domingo, 8 de agosto de 2010

LOS PERONISMOS DE SIDICARO Y LA JUVENTUD MARAVILLOSA

La Nación publica hoy una entrevista a Ricardo Sidicaro en la que se omite señalar su paso por la conducción de la UBA durante la breve primavera camporista, como puede leerse aquí donde Mallimaci y Giorgi lo describen sucintamente como "peronista de izquierda", entendido en este contexto como sinónimo de "montonero".


Esa pertenencia no es interesante, al menos aquí, en cuanto a dato histórico sino mas bien a cómo repercute en el presente, en la constitución del pensamiento de Sidicaro. Lo cierto es que no me consta que Sidicaro haya pertenecido al montonerismo, sino más bien a ese grupo muy minoritario que ocupó por un tiempo la revista Crisis y podríamos definir como "alternativista" o "iluminado". y que tanto daño hizo a una de las organizaciones de la juventud (las FAP) hasta prácticamente hacerla desaparecer bajo la hegemonía indiscutible de la M.
Había fuertes discusiones entre alternativistas y movimientistas, que era una de las maneras que adquiría la de fondo, a saber, si la contradicción principal era capitalismo-proletariado, o liberación-dependencia. Los alternativistas se erigían en intérpretes de la clase obrera, con las categorías marxistias típicas: partido de cuadros, conciencia de clase, etc. Por ende, más que peronismo de izquierda, "izquierda peronizada". Una y otra, de todos modos, quedaron encerradas dentro del propio peronismo real: el General Perón, en los términos que él entendía como "anticuerpos", no solo echó de la Plaza a los Montoneros (en esa oportunidad, yo estaba, y me quedé) sino que activó a los grupos entroncados con la CIA que dirigía José López Rega.
Ezeiza misma ya había significado el primer y sangriento paso de ese peronismo real. Como lo demuestra Horacio Verbitsky, Perón no podía desconocer lo que sucedía.
Pero no es posible agotar el tema en términos de traición-lealtad. En enero de 1974 y ocupando Perón la presidencia, una compañía del ERP ataca la guarnición militar de Azul. En el intento, cae muerto el coronel Gay, que había sido un leal en 1955. La juventud, entretanto, había padecido otro Ejército post-Revolución Libertadora. Perón reacciona como si nada hubiera sucedido entre el 55 y el 74: llama psicópatas a los guerrilleros del ERP, y en un discurso trasmitido por radio y TV, habla de aniquilar y exterminar uno a uno a los psicópatas, desatando una nueva oleada de AAA. Textual:
"No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones. Es indudable que ellas obedecen a una impunidad en la que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible, o lo que sería aún peor, si mediara, como se sospecha, una tolerancia culposa".
"El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar."
Y después aseguró que la decisión de las grandes mayorías de hacer una revolución en paz, "harán que el reducido números de psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República".
Y terminaba: "Quiera Dios que el heroico desempeño de todos ustedes nos sirva siempre de ejemplo".
Como consecuencia de ambos hechos, el ataque y el discurso, las discusiones de entonces giraron en torno a la oportunidad, si las FFAA eran otras desde 1974, etc. Pero lo cierto es que los llamados al aniquilamiento resonaron como clarinetazos de patriotismo en los subsuelos del ministerio de Bienestar Social, donde se afilaban los largos cuchillos de los matarifes de ese entramado de ex-policías, sindicalistas y militares que se llamó AAA.
Volvemos, entonces, a la izquierda peronizada de Sidicaro, a quien entrevisté, junto con el amigo Roberto Koira y para www.revista-zoom-com.ar, hace un par de años. De aquella entrevista, recuerdo que Roberto había hecho un cuestionario puntilloso porque estaba realmente interesado en conocer el pensamiento de Sidicaro, y mi único interés era pelearle uno o dos conceptos, sólo por el ánimo de polemizar. La entrevista salió titulada: El kirchnerismo es una ilusión de muchas personas con escasos vínculos entre sí.
No le falta, diría que le sobra efectismo. Es fuerte como título. Y no le falta razón: veamos, si no, el fenómeno bloguero k.
Le preguntamos entonces:

¿Qué tiene de peronista el kirchnerismo?
Esta definición a algunos les molesta y a algunos les gusta: el peronismo fue, fundamentalmente, una construcción política hecha desde un Estado sólido con un proyecto de planificación importante y un respaldo fuerte en las clases populares, pero no bajo cualquier forma sino con un fuerte imaginario sindical industrial.
El peronismo creó ese Estado y a esa clase obrera.

No, eso nos quieren hacer creer los agoreros del peronismo. El Estado, en realidad, lo empiezan a crear los conservadores en 1930, quienes fundan un importante aparato estatal, y en ese Estado pudo alojarse el peronismo y la gente que lo formó.

