jueves, 19 de noviembre de 2015

MACRI, EL PEQUEÑO MARTÍNEZ DE HOZ ILETRADO



 
En EEUU, Magnetto no podría presidir (ni siquiera integrar) un emporio mediático: solo un turista de lujo. El hombre ni siquiera podría ser titular de una radio comunitaria. Pero sí puede depositar sus ganancias en un banco, sobre todo en algún paraíso fiscal como el estado de Delaware.
Argentina no puede producir ni exportar champagna, denominación de origen de un vino espumante de las Ardenas francesas, sino un vino espumante equis con marca registrada.

Ni queso roquefort, de leche de oveja de la raza Lacaune que sólo se produce en una zona minúscula de las caleras de Roquefort-sur-Soulzon. Ahora aquí es solo un queso azul.

Ni cognac, denominación de origen de la Angulema francesa. Y así.


Las naciones centrales poseen fuertes medidas proteccionistas que ascienden a unas 4.000 en promedio contra solo 600 de Argentina.

Macri quiere, además de mirarte a los ojos y calibrar la mutua grandeza de los votantes (si lo votan a él, presumo), reducir paulatinamente las de Argentina

También se propone, además de tomar deuda en el exterior (lo que produciría un monumental desbarajuste jurídico con quienes entraron aquí en las dos restructuraciones de 2005 y 2010 dando derechos a los holdouts) bajar a cero los aranceles.

Eso no lo dice en los spots porque él persigue la revolución de la alegría y mirarnos a los ojos, cuando quien esto escribe no ve más que hueca frialdad en los suyos.

Su programa, en definitiva, es básicamente el del Consenso de Washington (apertura y desregulación de la economía, privatizaciones) que pusieron en práctica Martínez de Hoz y Cavallo.

Pero sus colaboradores no son tan tontos y el votante inadvertido no tiene por qué enterarse. Por otra parte, entre los suyos hay partidarios del shock y gradualistas.

Con arancel cero, la industria local queda desprotegida y hay otros países dispuestos a exportar a precios de dumping, es decir, debajo de su costo. China en especial.

Como ya relaté, la empresa Techint apoya a Macri como presidente, pero si ante tal eventual posibilidad éste bajara los aranceles para chapa de acero, entrará libremente chapa china, más barata, e inevitablemente aquí habrá desocupación. No lo hará. No para impedir la desocupación sino para congraciarse con Rocca. Algo parecido hizo Martínez de Hoz para proteger a Acindar, su propia empresa.

Esta es la vieja discusión sobre proteccionismo o librecambio. Vieja discusión donde ha menudeado la violencia más despiadada.



Van algunos ejemplos:

- La Ley Oñativia de medicamentos nacionales tomada por el presidente Illia contribuyó a que los laboratorios multinacionales apoyaran su derrocamiento con el argumento de que era una “tortuga” para tomar decisiones.

- Entre fines del siglo XVIII y la primera década de XIX, Napoleón I adoptó el Sistema Continental proteccionista pero terminó siendo derrocado por la librecambista Inglaterra en Waterloo. En este caso, la guerra contra la alianza entre Prusia, Rusia, Gran Bretaña y Austria monárquica fue prácticamente constante.

- La Guerra de Secesión significó en EEUU el triunfo del norte industrial y proteccionista sobre el sur librecambista algodonero. Con otro resultado, la industria norteamericana no existiría.

- Para introducir a la fuerza el librecambio en Argentina, flotas de Francia y Gran Bretaña cargadas con mercaderías intentaron en 1945 ascender las aguas del Paraná pero su operación fue impedida por tropas de Juan Manuel de Rosas en Vuelta de Obligado y El Tonelero para defender la incipiente industria regional argentina.

- La Armada británica logró introducir a cañonazos la libre circulación del opio en China durante el siglo XIX.

- Mucho antes de la existencia del capitalismo, el Imperio Romano se empeñó en destruir las artesanías locales de las Galias, de Cartago y de Bretaña (es decir, de todos los confines de su dominio) en favor de los productos romanos que debían ser usados en exclusivo. Los métodos de destrucción empleados por las legiones solían ser implacables: crucificaban a todos los vencidos, sembraban toneladas de sal sobre la tierra fértil para impedir que se pudiera volver a sembrar, etc.

- La Armada británica arrasó la extendida industria textil de la India en el siglo XIX porque podía competir con el imparable capitalismo británico. Y Marx lo justificó por eso del “curso ineluctable de la historia”, ya que la de la India tenía un modo de producción pre-capitalista y los británicos querían colocar sus propios textiles, quizás tejidos con la lana de las ovejas de la Patagonia.



Entretanto, naciones como la nuestra tienen reservado el rol de productoras de materia prima. Es decir, todo proteccionismo es visto con malos ojos y la sustitución de importaciones significa intentar construir un Otro que las naciones centrales no toleran. Ese Otro solo puede edificarse a costa de apropiarse de parte de la renta diferencial del agro. Y eso es obra del Estado.





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