miércoles, 18 de mayo de 2011

Una clave para entender qué sucede con Moyano


Desde mediados de los '70 hasta la crisis del 2001, dos factores confluyeron para licuar el peso de los sindicatos industriales (UOM, SMATA, etc.) dentro del movimiento obrero:
a) la política de desindustrialización iniciada durante la dictadura y profundizada con el menemismo-delaruísmo-alianzismo.
b) la innovación tecnológica, que redujo mano de obra en favor de la robotización y automatización de los procesos industriales. Mientras tanto, las automotrices multinacionales redimensionaron su actividad a nivel global, y ello explica la propia creación del Mercosur durante el menemato.
En el sector transportes debe agregarse la destrucción sistemática del sistema ferroviario, que redujo los 44.000 kms de vías funcionando cuando comenzó a implementarse el Plan Larkin durante el gobierno de Frondizi, a unos 10.000 kms en 2001, la mayor parte de ellos desarticulados. En este sentido, sólo quedó en pie el transporte de pasajeros del área metropolitana y desaparecieron todos los corredores de larga distancia. Ello produjo un incremento exponencial del transporte carretero de cargas y pasajeros gestionados por empresas privadas para las cuales el ferrocarril es una competencia temible. En cuanto al costo social de uno y otro, carretera y ferrocarril, este último corre con ventaja en todos los ordenes.
La desindustrialización fue simétrica al crecimiento del sector servicios. En ese orden, y especialmente durante los años 90, las nuevas actividades, en general de escasa o nula especialización, engordaron las plantillas del Sindicato de Comercio dirigido por Armando Oriente Cavalieri o quedaron fuera del sistema. También creció el Sindicato de Camioneros, pero algunas áreas quedaron en un terreno gris, lo que explica los conflictos en el sector logística (empresas privadas especializadas en almacenamiento y transporte) a partir de 2003.
Detrás de ello está pendiente la discusión de si es preferible la agremiación por empresa o por actividad en función de una mejor defensa de los trabajadores.
Cavalieri y Moyano no tuvieron una actividad política equivalente durante los años del menemato. A ambos los beneficiaba el crecimiento imparable del sector servicios. Sin embargo, Moyano no se plegó a la CGT complaciente de los gordos. Y entretanto Cavalieri se convertía en gran empresario. Las denuncias sobre Covelia deben ser ponderadas en este contexto.
Todos los grandes sindicatos incursionaron en la actividad empresaria, y en ello debemos contener la situación del sistema de salud: las obras sociales sindicales no son una herencia del peronismo sino de la dictadura de Onganía.
Si el sector de servicios controla la CGT por el peso de cada sindicato en función del número de afiliados que ostenta, es preferible Hugo Moyano.
Pero aún así, queda por ver, en el largo plazo, cómo se reconvierte la actividad productiva. No es este un problema a resolver en términos de campaña electoral.
En otro orden, el sindicalismo es un aspecto del sistema capitalista, y desde la caída del Muro de Berlín, todos somos capitalistas.
Las críticas que se hacen a Moyano desde el progresismo kirchnerista no solo coinciden con los grupos económicos concentrados: son tributarias de esa vieja concepción oligárquica del socialismo de Juan B. Justo, que soñaba con obreros rubios, de ojos celestes, instruidos y abstemios. No olvidemos que durante los 90, ciertos progresistas coincidieron con "los mercados" en la necesidad de destruir al Estado, fuera porque era un obstáculo para la libre competencia, tanto porque representaba a la demoníaca burguesía capitalista dueña del poder real.
Y en lo que hace al Movimiento Nacional, el sindicalismo es la columna vertebral pero por su propia naturaleza es una representación sectorial.
Dentro de este marco, ayer la Presidenta anunció la recuperación del Belgrano Cargas. La recuperación del sistema ferroviario no es una cuestión poética como la encara el cineasta Pino Solanas. Requiere planificación, grandes inversiones, y todo eso no se hace de un día para otro. En esta reconversión, no puede dejarse de lado la existencia del sector privado de cargas y tampoco a la mano de obra que ocupa.
Esto recuerda la película Colores Primarios de Mike Nichols: "no es conveniente cambiar de caballo en la mitad del río".


    
 

6 comentarios:

Daniel dijo...

Esclarecedor. Y da pie para seguirla un rato largo; hay mucha tela que cortar en éste asunto.

ana maria parente dijo...

Al colega RECALDE habría que decirle que tiene"inoportunidad para aconsejar a su cliente".
El día 15 de octubre lo HACE ACTUAR a MOYANO previendo que KIRCHNER tenía poca vida GRAN ERROR.!!!!!!
Luego NESTOR se vió impelido a viajar a entrevistarse con CLINTON en la GCI .
ESO FUE CAUSANTE DE LA MUERTE PUES ESTABA RECIEN OPERADO.
ASUNTO SABIDO INTERNACIONALMENTE:A Moyano e hijo le toca hacer el papel de BIN LADEN. NO SE SI SE ENTIENDE NO?
El quid de las diferencias en el peronismo ES LA INTANGIBILIDAD DEL SALARIO ANTE CUALQUIER CRISIS.
ACUERDENSE SE LA PATOTA SINDICAL CUANDO A ALFONSIN LA COCA COLA LE PAGA LA CAMPAÑA.
HAY SIMILITUD?.

Almita dijo...

Adhiero a Unfor, y es una muy buena visión de la situación.
Gracias por compartirla.
Saludos.

Anónimo dijo...

por qué no decís que el gobierno le dió la concesión del belgrano cargas a franco macri, una empresa china, moyano, pedraza y maturano?

Jorge Devincenzi dijo...

Anónimo: habría que decirlo? Eso merece otro post sobre la capacidad de inversión de los grupos económicos, su decisión de invertir o no, y sobre quiénes están capacitados para hacerlo. Por supuesto, yo preferiría un ferrocarril estatal, pero está capacitado el Estado para hacerlo?

Ricardo dijo...

Excelente post.

Saludos.

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