viernes, 9 de agosto de 2013

JUNTOS PODEMOS

Este post pudo haberse titulado “La culpa la tiene nuestra presidenta”, o “Marcianos”, pero preferí el elegido porque la apelación a la unidad de todos, imagino, es cosa seria.
Me he despertado pensando en el sentido de la frase: juntos podemos. ¿Quiénes, juntos? ¿Todos o solamente ellos? Advertí, tarde, que la apelación, si bien puede interpretarse de las dos maneras, sugiere que Macri pretende ser el líder de ellos, con vistas a octubre, pero todos sabemos que eso es imposible.
Y también esconde que en ese “todos”, muchos quedamos afuera.
Excluidos.
Hay demasiados jefes entre ellos, y pocos soldados. No me imagino a Carrió subordinándose a ninguno de ellos. Tampoco me lo imagino a Macri, que tiene esas veleidades del cacatúa aburrido que sueña con la pinta de Carlos Gardel. No puedo imaginar a ninguno de ellos subordinándose a una lista común. Muchos personalismos sin substancia, muchos generales sin tropa.
Y los títulos que no fueron (“La culpa la tiene…” o “Marcianos”), no lo fueron porque en realidad había pensado comenzar con una anécdota.
En las colas del colectivo suelen suceder cosas asombrosas.
Ayer mismo, esperando el 26, fuimos momentáneamente detenidos por un grupo de jóvenes que hacían piruetas impidiendo el libre flujo de tránsito. Delante de mí una mujer se dio vuelta y dirigiéndose a quien esto escribe, explicó así la fugaz dificultad: “La culpa la tiene nuestra presidente”, poniendo, creo, cierto asco en el “nuestro”, como si esa posesión común fuera a su pesar, pero combinada, creo, con cierto reconocimiento: al menos registraba su autoridad presidencial.
Evité polemizar y me limité a devolverle un cuarto de sonrisa de costado.
No entiendo en qué podría ser culpable Cristina, ni siquiera qué tenía que ver con la situación.
Eso me recordó otra espera de colectivo, esta vez suburbano, cuando nuestro ocasional compañero de cola atribuyó el atraso en la llegada del medio de transporte a un grupo de hombrecitos marcianos que, cerca de allí, cerraba el paso del tránsito, y lo dijo seriamente. Los llamó “hombrecitos”, aunque no sabemos si en Marte hay “hombrecitos” y “mujercitas” verdes, muchos sexos, uno solo o ninguno. Ni siquiera si son verdes.
- Ahhh…- respondí.
En las colas suelen escucharse todo tipo de comentarios estúpidos o demenciales. Pero si bien el último ejemplo rápidamente se explica en el delirio, el primero me sugiere más, es el resultado de un encadenamiento coherente de ideas. Erradas.
La culpa la tiene nuestra presidenta bien pudo ser “todo es culpa de ella”, y luego “ella o yo”, algo así.
Me siento orgulloso de esta presidenta, y creo que cada uno, en la medida de sus posibilidades y necesidades, debe contribuir a que esto no fracase. Sabemos que muchos no lo piensan así, que la prédica del individualismo ha calado en amplios sectores de la sociedad argentina, que ese individualismo es uno de los signos distintivos de nuestra época, que lo solidario y lo común a todos son cosas del pasado. Y que muchos son sordos a su prédica en este sentido.
Recordemos, entre mil ejemplos disponibles, el estúpido individualismo de esos conductores de bicicleta que se desplazaban por las calles de la ciudad como un malón con ruedas, sin respetar las señales de tránsito: pudieron ser responsables de una tragedia; no lo fueron de pura casualidad.
No escuché a Macri criticarlos (y nadie se lo preguntó), quizás porque a eso se refiere con la apelación de “juntos podemos”. Juntos, con los de masa crítica, eso sí.
Un hombre, un voto.
Tampoco escuché a ningún periodista relacionar a Macri con “La Doce” de Boca.
Parece tan incombustible como lo expresa su rostro o su pobre discurso. La plata puede hacer milagros.
Debo reconocer que, cinco años atrás, me empeñaba en remarcar los defectos del gobierno en lugar de subrayar sus logros, olvidando eso de “en su medida y armoniosamente”.
Fue Alicia, mi compañera de entonces, la que me despertó de un error originado en la vanidad de quienes critican para lucir más objetivos.
Juntos podemos, sí, apoyar este proyecto con los errores y defectos que tiene. Es la única petición de unidad que puede funcionar cuando no priman los meros intereses personales.
Parece ingenuo: no lo es.

4 comentarios:

Moscón dijo...

Hasta chevron veníamos bien,ahora mas que juntos me parece amontonados y desconcertados.

Tilo, 72 años dijo...

Muchas veces se da por sentado que ciertas cosas no cambiarían, al menos para peor, sin importar qué facción política "gobierne".
Craso error.
Siendo aún muy joven, vi derrumbarse sin que nadie pudiera evitarlo, conquistas y logros del campo laboral, social y económico productos de casi una década de luchas.
¿Qué impediría que ante un eventual cambio de "gobierno" (y uso "" porque el que casi siempre manda es el poder económico) se destruyeran las reconquistas y reivindicaciones de los últimos 10 años?
La AUH, por ejemplo, pueden dejarla languidecer sin incrementarla en pocos años. Nadie la anularía, sólo que ya no serviría para nada. El nuevo muñeco de torta tigrense acaba de deslizar ante ávidos empresarios que las AFJP, bajo la forma de seguros de retiro, podrían volver. Que ya está bien de autofinanciación. Que deberíamos retornar al mercado financiero internacional. Después, sólo vendrá la eficiencia disfrazada de AJUSTE. Otra vez sopa, no? La destrucción de la industria porque NO SOMOS COMPETITIVOS, etc., etc.

JUNTOS PODEMOS ECHAR A LOS KK. Eso es lo único que les interesa. ¿Y después? Después, que todo vuelva a su cauce normal ...

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
la pobre vuelve al portal,
la rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.

Parece mentira que aún haya quien no se ha dado cuenta de que la tierra es redonda.

Saludos

Jorge Devincenzi dijo...

Tilo: comparto. Moscón: lo de Chevron no lo tengo claro todavía. "Juntos" es una propuesta del macrismo

Anónimo dijo...

soy gustavo piazza, un docente de córdoba. Lo de chevrón tiene que ver con que no tenemos la tecnología para explotar de manera nueva un recurso que tenemos. Ante la duda, qué hacemos? lo dejamos ahí para las nuevas generaciones? seguimos importando gas y petróleo? yo digo: avancemos. A mucha gente no le gusta, pero... a mis nietos les va a gustar menos si nos quedamos quietos.

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