lunes, 16 de julio de 2012

Fanny Navarro, perseguida


En "Fanny Navarro, la diva que el poder destruyó" el ex-maserista (tanto como lo fue Eduardo van der Kooy de Clarín) Pablo Sirvén, en La Nación, exhibe nuevamente su antiperonismo visceral y se muestra complaciente con los "libertadores" de 1955.


El psicótico asesino Próspero Fernández Albariño, que no era capitán ni nada tenía que ver con Gandhi (a quien Sirvén apenas califica "oscuro") no le mostró el cráneo de Juan Duarte en una bolsa sino sobre el escritorio de la oficina donde interrogaba a los peronistas detenidos.

La casa de Castex 3336 donde vivía Fanny Navarro no fue malvendida por decisión voluntaria de la actriz. Víctima del terror de la Libertadora, la diva entregó su propiedad señalada por los comandos civiles, al precio que decidieron los compradores.

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