miércoles, 23 de mayo de 2012

Volare, volare (el dólar volador)








No hay duda alguna: el grupo Clarín y los sectores concentrados que lo apoyan o tienen en sus medios un canal de difusión de su ideología e intereses, que vienen a ser más o menos lo mismo, están fogoneando una corrida cambiaria.
En cuanto a la situación objetiva, el BCRA atesora reservas superiores a 47 mil millones de dólares, cifra que convierte en fantasiosa cualquier corrida.
Que los industriales no pueden importar insumos (para colmo, Guillermo Moreno se dedica a trabar importaciones a troche y moche) por falta de dólares es una mentira infantil: cualquier empresario inscripto en la AFIP y bancarizado obtendrá las divisas necesarias. Por otra parte, toda transferencia bancaria regular al exterior puede hacerse con el trámite habitual: uno deposita el equivalente en pesos argentinos y la entidad, luego de convertirlos a la moneda extranjera, los gira al país de origen de la importación. Sólo se requerirá, para el trámite, que uno explique al Estado para qué quiere hacer esa transferencia.   
Los que tienen dificultades para adquirir dólares son los muchos que trabajan en negro o fuera de la ley.
Es interesante insertar esta opinión del amigo Norberto Colominas, a quien escuchamos habitualmente en Radio Nacional pero no vemos desde la suspensión de las cenas en Oleiros (el original, en Pájaro Rojo):
No les estoy proponiendo un negocio, pero observen el absurdo de esta situación:
En un país llamado República Argentina, con el precio de un dólar paralelo (conocido como "blue") se puede comprar un euro, ya que ambos cotizan a 6 pesos. Es decir que con un dólar "off" se puede comprar un euro "in".
Después es fácil: con un euro así obtenido se puede recomprar 1,25 dólares al cambio oficial ($ 4,50), con un beneficio de 25% en un día. 
Amén de que el dólar oficial está retrasado y eso es malo, porque abarata las importaciones que tanto preocupan a Moreno, y de paso encarece las exportaciones, el absurdo anterior sólo puede ocurrir en un medio de mal llamada "libertad de marcado", especulación privada y demoras del Gobierno en ordenar el tipo de cambio para desactivar la maniobra. 
Administrar el valor del dólar requiere reflejos veloces, por lo menos tan veloces como los tienen los especuladores. Y que no sólo dos cuevas (como ocurrió hoy) sino centenares de especuladores vayan a la cárcel, se les clausure el tugurio y se les requise el capital apostado en esa timba.
En los últimos meses, el Grupo Clarín ha sido nockeado en varias oportunidades: por el manejo de las acciones de una ex-AFJP, por lavado de dinero y porque se le acaba el tiempo de descuento con el art. 161 de la ley de medios.
También se ha reformado la Carta Orgánica del BCRA. 
Se explica entonces el peligroso cuentito de la corrida cambiaria. 
Es lo que John M. Keynes llamaba "las expectativas": no hay con qué darle, la burguesía argentina es así, no aprende, es hija del rigor y amante de la fácil.

1 comentario:

Jorge Devincenzi dijo...

Lo que no comparto del Colo es que sugiere que el dólar está atrasado. No es así: el precio surge casi automáticamente del ingreso de dólares por exportaciones mas las fluctuaciones del real

Archivo del blog