La derecha que se enmascara detrás del rostro pavorosamente
erótico de una Laura Alonso o la cara de piedra de un Macri, atrasa.
Habrá quienes no lo consideran así. Anotan en su favor lo
que sucede en lo general (la hegemonía del discurso neoliberal en el mundo
desarrollado combinada con el paulatino desarme del Estado de Bienestar en
Europa desde la periferia (España), y lo local (el apoyo a Macri en la ciudad
de Buenos Aires, o el avance electoral de vulgares candidatos de la farándula
como Del Sel).
Pero la realidad presenta mil sutilezas que desmienten esa linealidad, y la reiteración de rasgos insípidos como los de los nombrados (y a los que bien podemos sumar los de Rodríguez Larreta, María E. Vidal, Gabriela Michetti, etc.) no debe llamar a engaño.
Pero la realidad presenta mil sutilezas que desmienten esa linealidad, y la reiteración de rasgos insípidos como los de los nombrados (y a los que bien podemos sumar los de Rodríguez Larreta, María E. Vidal, Gabriela Michetti, etc.) no debe llamar a engaño.
Si la declaración más elaborada de Laura Alonso consiste en
afirmar que se enamoraría de Cara de Piedra Macri, detrás de esa tontería que a
nadie importa y no beneficia al receptor, o sí, hay un peligro supremo, como el de
Flint, para la supervivencia de todos nosotros y la salud de la nación, que
viene a ser más o menos lo mismo.
La naturaleza, la selección natural, no los
ha favorecido, y eso que en nuestras clases dirigentes hay bellezas
recontraprobadas, en ambos sexos, o en el género que usted prefiera.
En efecto, son boludos peligrosos -como los llamaba el
desaparecido Tato Contissa- es decir se hacen, parecen, simulan, pero no tienen
nada de boludos.
Tomemos el caso de Laurita Alonso.
Es lícito preguntarse si esa mujer es argentina o norteamericana,
en cuyo último caso, cómo es que fue elegida diputada nacional. ¿Representa a Hillary
Clinton, a Madeleine Albright, a perfumes Avon, a Vital Voices, al fondo buitre de Paul Singer o a todos ellos?
Hay que estar en un mundo medianamente informado como para
saber que es Vital Voices, a la que pertenece Laurita, y su sucursal local, Voces Vitales.
A esa ong no la
conoce nadie, como sí conoce a Greenpeace y su relación con la Royal Dutch
Shell, de propiedad de la familia Orange-Nassau (Su Alteza Máxima Zorreguieta).
Vital Voices es una nueva alternativa de bajo perfil organizada por un sector
del gobierno norteamericano para las Americas, es decir, para todo lo que no
sea America, que viene a ser exclusivamente EEUU.
El lema de Voces Vitales es “invertir en la mujer es
transformar el mundo” en alianza con la fundación (de beines, beinetas,
jabones, jabonetas) Avon, que ha invertido en shampúes y perfumes femeninos,
A ver, a ver, como diría Aníbal Ibarra: una cosa es luchar
contra la violencia y discriminación a la mujer, y otra distinta invertir en la
mujer.
Según reconoce “sin ruborizarse” la propia Voces Vitales, entre
quienes invierten en la mujer está el
fondo buitre NML de Paul Singer, el mismo que se quiso llevar la Fragata
Libertad a su casa, el mismo que batalla con el apoyo del juez Griesa para que
el 7% de los acreedores que no entraron en los dos canjes de deuda cobren el
100% del préstamo, sin la quita del 72% que obtuvo Néstor Kirchner.
¡Como si no hubieran cobrado esas “inversiones” varias
veces!
Porque no tenga duda: cuando en EEUU una ganancia razonable es un 10%
anual, aquí se la llevaron varias veces y pretenden ganancias cinco veces
mayores, y ya. Recuerde qué sucedió en los ’90 con las multinacionales de
servicios (Telefónica, Personal, Edesur, Edenor, etc.): con una inflación 0%
(cero) avanzaban a razón del 7% anual. Sólo tiene que comparar cuánto se prestó
y cuánto cobraron efectivamente”
Ahora sí está más claro: Laurita Alonso no es diputada de la
nación sino diputada de Avon y de Paul Singer, su patrocinante.
Hoy en Vital Voices o Voces Vitales, ayer en Poder Ciudadano
(Transparency International) Laurita Alonso desconfía de la transparencia del
Estado pero se despreocupa de la transparencia de los oscuros que la financian,
como por ejemplo el citado fondo-buitre, y la decena de multinacionales que cotizan: nunca una pyme, nunca una pequeña empresa relacionada con
el mercado interno.
Paul Singer, Laurita Alonso, Vital Voices. Perfumes Avon. Es
como la vieja multinacional de origen norteamericano Procter & Gamble, que
ahora funciona como “pi and yi”: suena a juego de bolitas, a chiste pi and yi,
a voz neutra.
Los piratas ya no recalan en la isla de Tortuga ni en
Malasia. Me causa gracia la interpretación de Jack Sparrow, pero imposible
compararlo con Sandokan.
Los piratas se han diseminado por el mundo: los
personajes y los estilos se renuevan.
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