jueves, 13 de marzo de 2014

El nuevo look de massita

Pasaba por abogado. Luego fue ingeniero, y por fin, se recibió de ex-ingeniero. Comenzó su militancia en la Ucedé.
Juntó miles de velitas para forzar una reforma al Código Penal que fue votada apresuradamente, poniendo en duda la salud mental de la clase política mayoritaria en ese período, y desde entonces el endurecimiento de las penas se convirtió en un mamarracho, y en un dolor de cabeza para los jueces de ejecución. 
Ahora denuncia que los "garantistas" quieren vaciar las cárceles o acaso llevarse a los delicuentes a su casa, no se sabe si para educarlos o con algún otro fin inconfesable.
Massita propone que los condenados lleven amarrada al tobillo una cadena de 40 cms unida a una bola de hierro para que no puedan desplazarse con facilidad. 
Eso sí, con abundantes cámaras de televisión que los mostrarán por A24, el canal de De Narváez y en el programa de Mauro Viale, que ahora no es menemista (ja).
También propicia una consulta popular con preguntas capciosas del estilo: "si usted fuera delincuente, estaría de acuerdo con bajar las penas?" ó "si usted sufrió 8 secuestros virtuales, sería su deseo fusilar a los responsables o pondría una central telefónica en la cárcel?". 
Si contesta que sí en la segunda alternativa podrá visitar el sector evangelista de la cárcel de Marcos Paz, junto a la unidad de "lesa humanidad" y podrá charlar amablemente o incluso rezar con Echecolatz, repitiendo "que esto acabe de alguna vez".


Aunque massita pregona endurecer las penas, sostiene también que el Gobierno se derechizó.
¿Si hubiera designado en  Economía a Carlos Wermus Altamira, declarando en su caso el Soviet del café La Giralda, se habría izquierdizado?
Antes, dos meses atrás, no se había derechizado; por el contrario, sobrevolaba el fantasma judeomarxista al frente de Economía, el que, pecando contra alguna frase del catecismo de Marx y Engels, derechizó la política económica del gobierno, aunque no sabemos si el tal pecado fue venial o capital.
Según este tipo de opiniones que duran lo que un suspiro, el pasatiempo favorito de la Presidenta, o acaso su única actividad, consiste en desorientarnos, porque para “derechizar” la economía hubiera sido más fácil designar a Prat-Gay o a cualquiera de los que forman el elenco estable de TN (Todo es Negocio).
El coro de TN (Todo es Negocio) también cuenta entre sus filas a un cuco para asustar a los niños y obligarlos a comer la sopa: la diputada Graciela Caamaño, quien, no obstante los nuevos derechos otorgados a las minorías culturales, tiene un decidido aspecto de arquero de rugby.
Carece de un buen escriba (el coro estable), eso sí: no hay que estar muy informado para saber que desde hace años, Marcelo Bonelli cuenta con un par de “negros” bien pagos que le escriben las notas de opinión en Clarín, aunque en cuanto a sintaxis y gramática orales, no hay más remedio que verlo y escucharlo así, en crudo.
Esto es una guerra, y por lo tanto estamos tentados de omitir que el campo nacional y popular también cuenta con algún esperpento periodístico, aunque todo parece ser cuestión de gustos individuales: cuando leo Página 12, omito las notas de Aliverti porque leyéndolas desaprendo en lugar de aprender a escribir, tal como si leyera el Facundo de Sarmiento sin entender que su verdadero título sería el Faustino. Pero no lo omitimos.
Desde hace tiempo, el maestro Jauretche machacaba con la necesidad de “desaprender”: uno puede ver nuevamente, por ejemplo, la vieja película “55 días en Pekín” y volver a escuchar al cónsul inglés (interpretado por David Niven) que exclama: “¡nosotros defendemos nuestros principios!”. 
Y años después uno se viene a enterar que esos principios son genéricamente el librecambio y específicamente el libre comercio de opio, cuyo consumo (aunque parezca un contrasentido) Gran Bretaña quiso imponer a China.
El cuento de la derechización viene por derecha y por izquierda. Si el peso no es competitivo está mal, si se devalúa también. Pero nos estamos alejando del tema principal, que es el nuevo look de massita, quien hoy luce así:


3 comentarios:

Daniel dijo...

Si, ahora somos la derecha para todo el mundo. Pero bueno, con la izquierda que hay a la que se suman nuestros renegados (ahora furibundos ex-K) que digan lo que quieran que acá me siento cada vez más cómodo.

Anónimo dijo...

en el rugby un bombón como grace camaño,puede jugar de pilar,da más miedo por la trucha que por la fuerza...

Jorge Devincenzi dijo...

Gran verdad, Daniel. Ahi lo tenes al huevo Ceballos o a Tumini, que haciendo entrismo, pasaron por Desarrollo Social (la mano extendida de Néstor) y lo único que hicieron fue engrandecer a sus organizaciones (de plata).

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