Está
soñando que es un virrey sudamericano. Sueña con ingresar a la Rural en una
galera arrastrada por cuatro caballos (¿o son cuatro hombres de tez oscura?).
Luce la banda presidencial y lleva el bastón de mando en la derecha. Cerrada
ovación. ¿Viste hasta dónde puede llegar
el badulaque, papá? ¿Vishte?
Un
general cuyo nombre no logra recordar (sí que oculta su labio leporino con un
grueso bigote) había sido el último en hacer su entrada al lugar con los mismos
medios también había sido aplaudido por muchos. Pero para él fue una cerrada
ovación de cientos, miles de personas. Mirta Legrand en un primer plano
gritando: los ricos no piden permiso
haciendo bocina con la boca. Como los sueños no tienen lógica temporal, ahora
está en el Cardenal Newman y sufre las burlas de sus compañeros con apellidos
patricios, a veces, las menos, mas pobres que un sapo. Hijo de un albañil con
plata, le gritan. ¿Vieron dónde llegó el hijo de un albañil rico? Luego serán
sus amigos.
Hasta
aquí.
Abre
los ojos y alguien lo invita a decir unas palabras. Improvisa, risueño. “Debemos consumir menos gas, hay que
abrigarse”. Luego cae en la cuenta que él y su esposa están en remera y en
patas. La pequeña hija gatea, desnuda. Los concurrentes, y luego él mismo,
coinciden en una carcajada. Ésta por encima de la ley como todos los reyes, él
y quienes lo secundan. Nada de retenciones al agro y audiencias públicas.
La
mayoría circunstancial está encantada
de que próximamente hasta el chino más sucio tendrá en góndola fideos
italianos, quesos suizos, espumantes franceses, etc. con denominación de origen. Esto les hará imaginar puerilmente que así
se ingresa, que somos el Primer
Mundo.
Menemismo
recargado.
¡Pero
qué Primer Mundo! ¡Pavada de modelo, Niza incluida, y que lejos quedó De Gaulle!
Pero bueno, De Gaulle también tuvo su Argelia.
¡Al
fin podremos consumir a precios accesibles champaña y roquefort, y dejaremos
atrás los quesos azules y el vino espumante mendocino! Como ya hemos dicho,
mientras en el período anterior Argentina tenía unas 600 restricciones
arancelarias y para-arancelarias (proteccionistas), los países del mundo
desarrollado imponen entre 4 y 5.000. Las denominaciones
de origen son infranqueables. Aquí marchamos hacia un país abierto al
mundo. Mauricio sabe mucho de cemento rápido pero poco de precios de dumping,
materia que no se enseña en la UCA.
Esto
vuelve a favorecer lo peor de nosotros, que es lo que el macrismo propicia.
Como el menemismo otrora pero sin ese aire comprador (pasitos de baile, etc.).
La
frase de Macri fue más o menos así: convertiremos
el granero del mundo en el supermercado del mundo. No se sabe si es una de
sus habituales salidas de cadena o una frase de campaña, o ambas a la vez.
En
la vida real, el despacho y venta de vinos finos de Mendoza se redujo un 12% en
6 meses y la producción industrial se contrajo. La inflación cero quedó para
otra oportunidad (como la pobreza cero).
Aquí
todo se reduce a reprimarizar la economía y destruir de raíz la etapa de sustitución de importaciones que comenzó
en 1945 y se retomó con Kirchner, para hacer un paneo rápido de la historia
argentina.
Producción
de granos. Vistas a la distancia, las retenciones móviles eran útiles si los
grandes productores no tuvieran capacidad como para esconder lo producido.
Cuando Néstor estaba vivo, la soja costaba unos 600 dólares en Chicago, ahora
no pasa de 300 y pico. La estupidez de vivir de los commodities, como en el
virreinato.
La
plata de Potosí.
El
granero del mundo: siglo XX Cambalache problemático y febril.
La
ñata contra el vidrio.
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