lunes, 17 de octubre de 2011

Ese par de pies humanos

He aquí los pies del Che Guevara luego de haber sido apresado en la Quebrada del Yuro.


No he sido guevarista ni reivindico un método de lucha ni creo que todo pasado fue mejor sino quizás lo contrario.
Me pregunto hasta qué punto el despojamiento humaniza a quien así se despoja.
Se me ocurre, por ejemplo, que como Evita, el Che Guevara despreció los honores pero no la lucha, y ahora advierto que mi ocurrencia es un lugar común.
Hay en esos pies fotografiados cierto martirologio que aunque no invoco, me llevan a asociarlo con una obra de teatro en verso de Calderón de la Barca (1), El Príncipe Constante, que cuenta la vida del Infante Fernando de Portugal, hecho prisionero por sus enemigos.
Esclavizado por los marroquíes, Fernando muere en prisión no sin antes haber pensado, como el Che en Camiri o Evita ante la multitud, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria.
En este 17 de octubre de 2011.


(1) Dijo Goethe (El Joven Werther, Fausto, Egmont, etc.) sobre la poesía de Calderón: "Si la poesía desapareciese completamente de este mundo, podría reconstruirse a través de esta pieza teatral". 

1 comentario:

Daniel dijo...

Coincido tanto con lo que escribiste.

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