lunes, 26 de noviembre de 2012

A CHABAN LA CONDENA NO LE MODIFICÓ EL PENSAMIENTO

El culturoso Omar Chaban rompió el silencio y ocho años después de la tragedia volvió a culpar a los chicos que arrojaron bengalas y en general a la anomia de la juventud argentina. 
No mencionó el cohecho probado del que fue parte, minimizó su responsabilidad en la puerta de emergencia cerrada con candado desde afuera, ocultó su complicidad, con Callejeros, en la introducción de varias cajas de bengalas, y que en el recital hubiera un público que excedía varias veces al permitido. Además, relativizó su responsabilidad en la instalación de placas acústicas y mediasombra cuya combustión combinada produjo el letal ácido cianhídrico. 
El tema de la tragedia de la discoteca República Cromañón fue exhaustivamente tratado por quien esto escribe: el post “Cromañón: Porqué nunca debió abrir” tuvo 4087 lectores.  
El tipo tiene la libertad de defenderse como pueda y opinar lo que se le ocurra. Sin embargo, que insista sobre la indisciplina de los chicos como si eso fuera un disvalor atañe a cierto sentido común dominante construido en la Argentina por el poder real.
Habló de conducta fetichista y obsesiva, como si la frecuentación de términos eruditos (tan cara a ciertos sectores medios) diera más solidez a sus argumentos. 
Comparó esa indisciplina con lo que, según él y con una lastimosa superficialidad, no sucede en EEUU.

2 comentarios:

Capitán Yáñez dijo...

Comió unos cuantos años a costa de los "indisciplinados".
De los culturosos ochentosos sería bueno librarse de una buena vez por todas.

Anónimo dijo...

Lo que vos decís que es responsabilidad de Chabán es cierto. Por eso está condenado y cumple condena. Pero lo que dice él también es cierto y no deja de ser cierto porque lo diga Chabán para defenderse. Si no hubiera habido un demente que encendió la bengala el local no se hubiera prendido fuego. Y decir ésto no disculpa a Chabán, ni a los funcionarios municipales, ni a la policía ni a los bomberos. Cada uno hizo su parte. Pero Callejeros también, y "los chicos" otro tanto.

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