jueves, 19 de abril de 2012

ARGENTINOS SACRIFICADOS


En el Reino de España, los animales sufren un trato diverso. Si son toros de Miura,  terminarán indefectiblemente desangrados en la lidia tras una certera estocada.
Y oléee!
Los elefantes no tienen oportunidad de exhibir su donaire en las plazas de toros, quizás porque son unos seres pesados y acaso discriminados por eso mismo, y los españoles prefieren ajustarles cuenta con escopetas calibre 40/40 preferentemente disparadas por monarcas aburridos.
Las plazas de elefantes se encuentran lejos de Madrid, en Bostwana.
El elefante Trompita es, como dijo Ricardo Forster, una anomalía en el devenir de los paquidermos. De todos modos, es una construcción cultural más acorde con las épocas que corren. Así, nos resulta imposible adivinar su sexo o género: Trompita tanto puede acometer una aventura de piratas o conducir un camión de 18 ejes como ponerse una pollerita y bailar la conga.
La imagen que ilustra este post es engañosa. Sabemos que las imágenes engañan desde hace un montón de años, prácticamente desde la alegoría de la caverna enunciada por Platón.
Las víctimas parecen cristianos antiguos pero son argentinos. Los victimarios parecen leones pero son toros de lidia. Lo que parece el Coliseo romano es en realidad una de las tantas carnicerías que los hispanos denominan "plaza de toros".
No se los sacrifica por seguir a un profeta de origen judío sino por apoyar la expropiación del 51% de Repsol. Parece un motivo banal, pero detrás de él se esconden razones ligadas con la nacionalidad. Argentina es el hogar.

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