Los prejuicios abundan. Si por ejemplo, coinciden las opiniones de la
señora que me precede en la cola de la panadería y la de mi ocasional compañero
de ruta en el asiento del colectivo 126, tenderé a pensar que esa opinión es la
de la ancha humanidad o de gran parte de ella: eximo a los japoneses porque
tienen un incomprensible sentido del humor (hace falta ver películas de ese
origen para entender qué quiero decir con “incomprensible”).
Hay prejuicios, lugares comunes, zonzeras y tonterías repetidas.
La Guerra de Secesión en EEUU tuvo por fin eliminar la esclavitud.
El mal que nos aqueja es la extensión.
Bernardino de la Trinidad González, conocido también como Bernardino
Rivadavia, fue el más grande hombre civil de la tierra de los argentinos.
Para Bayer, Roca fue un genocida: Mitre no. Bayer no sabe que sucedió en
Tuyutí, en Curupaytí y en las guerras de policía, como Mitre las llamaba.
Mitre escribió una buena traducción de la Divina Comedia.
Gobernar es poblar.
Tati Almeida rechaza al peronismo porque desconfía de los uniformes.
Bárbaros, las ideas no se matan, escribió Sarmiento. En francés.
Felices fueron los años del granero del mundo, cuando estábamos en los
primeros lugares del mundo, quizás en el 7º. ¡Y todas las manufacturas eran
británicas,aleluya!
Según nuestras ventajas comparativas, debemos ser un país productor de
soja, trigo o maíz; y olvidarnos de la sustitución de importaciones.
Para Lilita Carrió, el caos está a la vuelta de la esquina, ya se lo
huele o percibe o avizora, como si la Argentina real interpretara Esperando a
Godot.
En el orden de mis propios prejuicios, creo que los europeos cultos, y
mucho más los que no lo son, los que denominan “rumanos” a los excluidos
sociales, no entienden lo que es o fue el peronismo (ni el kirchnerismo, si lo
prefieren) así como no entienden cuál fue la naturaleza de los delitos
económicos cometidos por la dictadura cívicomilitar:
“Si cometieron delitos, ¿por qué no van a la cárcel o devuelven los
bienes despojados?”, repiten como si ellos hubieran sido los promotores de los
juicios de Nüremberg.
Me parece que los europeos, viendo al mundo entero desde su centralidad
(en crisis, pero centralidad al fin) no atinan a verse ellos mismos como
integrantes de una burguesía nacional constitutiva de sus propias naciones, y
que trasladan esa visión a la Argentina y su eventual burguesía. Y, como
consecuencia de ello, no logran entender que el poder real del país no coincida
necesariamente con el poder institucional, como de hecho no coincide. No llegan
a entender, porque en esas naciones hay una comunión entre ambos, que en la
Argentina uno pueda tener el 54% de los votos pero el poder real sigue en otras
manos.
Hace
unos años, no muchos, tuve una polémica con el doctor Donato Spaccavento porque
el grupo político que él lideraba había emitido un documento donde se citaba la
existencia de una fuerte burguesía nacional en el primer peronismo: ¿dónde
estaba esa fuerte burguesía en el 55?, me pregunté; ¿dónde estuvo, de haber
sido una burguesía nacional, en los años posteriores, mientras se aplicaban
planes de gobierno que siempre iban contra esas burguesías, incluyendo al
desarrollismo? Para Frondizi y Frigerio, (y el diario Clarín) la inversión
tenía que ser externa.
La
designación de José B. Gelbard al frente del ministerio de Economía en 1973 era
el más absoluto mentís a esa interpretación infantil: con los empresarios
nacionales, Perón aspiraba a constituir una burguesía nacional que no existía.
La
polémica provocó el enojo del líder de ese grupo y de varios de sus sempiternos
seguidores, quienes parecían haber sacado el texto, mediante el método
copy&paste, de alguno de los miles de inútiles y abstrusos documentos
producidos durante la década de los 70. Y como autocrítica, que yo estaba en el lugar equivocado.
Los
europeos en general no entienden que el plan de la dictadura consistió en
aplicar una feroz concentración de capitales y desnacionalización combinadas con no menos feroz
desindustrialización que acabara para siempre con las inconclusas etapas de
sustitución de importaciones que habían abortado en el 30 y en el 55.
Y todavía
estamos viviendo sus consecuencias.
Comparando con 1950 o 1973, la economía se ha
concentrado y desnacionalizado como nunca en la historia nacional.
Sin embargo,
los opositores nativos repiten como loros que "Argentina está aislada del
mundo", refiriéndose a que no pedimos acuerdos standby al FMI, es decir, que no nos endeudamos a tasa creciente.
Sin
embargo, el ex diputado Di Cola, en una reciente nota sostiene, dando una pista:
"En
el balance del años 2012 dado a conocer a principios del 2013 la Organización
Mundial de Comercio (OMC) denunció que Argentina era el país que mayores trabas
había puesto a las importaciones.
Transcurrió
un año y la OMC dio a conocer hace unos días el balance del ejercicio 2013,
resultando que con 39 acciones antidumping, Brasil fue el país que adoptó la
mayor cantidad de medidas limitando las importaciones. Luego le siguieron India
con 35 acciones, Estados Unidos con 34, Australia 20 y Argentina con 19." concluyendo con lo evidente:
“La lista de los países más
proteccionistas está encabezada por economías más desarrolladas y con mayor
volumen que la nuestra, incluso por dos países del primer mundo y uno de ellos
el más poderoso del globo"
agregando un dato revelador: "
...la
OMC agregó en su informe que las barreras al comercio internacional en el mundo
se habían incrementado en el 30%."
El juzgamiento de los delitos económicos producidos por la dictadura es una cuestión de poder político, no tanto una decisión política sino un análisis sensato de las fuerzas propias y el poder del adversario.
Aunque con los años cambien las denominaciones, la lucha entre proteccionismo
y librecambio sigue estando en el núcleo de la cuestión del poder real y cómo
calificar los delitos que viene cometiendo: con total impunidad durante la
dictadura, manteniendo las formalidades legales durante la vigencia de la democracia.
¿Acaso el diario La Nación no tiene escondida desde hace 10 años una cautelar en la
justicia?
La concentración y desnacionalización aplicadas por Martínez de Hoz y
continuada por Menem-Cavallo provocó una reducción significativa del poder de
decisión nacional, a veces con apoyo de amplios sectores de la población que
aplaudían, por ejemplo, que se careciera de una política monetaria durante la
convertibilidad. Eso, en un marco internacional signado por la destrucción de
los Estados nacionales en beneficio de las corporaciones con toda una ideología
que funciona como soporte.
En ese marco, y con un entramado jurídico hegemonizado por los dueños
tradicionales del poder, pero del poder real, para juzgar los delitos
económicos producidos por la dictadura, habría que dar vuelta al país como una
media, y mientras tanto hacer lo que se pueda.
3 comentarios:
"La Guerra de Secesión en EEUU tuvo por fin eliminar la esclavitud." Si así fuera se llamaría la Guerra de Esclavitud.
Coincido. No olvides que hablamos de tonterías, zonzeras o lugares comunes
Así y todo, en este país rico nadie se muere de hambre.
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