Aunque lo de los "agoreros" me quedó picando y lo anoté mentalmente para seguirla, el propio Sidicaro avanzó sobre su idea:

El Estado de los conservadores buscaba regular la economía, y lo que le incorporó Perón fue la parte del bienestar, lo público, por lo cual  no es el mismo, no cabe duda. Pero me interesa señalar la diferencia, porque muchos guitarreros del peronismo dicen que antes estaba el Estado liberal y no es así, ya se estaba constituyendo un Estado regulador. Perón llega a la Secretaría de Trabajo y Previsión, que tenía sede en Buenos Aires, y la construye como una cuestión nacional, con agencias en todo el país. Eso es construir Estado. Esa idea le dio una solidez, un proyecto, a mucha gente que venía de lugares muy distintos, del conservadorismo, del socialismo, independientes, y como en todo movimiento político, cada uno salió a tironear por lo propio. La idea de que el Estado homogeneizaba fue una virtud del peronismo.

No profundizamos sobre el tema porque Koira tenía otras urgencias. Disiento con Sidicaro en que el Estado peronista fue el agregado del bienestar social a las regulaciones del Estado conservador de los 30. Pero por ahora dejémoslo a un lado.
Pues bien: sí, el peronismo fue una construcción política hecha desde el Estado. Esa es, por un lado, una comprobación histórica. Y por otro, tiñe absolutamente la realidad actual porque el kirchnerismo insiste sobre el mismo tipo de construcción en una sociedad y un mundo (un sistema económico, sobre todo) muy distintos a los de posguerra. No es una limitación que por cierto, se limite al kirchnerismo. Como la "burguesía nacional", la construcción política desde el Estado es una de las dificultades conceptuales que el peronismo no logra superar, porque para que se pueda construir desde el Estado, debe existir ese Estado. Y no es este el caso: no es organizando charlas con Aníbal Fernández como se construye organización política y social. 
Contra la opinión de Sidicaro, considero que la inclusión social, el mayor logro del peronismo original, fue resultado de un Estado creado por ese peronismo, y las regulaciones conservadoras de los 30 son un dato irrelevante en esta cuestión. Es como si creyéramos que sir Maynard anticipó el socialismo chavista del siglo XXI o la revolución cubana de los '60: nada más lejos de la realidad para uno de los creadores del FMI y pilar conservador de la gloria del decadente Imperio Británico en retirada.
Pero afirmar que el peronismo fue una construcción desde, no explica su vigencia en términos de profunda huella social y cultural. En todo caso, aquella misma razón podría convertirse en la causa de su decadencia. Y lo que sucedió en los '90 lo demuestra: no faltaron los ingenuos que creyeron ver en esa destrucción sistemática en manos de una mafia, la continuidad de las banderas históricas. Y todo, por no entender que el Estado es la herramienta y el campo de batalla, pero no la conducción estratégica. Herramienta y campo de batalla no significan botín de guerra, incluso si se cree que los fines son loables.
Creo que Perón tuvo la oportunidad de volver a la Argentina (y si tuviera mala leche, agregaría: "para pronunciar el discurso posterior al intento de toma del regimiento blindado de Azul", pero no la tengo) por el único hecho que no se creó desde el Estado sino en el seno de la sociedad: la juventud.
No lo trajo el sindicalismo, no lo trajo el PJ, ni los patéticos militares retirados que conspiraban en la confitería La Fragata. Ninguno lo trajo ni lo hubiera traído. Todos tuvieron, sí, la habilidad de subirse a tiempo al tren de la victoria. Claro que luego habría otro tren dudoso, el que empujó Perdía desde París.

El fracaso o la derrota de la breve primavera camporista, y los horrores posteriores, parecen inhabilitar la discusión sobre la necesidad de que una creación surgida desde la sociedad solidifique y apuntale los cambios que se producen desde el poder político. A la vez, sirve como excusa para seguir esperando el llamado de Aníbal Fernández (o de cualquier otro funcionario que mida en las encuestas y cuente con "caja") con el que se pueda "largar" en la construcción política.
Si hoy Aníbal es el Gran Habilitador, de seguro en los últimos '60 y años posteriores hubiera recibido una buena patada en el ojete. Y esto no significa subestimar su rol actual ni mucho menos, aunque no soy de los que aplauden sus discusiones histéricas con Magdalena. 
El fondo de la cuestión es que sólo un cambio en la sociedad puede hacer que se consolide el rumbo iniciado en 2003.
Mientras eso sucede, nosotros nos conformamos con hacer literatura desde un blog y comentar la realidad desde algún programa de radio. Al fin y al cabo, eso también parece ser creación social. Parece, pero no lo es.
Quería comentar los peronismos de Sidicaro y me dispersé. Puajjjj
   

3 comentarios:

Javier dijo...

Muy interesante . Pero no me parece que sea solo a travez de Anibal Fernandez que se tenga que largar la construcción política . Yo no subestimaría al Movimiento Evita y al Frente Transversal , que en el peor momento del oficialismo organizaron el acto en Ferro donde muchos estuvimos en un estadio completamente lleno( yo estube con los compañeros de la Juventud de Carta Abierta ) .

Un abrazo

Jorge Devincenzi dijo...

Javier: tu comentario me obliga a corregir el post porque justamente el error es creer que la construcción pol tiene que largarse desde arriba.

farfallina dijo...

lo importante del peronismo es el dinamismo y la acción, es generador del acontecimiento, es decir que se orienta hacia la oportunidad del cambio. y la realidad se construye como suma de estructura, coyuntura y acontecimiento.

Archivo del blog