miércoles, 26 de marzo de 2014

LA BURGUESÍA QUE PRETENDE GOBERNAR ARGENTINA



Continuando con el post anterior sobre la burguesía nacional, es preciso aclarar algunos puntos para el lector perspicaz pero algo escaso en historia argentina que no asocia las referencias mencionadas allí con las consecuencias actuales que todavía padecemos.


Así, la referencia al grupo Bemberg puede resultar tan importante o decisiva para el lector como las medialunas que el virrey Cisneros acaso consumía en su desayuno.

Sin embargo, es importante porque el odio de Evita a este grupo empresarial liquidado por ley 14.122 se debía a una poderosa razón: la Cervecería Quilmes, la empresa más importante del grupo, estaba en proceso de ser otorgado a la Unión de Obreros Cerveceros. 
Quilmes no era una cervecería entre tantas: por el contrario, era propietaria de la mayor parte de las marcas y de las malterías que producían en el país: Schlau, Palermo, Los Andes, Santa Fe, Bilz, Córdoba, etc. 
El grpo Bemberg además era dueño de Estancias Santa Rosa (lácteos y quesos), la editorial Compañía Gral Fabril Financiera que le publicaba a Victoria Ocampo, yerba SAFAC, Manufactura Algodonera Argentina ((luego Sudamtex) y parte de la Corporación de Transportes de Buenos Aires que Perón estatizó.


Hay que tener unos cuantos años para recordar la publicidad que unos aviones hacían, escribiendo SAFAC con humo blanco en el cielo.


El otorgamiento del 70% de la industria cervecera local al sindicato de trabajadores era una medida capaz de revolucionar la actividad económica de esa época
No se señala como un camino practicable en la actualidad: imagínense que Miceli, Tumini o Cevallos fueran dueños de empresas nacionalizadas. Pero explica el por qué del golpe de 1955 y el profundo antiperonismo existente y heredado en el país. Aramburu y Frondizi se apuraron a devolver los bienes a sus legítimos dueños.


También Acindar (con su denominación anterior, Acevedo y Shaw) pertenecía al grupo Bemberg. 
Su historia posterior merece otro párrafo aclaratorio del post anterior.

Al producirse el golpe de marzo de 1976, el Estado mantenía caucionadas acciones en el Banco Industrial o Banade y en la Caja Nacional de Ahorro Postal por préstamos.

De la larga lista de más de 700 empresas en esta situación que la fundación FIEL (que no puede ser sospechada de nacional y popular) confeccionó para la dictadura, tomamos algunos casos:


- El Estado poseía el 18,9% del capital de Acindar, o lo que es lo mismo, 28.706.989 de sus acciones. No fue Gelbard el que se quedó con la empresa: volvió a los Acevedo, y hoy es una multinacional de la fabricación de alambres y acero para la construcción que regula su producción según las necesidades del mercado global.

- Poseía el 26,6% de la Compañía Azucarera Argentina, dueña del Ingenio Bella Vista, con 28.013.690 acciones.

- Poseía el 65% de La Cantábrica, cuyo último presidente fue Roberto Lavagna, con más de 25 millones de acciones.

- Poseía 70.779 acciones de Dálmine Siderca.

- Poseía 16.809 acciones del grupo Garovaglio y Zorraquín, dueños del Banco Comercial del Norte y 16.247.632 acciones de Magnasco y Cía (el 29,8%), cuando pertenecía a Hugo Biolcati. Estos dos casos son interesantes porque eran aliados de la dictadura y nunca se supo cómo fueron devueltos los préstamos ya que los archivos del Banade se incendiaron y su perdió el rastro.   

- Poseía el 14,9 del capital de la Cía Importadora y Exportadora de la Patagonia, de las familias Brown-Menéndez Behety y el actual supermercado La Anónima.

- Poseía casi 30 millones de acciones de Ledesma, del señor Blaquier.

- Poseía más de 20 millones de acciones de Industrias Siderúrgicas Grassi: no se sabe cómo se transfirieron esas acciones cuando todos sus directivos permanecían detenidos y eran torturados en el Penal de Campo de Mayo. A propósito, el animador rockero Bobby Flores era soldado del Hospital de esa unidad: ¿por qué nunca contó nada de lo que vio?

- Poseía 17 millones de acciones de Propulsora Siderúrgica, luego absorbida por Techint.

- Poseía 10 millones de acciones de Tamet, en esa misma época absorbida por Acindar.

- También poseía 5,5 millones de acciones de Papel Prensa, el 25% del total.

Entiendo que tantas citas resulten fatigosas para su lectura, pero son pertinentes para entender qué sucedió en la dictadura: un proceso de valorización financiera, desindustrialización, concentración y represión.
    

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