viernes, 24 de enero de 2014

SI APARECE, SI REAPARECE, SI DESAPARECE...

Ernestina Herrera (el agregado “de Noble” es un apellido de fantasía producto de la decisión de un tribunal permeable) está desaparecida desde hace meses en su lujosísima mansión de Lomas de San Isidro, suponemos que viva, aunque claro, los años corren para todos y quizás ya cursa el estado de momificación.

No es que muchos reparen en su desaparición, porque el emporio está bien cuidado por sus empleados Magnetto, Pagliario y Aranda.

Por demás, Ernestina está disfrutando sus bienes de más de mil millones de dólares (los declarados, eh, porque hay más en el paraíso fiscal de Delaware) quizás recordando episodios de sus lejanos años de bailarina de flamenco en la Avenida de Mayo, aunque de verdad, en esa época, seducir a Roberto Noble equivalió a sacarse las grandes de navidad, año nuevo y reyes, todas a la vez.
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No todas tienen la misma suerte. 
La fortuna de Ernestina se hizo con el diario Clarín del propio Noble, o mejor, con el monopolio de la fabricación de papel para diarios que la dictadura le otorgó mediante Papel Prensa.

Por eso, para cortar la racha, desde aquí, quien esto escribe, pide, clama, solicita, reclama: “¡Que reaparezca Ernestina!”

Es cierto que la vimos varias veces en el pasado, pero en esa carrera fulgurante, descolla la foto donde se la ve brindando sonriente con Videla, el del triste final, seguida de cerca por otra donde se la ve igualmente sonriente, cortando las cintas de Papel Prensa junto a Videla, el del triste final.

Esas fotos son muy antiguas, es cierto, pero vale la pena que las nuevas generaciones no olviden, o se enteren en su caso, cómo es que sucedió. 
Porque se insiste con la plena vigencia de la Ley de Medios Audiovisuales pero se suele olvidar que el tema Papel Prensa todavía, a tantos años, no está resuelto. 
Y por qué Papel Prensa es de propiedad mayoritaria del Grupo Clarín. 
Además, claro, de que pese a la plena vigencia de la ley, hay un asuntito con la grilla de canales, y el costo mensual de Cabevisión...


A grandes rasgos, en momentos en que se desata la dictadura cívicomilitar, estaba vigente un decreto del dictador Lanusse mediante el cual se ordenaba la construcción de tres fábricas de papel para diarios. Luego Martínez de Hoz lo reduce a una sola papelera en Baradero (más el intento fallido de Papel de Tucumán para fabricarlo a partir de bagazo de caña); simultáneamente se lo quitan al Grupo Graiver y el propio Graiver muere misteriosamente en un accidente de aviación. 
Su viuda Lidia Papaleo es detenida y sufre indecibles torturas por parte del comisario Echecolatz luego de que el capitán Manrique le advirtiera, bajo coacción, a Lidia, que la fabricación de bobinas de papel continuo no podía quedar en manos de un judío.

Otro de los detenidos, Rubinstein, muere por la tortura.

Se constituye entonces la empresa Fapel integrada por Clarín, La Nación y la Razón, a quien la dictadura le otorga Papel Prensa. O en otros términos, Fapel se convierte en Papel Prensa S.A.

La muerte de David Graiver agregó un inconveniente que se zanjó mediante una chicana legal: el proyecto en Baradero quedó fuera de la declaratoria de herederos de Graiver, y por lo tanto, del juez que intervenía en la sucesión.. 
Así se consumó el despojo y la desaparecida Ernestina pudo brindar con Videla.

El negocio actual de Papel Prensa consiste en trabajar a media máquina, obligando al resto de los diarios que no presumen de independientes a importar papel de Finlandia, etc., que es más caro que el local, y premiar a los directivos del Grupo con sueldos astronómicos como si fueran vacaciones de lujo.

Por eso desde aquí todos reclamamos: “¡Que reaparezca Ernestina!”: todos la creemos desaparecida.  
   

2 comentarios:

Jorge Devincenzi dijo...

En Clarín de hoy, la AMIga íntima de Ernestina, Ana Barón, que suele jugar al bridge con la desaparecida, escribe "prevalece el pesimismo y los rumores de que Cristina no terminará su mandato.."

Jorge Devincenzi dijo...

El negocio Fapel-Clarin-Papel Prensa se arregló entre Martinez de Hoz, Martinez Segovia (su primo), La Junta Militar y Magnetto.

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