Continuando con el post
anterior sobre la burguesía nacional, es preciso aclarar algunos puntos para el
lector perspicaz pero algo escaso en historia argentina que no asocia las
referencias mencionadas allí con las consecuencias actuales que todavía padecemos.
Así, la referencia al
grupo Bemberg puede resultar tan importante o decisiva para el lector como las
medialunas que el virrey Cisneros acaso consumía en su desayuno.
Sin embargo, es
importante porque el odio de Evita a este grupo empresarial liquidado por ley
14.122 se debía a una poderosa razón: la Cervecería
Quilmes, la empresa más importante del grupo, estaba en proceso de ser otorgado a la Unión de Obreros Cerveceros.
Quilmes no era una cervecería entre tantas: por el contrario, era propietaria de la
mayor parte de las marcas y de las malterías que producían en el país: Schlau,
Palermo, Los Andes, Santa Fe, Bilz, Córdoba, etc.
El grpo Bemberg además era dueño de Estancias
Santa Rosa (lácteos y quesos), la editorial Compañía Gral Fabril Financiera que
le publicaba a Victoria Ocampo, yerba SAFAC, Manufactura Algodonera Argentina
((luego Sudamtex) y parte de la Corporación de Transportes de Buenos Aires que
Perón estatizó.
Hay que tener unos
cuantos años para recordar la publicidad que unos aviones hacían, escribiendo
SAFAC con humo blanco en el cielo.
El otorgamiento del 70%
de la industria cervecera local al sindicato de trabajadores era una medida capaz de revolucionar la actividad económica de esa época.
No se señala como
un camino practicable en la actualidad: imagínense que Miceli, Tumini o
Cevallos fueran dueños de empresas nacionalizadas. Pero explica el por qué del
golpe de 1955 y el profundo antiperonismo existente y heredado en el país. Aramburu
y Frondizi se apuraron a devolver los bienes a sus legítimos dueños.
También Acindar (con su
denominación anterior, Acevedo y Shaw) pertenecía al grupo Bemberg.
Su historia
posterior merece otro párrafo aclaratorio del post anterior.
Al producirse el golpe de
marzo de 1976, el Estado mantenía caucionadas acciones en el Banco Industrial o
Banade y en la Caja Nacional de Ahorro Postal por préstamos.
De la larga lista de más
de 700 empresas en esta situación que la fundación FIEL (que no puede ser
sospechada de nacional y popular) confeccionó para la dictadura, tomamos
algunos casos:
- El Estado poseía el
18,9% del capital de Acindar, o lo que es lo mismo, 28.706.989 de sus acciones.
No fue Gelbard el que se quedó con la empresa: volvió a los Acevedo, y hoy es
una multinacional de la fabricación de alambres y acero para la construcción
que regula su producción según las necesidades del mercado global.
- Poseía el 26,6% de la
Compañía Azucarera Argentina, dueña del Ingenio Bella Vista, con 28.013.690
acciones.
- Poseía el 65% de La
Cantábrica, cuyo último presidente fue Roberto Lavagna, con más de 25 millones
de acciones.
- Poseía 70.779 acciones
de Dálmine Siderca.
- Poseía 16.809 acciones
del grupo Garovaglio y Zorraquín, dueños del Banco Comercial del Norte y
16.247.632 acciones de Magnasco y Cía (el 29,8%), cuando pertenecía a Hugo
Biolcati. Estos dos casos son interesantes porque eran aliados de la dictadura
y nunca se supo cómo fueron devueltos los préstamos ya que los archivos del
Banade se incendiaron y su perdió el rastro.
- Poseía el 14,9 del
capital de la Cía Importadora y Exportadora de la Patagonia, de las familias
Brown-Menéndez Behety y el actual supermercado La Anónima.
- Poseía casi 30 millones
de acciones de Ledesma, del señor Blaquier.
- Poseía más de 20
millones de acciones de Industrias Siderúrgicas Grassi: no se sabe cómo se
transfirieron esas acciones cuando todos sus directivos permanecían detenidos y eran torturados en
el Penal de Campo de Mayo. A propósito, el animador rockero Bobby Flores era
soldado del Hospital de esa unidad: ¿por qué nunca contó nada de lo que vio?
- Poseía 17 millones de
acciones de Propulsora Siderúrgica, luego absorbida por Techint.
- Poseía 10 millones de
acciones de Tamet, en esa misma época absorbida por Acindar.
- También poseía 5,5
millones de acciones de Papel Prensa, el 25% del total.
Entiendo que tantas citas
resulten fatigosas para su lectura, pero son pertinentes para entender qué
sucedió en la dictadura: un proceso de valorización financiera,
desindustrialización, concentración y represión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario