viernes, 23 de julio de 2010

COCAÍNA GRATIS EN BUENOS AIRES

Un extraño polvo cubrió Buenos Aires ayer, coincidiendo con el anuncio del Mauri de que sería su fiscal, su juez y su Yago.
Deducciones fáciles han surgido a montones. Una de ellas, la más fácil por lejos, es que esa extraña nube de polvo sería el secreto mejor guardado de la gestión Pro, consistente en obnubilar la voluntad de los vecinos de la ciudad mediante el reparto gratuito de cocaína a granel y distribuida por vía aérea. Según el juez Brugo, se han decomisado en lo que va del año más de 3 toneladas del fino sulfato que hace las delicias de cinco continentes, con lo cual no es difícil suponer que parte de esos cargamentos se haya evaporado volando por los aires.
No sería la primera vez. Hace mucho mucho tiempo, más de lo que uno quiera recordar, el entonces juez Piotti, que sería reemplazado en San Isidro por Marquevich primero y por Laura Salgado después, confiscó un gran cargamento de cocaína que una semana más tarde se convertiría en nutritiva azúcar impalpable.
Algo similar le ocurrió a Marquevich durante el operativo Strawberry, con una diferencia: el azúcar fue reemplazada por polvo Royal. Con los años, ese traspié cayó en el olvido, y nadie recuerda hoy en día que el señor juez pertenecía a la honorable cofradía de Alfredo Yabrán, o que cobraba sobresueldos de la Side.
La prensa nos saca del equívoco, pero hasta cierto punto porque todo lo que provenga de Bolivia es de por sí sospechoso, comenzando por los propios bolivianos, gente holgazana y de difícil abordaje.
Como pudimos grabar con nuestro teleobjetivo de high definition, vemos a un militante del Pro destacado en el altiplano, listo para producir la nube de polvo blanco que cayó sobre Buenos Aires. Usa el uniforme de la DEA, pero es sólo un disfraz.
Sólo falta que se caigan los planetas.

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