lunes, 11 de julio de 2016

¿QUE DIRIAN BELGRANO Y SAN MARTIN?



El monetarismo puede ser mortífero para la nacionalidad. Como ahora.
En 1816, Manuel Belgrano, creador de la bandera argentina, celebró haberse librado del yugo monárquico español.
Doscientos años después, Mauricio se postró ante el rey muleto Juan Carlos de España, llamándolo querido. Quizás exagero, pero intento calibrar si alguna vez soñó algo semejante. Lo citó especialmente en su discurso, como distinguiéndolo del resto de los magnos asistentes presentes, lo que puede dar pie a otras 


tantas versiones: por ejemplo que una empresa española construirá un metrobus a lo largo y a lo ancho de sus viejos dominios con beneficios fiscales que ayuden a reducir lo que Mauri considera el trato injusto que se dispensó a Repsol, cuyos directivos, por otra parte están presos allá en el reino hispánico.
Prat Gay se había adelantado pidiendo disculpas por la estatización de YPF.
Basta con mirarle atentamente la cara (a Mauri) como diciendo “¿viste papá dónde llegué?”. De todos modos, sus palabras escuetas propias de Billiken o Patoruzú no logran superar ese habitual tono incoloro, incoloro e insípido que aprendió a duras penas en la UCA. Po.
Para valorar mejor esta situación, también recibió el aplauso de Menem. Todo cierra ¿no? Es que la democracia electoral es así.
El verdadero milagro sería que la vicepresidenta intentara imitarlo postrándose ante su majestad  porque el vasallaje algunos lo llevan en el cerebro y la sangre, que es como se decía antes de descubrir el ADN...pero las limitaciones físicas la pueden.
El maturrango está salpicado por la corrupción, y Macri pronto lo estará.
¿No es suficiente la pintura de época?

1 comentario:

Tilo dijo...

Que además de ser millonario sea mentiroso, estúpido, ignorante, arrogante, soberbio e incapáz, no implica que no esté dotado - como gran parte del mejor equipo de los últimos 50 años - de una perversidad genética para causar daño más allá de todo cálculo.

Millones de argentinos están sufriendo en carne propia mil y una carencias que han disminuido la calidad de sus vidas o directamente las han arruinado. Y todo ésto en sólo seis o siete meses de indi-gestión.

Al lado de estas realidades dolorosas, innegables y totalmente nuestras, llamar "querido rey" a ese viejo cascote, asesino de animales indefensos, parásito puesto a dedo por Francisco Franco como "su sucesor", es una humorada siniestra.

No creí ver burlarse de nuestra soberanía y de nuestro orgullo nacional a un presidente argentino.

Además de una enorme indignación me produce una tremenda verguenza.

Archivo del blog