lunes, 10 de mayo de 2010

EL HIJO DE MARTÍNEZ DE HOZ MIENTE. Nadie indulta a un inocente (Menem, menos que menos)

El ahora detenido José Alfredo Martínez de Hoz educó a su hijo homónimo según los códigos del país colonial: abogado defensor de las multinacionales que presentaron demandas ante el CIADI contra el Estado Argentino, egresado de las Universidades Católica Argentina y de Illinois, especialista en derecho energético, ex miembro del estudio Klein & Mairal y socio fundador del estudio Pérez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martínez de Hoz, representante de la Cámara de la Industria del Petróleo que aglutina a las multinacionales del sector, y –según reza su CV– actual profesor del curso de postgrado de Derecho Energético, Universidad de Buenos Aires.
Ante un Mariano Grondona escandalizado por la prisión de su amigo (y por el hecho de que 64 represores ya hayan muerto en Marcos Paz sin que nadie se preocupe por ello), el hijo “pródigo” defendió al ahora detenido con dos líneas argumentales:
1. Que es un anciano enfermo que no merece tal tratamiento del gobierno, argumento que últimamente había desplegado el padre de la jueza Sarmiento y antes el general Pinochet.
2. Que, en el colmo de la injusticia kirchnerista, se lo pretende investigar por algo que ya es Cosa Juzgada. Pesado cargo, si fuera cierto.
El juez que lo procesó en los 80 no dictó el sobreseimiento definitivo, y la Cámara que revisó las actuaciones cerró el caso Gutheim respecto de Videla y Harguindeguy, pero dejó a Martínez de Hoz en una nebulosa no-jurídica, fallando que el procesado parecía “ajeno al hecho hasta el momento” y ordenó profundizar la investigación.
El indulto firmado por Menem dio por tierra con esa investigación y todas las futuras.
¿Por qué indultar a un inocente? La línea argumental según la cual Menem lo hizo para atraerse a los sectores dominantes, no resiste ingún análisis. A esa altura, el riojano ya estaba totalmente comprometido con ellos. Y si no, que lo cuente el cosólogo Julio Bárbaro, que estuvo en la cocina de esos enjuagues.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya te vamos a encontrar, zurdito.

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