(Tiempo)
El Grupo Clarín prepara una maniobra para correr a un juez del caso Papel Prensa. Héctor Magnetto, CEO del multimedios, pidió hace algunas semanas apartar al camarista Eduardo Freiler, el único de los integrantes de la Cámara Federal que exigió revisar el fallo que impidió que sean llamados a indagatoria todos los sospechados del desapoderamiento de la empresa proveedora de papel para diarios, durante la dictadura cívico-militar.
A través de un procedimiento que no tiene antecedentes en el tribunal, apuntan a desplazarlo de la causa utilizando el argumento de que el juez tiene enemistad con el holding por una denuncia posterior, hecha en su contra. La definición que adoptarán sus colegas sobre su situación podría darse días antes del balotaje presidencial.
El 14 de julio, por mayoría, la Sala I de la Cámara Federal ratificó la decisión del juez Julián Ercolini de no hacer lugar al pedido de indagatoria solicitado en marzo por la fiscalía en la causa Papel Prensa contra los directivos de los diarios Clarín, Ernestina Herrera de Noble, Magnetto, y de La Nación, Bartolomé Mitre, entre otros. El único voto en disidencia fue el de Freiler, quien se diferenció de Eduardo Farah y Jorge Ballestero. En su voto, remarcó que existe una "confusión" en el objeto procesal que estableció el juez y que no se trata de un delito de índole patrimonial el que se investiga, sino de un delito de lesa humanidad cometido en el acto de desapoderamiento de la firma fabricante de papel para diarios de sus verdaderos dueños –el Grupo Graiver– en el contexto de complicidad con la dictadura. Por eso, indicó –en minoría– que el fallo que impedía las indagatorias era nulo, y que Ercolini debía volver a pronunciarse sobre lo que en realidad se investiga en la causa.
Pero meses más tarde, Magnetto junto a Mitre pidieron su recusación en base a un supuesto “temor de parcialidad” con el objeto de que la causa no escale a Casación mientras Freiler sea parte de ese tribunal. Argumentaron que en su voto, se adelantaba opinión. Pero semanas más tarde, y luego de que el diario La Nación publicara una nota en la que se tendían sospechas sobre la adquisición de la casa del magistrado, agregaron una cita del juez cuando fue consultado por ese medio para el artículo, en la que Freiler aseguró “estar acostumbrado” a los ataques del grupo contra su persona. Desde medios del holding Clarín ya habían llamado a escrachar a los hijos de los camaristas que integraban esa sala, en el marco de otra causa.
Pero la maniobra, sin precedentes en la Cámara Federal, se puso en movimiento cuando Farah solicitó “abrir a prueba” el incidente. Es decir, tratar de probar si es que Freiler tuvo en base a ese hecho enemistad con Clarín, como paso previo a apartarlo. Su colega Ballestero se opuso, pero con la paridad, un tercer juez de la Sala II, Martín Irurzun, fue sorteado para intervenir. El procedimiento no registra antecedentes en la Cámara, ya que consistirá en fijar una audiencia para citar a los periodistas de La Nación para que ratifiquen el contenido de la nota como sola prueba de la supuesta parcialidad del juez. Además, los directivos de ese matutino están acusados de integrar la maniobra de compra a “previo vil” de esas acciones, bajo investigación.
La semana pasada, Irurzun –de estrechos lazos con el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti– se pronunció a favor de abrir el proceso, y se propuso fijar la audiencia para la semana previa al balotaje. Argumentó que no quedaba clara la “disconformidad” que podría tener Freiler con el Grupo Clarín, aunque por procedimiento, los motivos para un apartamiento no pueden ser sin causa, sino que deben estar fundados por enemistad del juez hacia la parte y no a la inversa.
Si consideran que esa sola prueba es válida, Ballestero, Farah e Irurzun decidirán si Freiler puede continuar tras esa audiencia, lo que parece ser la antesala de un intento por impedir que continúe interviniendo en la causa que más preocupa al multimedios.
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