domingo, 17 de julio de 2016

LA ÑATA CONTRA EL VIDRIO




Está soñando que es un virrey sudamericano. Sueña con ingresar a la Rural en una galera arrastrada por cuatro caballos (¿o son cuatro hombres de tez oscura?). Luce la banda presidencial y lleva el bastón de mando en la derecha. Cerrada ovación. ¿Viste hasta dónde puede llegar el badulaque, papá? ¿Vishte?
Un general cuyo nombre no logra recordar (sí que oculta su labio leporino con un grueso bigote) había sido el último en hacer su entrada al lugar con los mismos medios también había sido aplaudido por muchos. Pero para él fue una cerrada ovación de cientos, miles de personas. Mirta Legrand en un primer plano gritando: los ricos no piden permiso haciendo bocina con la boca. Como los sueños no tienen lógica temporal, ahora está en el Cardenal Newman y sufre las burlas de sus compañeros con apellidos patricios, a veces, las menos, mas pobres que un sapo. Hijo de un albañil con plata, le gritan. ¿Vieron dónde llegó el hijo de un albañil rico? Luego serán sus amigos.
Hasta aquí.

Abre los ojos y alguien lo invita a decir unas palabras. Improvisa, risueño. “Debemos consumir menos gas, hay que abrigarse”. Luego cae en la cuenta que él y su esposa están en remera y en patas. La pequeña hija gatea, desnuda. Los concurrentes, y luego él mismo, coinciden en una carcajada. Ésta por encima de la ley como todos los reyes, él y quienes lo secundan. Nada de retenciones al agro y audiencias públicas.
La mayoría circunstancial está encantada de que próximamente hasta el chino más sucio tendrá en góndola fideos italianos, quesos suizos, espumantes franceses, etc. con denominación de origen. Esto les hará imaginar puerilmente que así se ingresa, que somos el Primer Mundo.
Menemismo recargado.
¡Pero qué Primer Mundo! ¡Pavada de modelo, Niza incluida, y que lejos quedó De Gaulle! Pero bueno, De Gaulle también tuvo su Argelia.
¡Al fin podremos consumir a precios accesibles champaña y roquefort, y dejaremos atrás los quesos azules y el vino espumante mendocino! Como ya hemos dicho, mientras en el período anterior Argentina tenía unas 600 restricciones arancelarias y para-arancelarias (proteccionistas), los países del mundo desarrollado imponen entre 4 y 5.000. Las denominaciones de origen son infranqueables. Aquí marchamos hacia un país abierto al mundo. Mauricio sabe mucho de cemento rápido pero poco de precios de dumping, materia que no se enseña en la UCA.
Esto vuelve a favorecer lo peor de nosotros, que es lo que el macrismo propicia. Como el menemismo otrora pero sin ese aire comprador (pasitos de baile, etc.).
La frase de Macri fue más o menos así: convertiremos el granero del mundo en el supermercado del mundo. No se sabe si es una de sus habituales salidas de cadena o una frase de campaña, o ambas a la vez.
En la vida real, el despacho y venta de vinos finos de Mendoza se redujo un 12% en 6 meses y la producción industrial se contrajo. La inflación cero quedó para otra oportunidad (como la pobreza cero).
Aquí todo se reduce a reprimarizar la economía y destruir de raíz la etapa de sustitución de importaciones que comenzó en 1945 y se retomó con Kirchner, para hacer un paneo rápido de la historia argentina.
Producción de granos. Vistas a la distancia, las retenciones móviles eran útiles si los grandes productores no tuvieran capacidad como para esconder lo producido. Cuando Néstor estaba vivo, la soja costaba unos 600 dólares en Chicago, ahora no pasa de 300 y pico. La estupidez de vivir de los commodities, como en el virreinato.
La plata de Potosí.
El granero del mundo: siglo XX Cambalache problemático y febril.
La ñata contra el vidrio.


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