra nos sacaran de encima al incómodo José Gervasio Artigas. Nada mejor que una invasión para convencer a los díscolos.
Apenas 33 uruguayos, dirigidos por Lavalleja, se rebelaron contra esta muestra de realpolitik. (Quienes tengan interés por el personaje Rivadavia, encontrarán una buena descripción en la comedia "Aventuras del Capitán Popanillas" escrita por Benjamín Disraeli).
Durante la primera tiranía (Rosas, la de Perón fue la segunda), los salvajes unitarios se refugiaron en Montevideo y desde allí tiraban flechas contra el monstruo benévolo que tan bien describiera Rivera Indarte en "Tablas de Sangre", José Marmol en "Amalia" y otros bestsellers de la época.
Fue en esa plaza fuerte donde Sarmiento y Mitre soñaron con la patria inclusiva que luego pondrían en práctica en los llanos de La Rioja, Humaitá y Curupaití. Contaron, para ello, con la inestimable ayuda de aguerridos soldados uruguayos y colombianos que inauguraron una de nuestras más caras tradiciones: la obediencia debida en ocasión de excesos justificados por la defensa de la nacionalidad y los valores tradicionales o nuestro tradicional forma de vida.
Antes que sucediera la justa invasión al Paraguay para desalojar a la tiranía crispada de los López, heredera del no menos crispado Gaspar Rodríguez de Francia, Mitre hizo bombardear Paysandú para vengarse de un tal Leandro Gómez que había osado criticar su casi perfecta traducción de la Divina Comedia que le habría deparado el Premio Nobel de Literatura si Don Bartolo la hubiera publicado 30 años después.
Pero nuestro prócer, aunque siempre dispuesto al bronce y a los laureles, se conformó con dirigir su propia tribuna de doctrina y la obra del Dante fue publicada por la Editorial Sopena en formato bilingüe.
Hoy, Paysandú apenas recuerda esa contienda y sus habitantes están más preocupados por los efluentes industriales de las papeleras, construidas al amparo de unos Tratados de Protección de Inversiones que serían como un Alca, un Commonwealth, un Comecon o un Tahuantinsuyo (gloria a los originarios) en chiquito.
Hubo algunos altercados sin importancia durante la época de Yrigoyen, y desde entonces la Banda Oriental fue conocida como "la Suiza de América" por la laxitud aplicada a sus controles bancarios, lo que la convirtió en un paraíso fiscal.
Sin embargo, la historia oficial uruguaya señala que el tal apelativo provino de los índices de escolaridad y alfabetización propios de un estado europeo si se tiene en mente a Francia, no a Albania.
Durante la segunda tiranía, Uruguay albergó a los más decididos patriotas democráticos, esos que se atrevían a arrojar bombas sobre multitudes indefensas y luego eran exculpados por un sacerdote no menos patriota.
(Tranquilos, también hay un infierno para ellos).
En los años 90, dos presidentes (Sanguinetti y M***m) firmaron un convenio para construir un puente binacional que afortunadamente quedó en proyecto porque hubiera impedido el paso de barcos graneleros, esos que transportan hoy valiosos commodities para alimentar a los chanchos chinos que alimentan a los niños chinos, quienes nos fabrican valiosas herramientas de mano y quincallería de colores vivos.
Cualquier argentino bien nacido elegiría Punta del Este para vivir. Al contrario, los uruguayos prefieren Mar de Ajó.
Las pamplonas uruguayas tienen más colesterol malo que los chinchulines argentinos. La carne uruguaya es más barata que la argentina, pero allá está prohibido comer lomo y cuadril porque lo primero (contentar a los compradores europeos) es lo primero.
Nosotros tuvimos un médico presidente (Illia) como ellos, de modo que en eso no podemos competir. Y más teniendo en cuenta que otro médico (Binner) no llegará al famoso sillón de Don Popanillas.
Ahora, Tabaré se muestra cerca de Binner acaso porque ambos tienen registrada la marca "Frente Amplio", aunque el Frente Amplio local, de factura santafesina, es un poco menos amplio que su original. De todas maneras, las estrambóticas declaraciones del ex-presidente oriental deben ser entendidas como una ayudita de campaña, ayudita que -me atrevo a decir- no va a mover el amperímetro.
Por eso, sumamos a don Tabaré al ahora trío "Dicen que soy aburrido" que ya integran, de pleno derecho, don Hermes y el inefable don Fernando. Lástima que don Cleto no haya podido llegar al podio, lástima.

1 comentario:

Fernandoc dijo...

Es así, nomás. Estos yoruguas nos tienen envidia, nos tienen. No se olvide que hasta han querido apropiarse de nuestro mate (y del porongo). Vamo arriba la blanquiceleste, bo!

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