lunes, 10 de octubre de 2011

Sobre la película Juan y Eva

La mía no es una crítica cinematográfica, sino la opinión de un espectador.
No me gustó "Juan y Eva". No es que no encaje con la idea que me he formado de Evita. Sé que hay argumentos en contra y a favor de su participación en el 17 de octubre: para Cipriano Reyes -por ejemplo-  Eva Duarte fue totalmente ajena a esas jornadas.
A pesar de las críticas de los críticos, creo que la directora resolvió mal la cuestión central del amor entre Perón y Evita.
Me he preguntado si acaso ese distanciamiento no obedece a esa suerte de pudor que puede sentir un militante de lo nacional y popular para "espiar" a su líder. Creo que dos cuerpos desnudos entrelazados no dan necesariamente una escena erótica, que es lo que se ve en la película. O acaso la directora pretendió decir que no los unía el erotismo.
Sin embargo, lo que más me interesa resaltar es el papel de la uruguaya Blanca Luz Brun como secretaria de Perón, autora eventual de sus discursos y activista -según la película- de las movilizaciones de las huestes de las barriadas fangosas de Beriso, Ensenada y Avellaneda. En la película, Blanca y Eva se enfrentan. En la primera con un cierto distanciamiento, y hay celos en Eva.
Si fuera cierto lo que sostiene el argumento, Blanca contribuyó a construir el plexo ideológico del peronismo, y acaso hizo a Perón ser lo que fue.
No me convence.
Blanca estuvo tempranamente relacionada con Mariátegui, fue la modelo desnuda de Siqueiros en el famoso mural propiedad de Natalio Botana y terminó aplaudiendo a Augusto Pinochet.
Pego abajo una biografía de Brun, aparecida en el diario El País.
Como detalle poco importante, vale señalar que una familia Brun que llegó a la Argentina huyendo de progroms en Polonia, se convirtió en Braun al pasar Migraciones, y ese es el origen de los Braun Menéndez, los viejos dueños de la Patagonia.


BLANCA LUZ BRUM

Por Javier RIOYO

Pocas mujeres americanas tan inquietantes, tan hermosas e incomprensibles como Blanca Luz Brum. Hace años, en Montevideo, en la librería del judío Moses, compré un libro sobre la vida de una inquietante y hermosa uruguaya, unas falsas memorias escritas por Hugo Achugar. Las devoré fascinado y desde entonces llevo años persiguiendo al fantasma real de una mujer que parece una leyenda. Atrapado por su vida, por sus excesos -no soy el único, me acompañan Andrés Trapiello y Juan Manuel Bonet-, el otro día me volví a encontrar con su realidad, su mito, en un artículo de Soledad Gallego-Díaz. Hablaba de un mural del "coronelazo" y pintor David Alfaro Siqueiros. Los desnudos de la mujer rubia de esa obra perdida, y rescatada en Buenos Aires, son los de Blanca Luz, su mujer durante algunos años al principio de los treinta del pasado siglo.
Seductora, muy joven, Blanca Luz Brum se escapó de su colegio de monjas y se dejó raptar por un poeta enfermizo.
Tuvo muchos amores, muchos hombres, muchas ciudades y varias vidas. Coqueta, mentirosa, seductora, desde que muy joven se escapó de su colegio de monjas, se dejó raptar en una motocicleta por el poeta enfermizo, moderno, amante de Lenin, del fútbol y niño bien limeño Parra del Riego. Ella había nacido hermosa y con ganas de escapar. Tuvieron un niño y el poeta murió. Y Blanca Luz siguió su vida enamorando a poetas, políticos, pintores, revolucionarios y ricos. Y abandonándolos. Fue una "reina comunista", una cortesana de tiempos revolucionarios. Exaltada escritora, poeta mediocre, que desde su belleza, su impertinente juventud y su osada libertad se metía con "las poetisas gordas, invertidas, sucias; con los poetas serios, muñecotes rellenos de piedras, melenudos, momificados, egipciados...".
Tiempos de amor con el estalinista, bebedor de tequila y gran pintor que ya había gritado "abajo la pintura de caballete", Siqueiros. Una vida llena de emociones, cárceles, confinamientos, asesinatos políticos, aventuras revolucionarias y amigos que se llamaban Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modotti, Eisenstein, Álvarez Bravo, Sandino o Pablo Neruda, con él conoce alguna noche de amor. Mientras su marido la pinta desnuda para el mural del rico mecenas Natalio Botana, ella ya está enredada con el "emperador, el ciudadano Kane" de la prensa argentina. No le dura mucho Botana. Cambia de amante, de país, y se casa por la Iglesia -sin haber renunciado a la fe comunista- con un ingeniero chileno. Después vendrían los amores peronistas, incluido Juan Domingo, antecedentes de aventuras entre la progresía y la burguesía de Chile. Cada vez más rubia y más conservadora. Quiere luchar contra "los rojos", huir de Allende, refugiarse en la España de Franco. Termina sus días protegida y admirada por Pinochet, en la isla de Robinson Crusoe. Olvidada de sus viejos compañeros de viaje, vive su última huida hacia delante.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

