viernes, 29 de abril de 2011

CN23, cholulismo de izquierda

El país todo está en cadena, pero no en cadena nacional: todos estamos pendientes de la boda real, la del príncipe y la plebesha, término en desuso que aquí sólo lo utiliza Horacio González.
En un post anterior, aclarábamos que el verdadero nombre del tal príncipe es William Sajonia-Coburgo-Gotha, y que Windsor es una denominación de fantasía, derivada del lugar, en el distrito de Berkshire, que se constituyó en domicilio de la real familia.
"Que se venga el principito".
Es como si Duhalde fuera rebautizado Eduardo Lomas de Zamora, aunque claro, éste no es príncipe ni mucho menos.
Aclarando de entrada que estamos con todas las voces, todas, es curioso que CN23, el canal progresista de Eduardo Anguita, se haya plegado a la cadena internacional del cholulismo que lidera la CNN de Turner. Los argentinos que luchamos para que Cablevisión lo incorpore a la grilla tenemos, caramba, derecho a criticarlo. A esta hora de la mañana, sólo se puede ver la televisión pública y Telesur.
Será porque hay un cholulismo de derecha y otro de izquierda, cholulismo neoliberal y cholulismo facho. Queda por ver si además existe el cholulismo peronista.

Debe ser así, como que hay distintas categorías de humor: humor de barrabravas, de camioneros, de psicoanalistas, de médicos. Humor negro. En fin, infinidad de formas del humor, incomprensibles para quienes no participan de los códigos compartidos.
Los discursos de Daniel Filmus prueban que el humor sociológico todavía no fue inventado.
Y así como todo buen chiste de psicólogo debe incluir alguna referencia a las traiciones del inconsciente, el cholulismo de izquierda, creíamos hasta ahora, era una mezcla de referencias a los pueblos originarios, a los discursos de Fidel, a la educación sexual, a la existencia de zombies y ET's, a la vida alternativa, a las confesiones de diván y a la cocina ecléctica.
En otra oportunidad hablaremos de esta última, la cocina ecléctica, que consiste en saber hacer una buena paella con arroz tailandés y fungi de la isla de Lampedusa, y que reproduce, sobre la mesa, ciertos aspectos de la globalización hegemonizada por el imperio, o mejor, se rinde a los gustos del consumidor de EEUU. Y es por eso mismo que aquí ya no consumimos el muy argentino vino de corte, sino los muy norteamericanos caldos de uva cabernet, malbec, tannat, etc.
Lo que no sabíamos, y ahora nos desayunamos, es que el cholulismo progresista también está interesado en los detalles íntimos de una boda real, boda que, a los efectos de este comentario, tendrá mucho glamour pero no difiere de cualquier otra boda en el mundo: ¿lo habrán pensado bien?
Nosotros, para no ser menos, nos plegamos a esa corriente irresistible:

7 comentarios:

Fernandoc dijo...

¿Es cholulismo o tilinguería, Jorge? Abrazo.

Jorge Devincenzi dijo...

Una y otra, Fernando, una y otra

Moscón dijo...

Lo voy a decir mesurado y sin caer en el oprobio:
Me tienen los huevos en órbita con el Cenicienta-Reality.
¿El príncipe le probó el zapatito de cristal o un Diddlo Magnun de 380 v?

Daniel dijo...

Puedo decir algo? No se ofende nadie? Ese canal no es muy bueno que digamos. Claro que ésto es incalificable, pero, no me sorprende tanto.

Jorge Devincenzi dijo...

¡A la novia lo le entraba el anillooooo!

oscarfquinteros dijo...

Jorge.
Esto que yo llamo pelotudismo, no respeta ideología, raza, color ni religión, por lo que el canal progre no es una exepción, dado que habra miles de televidentes, babeandose mientras el par de pajarracos contraen matrimono, y esto me hace pensar (con tristeza) que somos una ultraminoría a la hora de usar "la mollera" para recordar quienes son los fiesteros. Pregunto ¿esto no se llama colonización mental?

Jorge Devincenzi dijo...

Lo es, oscar, lo es. La colonización cultural no respeta derechas ni izquierdas. Hay gente que aquí todavía sueña con soviets, o largas marchas de campesinos hacia Pekin. Habrán sido herramientas eficaces allá, pero no aquí.

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