jueves, 1 de diciembre de 2011

¿HACEMOS POLÍTICA CUANDO HACEMOS POLÍTICA?

Los conceptos “activista”, “militante” y “cuadro político” provienen del modelo leninista de partido, compuesto de dirección, organización de cuadros y organización de masas. Su universalización a partir de 1917 no es producto de la influencia ideológica que el leninismo hubiera tenido sobre algunos movimientos políticos opuestos a esa concepción, sino del arrollador éxito que tuvo Lenin para tomar el poder, preservarlo y consolidarlo en la Rusia zarista. Fue ese éxito el que lo convirtió en modelo.
De las tres etapas, la toma del poder es relativamente más sencilla que las siguientes: fue sistematizada por Curzio Malaparte en su Técnica del colpo di Stato (Técnica del golpe de Estado). Malaparte fue uno de los fundadores del partido fascista italiano, fue encarcelado por Mussolini, luego se afilió al PC, dirigió cine en Hollywood durante los ‘50, escribió la novela “La Piel” (también llevada al cine por Liliana Cavani) y finalmente abrazó el catolicismo.
Ese modo de organización se asemeja a un cuerpo de ejército (Napoleón) con generales que conducen, oficiales preparados en las distintas artes militares (artillería, logística, infantería, inteligencia, etc.) y una masa de soldados, donde el objetivo es acceder al poder político así como un ejército ocupa un territorio o toma un objetivo.
Como profesor en la Escuela Superior de Guerra, Juan Domingo Perón utilizó estos (y otros) conocimientos previos del orden civil y militar en el arte de la conducción política, donde la organización adquiere su sentido (su concepción) en cuanto se propone la emancipación del pueblo y la construcción de la Nación en términos de libertad, independencia y soberanía.
La acción que realiza esta tal organización es la acción política, en tanto la política consiste en transformar la realidad.
Esa transformación se expresa en la doctrina –sostiene Perón en “Conducción Política”- entendida como una exposición sintética de grandes líneas de orientación, basada en una teoría.
La acción política, continúa Perón, no puede estar así “librada a la heterogeneidad de las interpretaciones de los hombres...” sino a una formación doctrinaria que explica y enriquece la acción, para lo cual se requiere unidad de concepción (teoría / doctrina) y unidad de acción en la tarea de transformar la realidad. Más adelante, Perón sostiene: “No debemos hacer lo que nos conviene a nosotros sino lo que conviene a todos... y por eso cuando hablo de la moderna conducción, hablo de la necesidad primaria de organizarse para actuar con unidad de concepción que nace de la doctrina y de la común unidad de acción, que nace de la unidad de concepción”. Y luego: “la doctrina se inculca, la teoría se enseña”.
No siempre hacen política los que circulan en los ambientes políticos.
Cuando no existe la voluntad y la decisión de transformar la realidad en términos de felicidad del pueblo y grandeza de la Nación, estamos haciendo política con objetivos puramente personales.




Estos objetivos personales (no peronistas) son variados. A veces consisten en alimentar el narcisismo de los individuos cuando la acción es reemplazada por el comentario o la opinión, conducta propia de diletantes y aficionados que carecen de un conocimiento acabado de la cosa, o que no tienen la voluntad ni interés en cambiar la realidad.
Otro objetivo personal es usar la política como un modo rápido de ascenso social, por el enriquecimiento esperado alrededor de la corrupción que se dice anexa al poder y por la cuota de poder que se puede obtener en determinada institución u organización pública. En este sentido vale recordar que “El peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular, y por lo tanto, no es peronista” y  “El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un circulo, o a un caudillo, lo es sólo de nombre”.
La doctrina que se incorpora, se inculca y se defiende; y la teoría que se aprende y luego se enseña, hacen a la formación del militante. Toda formación es útil para el triunfo del Movimiento en tanto y en cuanto sirve a la acción política y no para alimentar objetivos personales, sean los expuestos arriba o cualquier otro.
La formación política en el peronismo consiste en aprender a practicar o utilizar el pensamiento situado, por cuanto la acción política se desarolla en un escenario determinado con unos actores determinados. 
Es decir, se debe aprender a pensar desde otro lugar, la Argentina real, toda vez que en nuestra educación previa hay una cierta alienación, disociación o clivaje provocados por la hegemonía cultural del imperio y el poder concentrado local.
    

2 comentarios:

Moscón dijo...

Jorge:
O no te engancho la ironía o meás a diez kilómetros del tacho.
O soy un pelotudo.
La cuestión es que vos,yo, y unos cuantos nos une el espanto(porque si todo anduviera bien ni nos molestaríamos en escribir o transmitir ideas,puntos de vista o esgrimir principios)en un confuso amor;el común denominador es el bienestar general.Eso nos hace compañeros(compartir el pan).
Sin adentrarnos mucho la industrialización del país y la producción petrolera fueron impulsadas por los generales Manuel Nicolas Savio,y Enrique Carlos Mosconi,respectivamente.
¿Y porqué estos generales de la nación emprendieron semejante empresa?
Porque siendo hijos de su tiempo en las décadas de 1910-1920 pensaron el país sobre la hipótesis de conflicto,es decir,era(y es)necesario que no se podía pelear por la independencia si le teníamos que comprar balas al enemigo.
Esa hipótesis de conflicto es la que impulsa la industria pesada,madres de las demás,al concurso de naciones de ver quien la tiene mas larga.
Y NO CONOZCO SAVISTAS NI MOSCONISTAS aparte de mi.
Lógico,en el medio estaba lo que se trataba de defender que estos muchachotes se olvidaron:el Pueblo.
No obstante,el accionar egoísta de estos generales,mal que nos pese,fue la generatriz o continuación del movimiento popular que en su momento supo interpretar Peron(va sin acento en el original) ,que yendo al quid de la cuestión por primera vez en tanto tiempo pensó en toda la gente.
El Pocho la sabía lunga,leyó como Alejandro unía los territorios y extractó su escencia:"¡Hacer feliz al pueblo.
Y siendo ningún caído del catre manoteó la secretaría de trabajo,que era lo que abundaba,peeeeeero,faltaba plata.
No mucha,la que se llevaba el pacto Roca-Runciman.
Llegó a la presidencia,hizo lo que hizo,y la libertadora nos vaselinó el orto.
Hasta aquí la pequeña reseña histórica(¿viste que está de moda?)
Ahora,que yo que jamás en mi vida mamé doctrina justicialista,ni fuí peronista,no me innibe en acoplarme en el proyecto nac & pop para el bien de todos.¿O tengo que tener carnet habilitante?
Uno hace política desde donde puede,como puede,desde donde puede y hasta donde puede,la observación del proyecto no me limita la acción si no mas bien me incrimina.
No soy peronista pero pongo el pecho por Cristina.
Doctrina no,pensamiento si,vayamos a la profundidad del nudo de la cuestión y a la resolución,y nunca a la fe irracional que nos pone upite para arriba.

Jorge Devincenzi dijo...

Moscón: hay que sentir que la transformación es posible, hay que sentir que estamos en esto porque tenemos la voluntad de cambiar la cosa. Muy distinto es cuando te acercas a la política como modo de ascenso social. Eso fue el menemismo. Y la verdad., lo he escrito por unas personas concretas, no se trata de una generalización. En cuanto a "doctrina", no es más que un término pasado de moda que Peron, sin acento, usaba

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