lo sigo seguido porque me gustan su sagacidad y claridad. pero esta vez no entendí qué no le gustó de la pelicula. no redondea la idea sobre el vínculo perón-eva que presenta la película y luego se detiene en la persona que fuera secretaria de perón. me quedé con ganas de saber más sobre porqué no le gustó la película.
a mi me gustó y mucho. pero quería conocer su opinión. por cierto, se comentó poco y nada en la blogósfera.

abrazo,
Carlos

Jorge Devincenzi dijo...

Estimado Carlos:
Ví en la película un vínculo totalmente deserotizado entre Perón y Eva. Habrá sido así? Lo dudo.
Vi también una Evita totalmente ajena a lo social.
Y vi por fin que el papel de la secretaria, aún cuando estaba en segundo plano, adquiría una centralidad que no comparto

Anónimo dijo...

Ahora entiendo los motivos, le agradezco se explayara con mi consulta.
Es difícil que una película de ficción capture todos los matices de gusto/interpretación que viven en un pueblo. perón y eva fueron amados, por muchos y por diversos motivos, en diversos tonos. le digo algo más al cierre de este comentario pero antes quería compartirle una opinión sobre sus motivos.
lo erótico entre eva y perón, creo que es una decisión estética cómo retratar el vínculo emocional. no hay una verdad o una forma de contarlo. a mí, por ejemplo, me trasuntó amor, que, entiendo, es lo que la directora debe haber pretendido. particularmente contra el prejuicio, muy instalado en los que odiaron/odian al peronismo, de que era una relación de interés o cuasi perversa.
el rol de eva, está contado en la etapa previa a que se vuelva la primera dama, desde donde, según se, cobró exponencial relevancia su acción militante. y es recordada por ello. no veo que la película "esconda" su vínculo con la acción política y social, simplemente está situada entre el 43 y 45, minutos antes del 17 de octubre. esto es discutible y seguro ud cuenta con mucha más formación histórica o concoimiento. simplemente le hago notar que para la memoria colectiva la evita comprometida con lo social es durante su período "presidencial".
sobre la secretaria. a mí también me sorprendió el rol retratado. no puedo aquí decir nada pues era totalmente desconocida para mí. tomo nota de lo que planteó.

a mi entender y gusto la película está muy balanceada -va contra el corazón de todos los prejuicios gorilas, de ayer y de hoy. sin embargo, no es propaganda pues humaniza a los personajes y no relata desde la insoportable levedad del héroe (soviético, yanqui o del argentinismo que cultiva nuestro cine local).

pude ver cómo la valoraron personas ajenas a la militancia, la lectura de la historia y toda formación política. los sensibilizó y les retrató una época de quiebre histórico en forma relativamente clara (no es un bodoque francés tipo 1789 -ud necistaría 1 año de lecturas previas para entender la película).

espero estas apreciaciones le sumen a las suyas.
un gusto el intercambio,

Carlos

Jorge Devincenzi dijo...

Agradecido por el comentario, anónimo Carlos. Sólo no entiendo la relación entre el 1789 francés y el 17 de octubre argntino, y el año de lecturas que necesitaría.

Anónimo dijo...

Estimado Jorge,
Gran honor por el intercambio.

Fue mi error mencionar al pasar el ejemplo sin dar la referencia completa. me refería a una película titulada "1789" que es la versión cinematográfica de, creo, homónima obra de teatro. El bodoque en teatro no se lo que dura, en cine filmado es soporífero y, como buen francés, lleno de metáforas o complicaciones de personalidades.

Volviendo. Lo nuestro, con Favio o con esta pelicula Juan y Eva, más sencillo, humano, cercano, peronista nos llega más al pueblo. La historia la ganan las que saben cómo contarla.

Le agradezco mucho haber prestado atención a estos comentarios.
Un saludo,
Carlos

Jorge Devincenzi dijo...

Aunque no vi esa película, estimado lector, me convence todavía más: Juan y Eva me aburrió

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