lunes, 25 de noviembre de 2013

REALIDAD MEDIÁTICA: MENTIRAS QUE MATAN

A los periodistas "independientes" (del gobierno pero no de los grandes grupos económicos) les molestan las cadenas con discursos de Cristina. 
Es Cristina la que molesta, no las cadenas. 
Sin ir más lejos hoy transmiten en cadena las alternativas de la muerte, en un sanatorio, de un tarambana mediático convirtiéndolo casi en un héroe de la pantalla. 
No poseemos titulo habilitante para clasificarlo al tal personaje mediático como psicótico o psicópata (que de eso se encargue el psiquiatra Hugo Marietán y sus seguidores) pero esa suerte de Robocop adicto a la morfina, relleno de anabólicos y con medio esqueleto hecho de siliconas, plástico, acero y titanio, no debió andar muy lejos de serlo. 
Distinto es el tratamiento que dan los medios a un millonario adicto a la morfina que a un negro de mierda adicto al paco.
A propósito de las cadenas de televisión, los críticos de la Ley de Medios suelen decir que sólo hay un canal independiente (TN) y el resto es oficialista.
Mienten.
El único medianamente oficialista es canal 7, la televisión pública, y el resto son aliados circunstanciales. 
¿Quién sabe para dónde apuntarán mañana Cristóbal López y Eduardo Feimann, o el canal de la dupla ultraderechista Spolsky - Garfunkel que de a ratos tiene programas progre? 
La subnormalidad, por cierto, no se agota en Marcelo Bonelli y el citado Eduardo Feinmann. CN23 tiene por la noche su programa de telepastores y defiende a rajatabla el militarismo israelí contra los palestinos, como si éstos no tuvieran derecho a una patria. 
C5N, además del subnormal Feinmann, tiene a un tal Roberto Funes y a Fabián Doman.
Doman es el mismo que, amparándose en el derecho profesional de preservar las fuentes, no informó a la justicia quién le había entregado las "confesiones" manuscritas de cuatro desaparecidos de la dictadura cívicomilitar: Gallego Soto, Casariego de Bel, Perrota y Cocooz. 
Sospecho que fue el "turco" Julián o alguien allegado a él, porque en esa época Julián (hoy condenado a perpetua por crímenes de lesa humanidad) era columnista en un programa de Mauro Viale. Y Doman era su productor. Pero no tengo cómo probarlo. 
Y que Doman entregara a la justicia su información quizás hubiera sido vital para llegar más arriba de los 23 años con que se condenó a Héctor Vergez.  
En suma, la televisión es una cloaca. 
Su contacto enferma, y muchos están expuestos a la desinformación, que es la herramienta del sentido común dominante. 
No nos extrañemos entonces cuando cierta opinión pública reacciona contra medidas como la AUH o la estatización de Aerolíneas e YPF, contra las cuales la campaña "en cadena" de los periodistas independientes es constante.
Sin embargo, en contadas ocasiones ver películas por televisión nos sirve para entender mejor la realidad. 
En ocasiones, no siempre: si uno es afecto a los films de Rambo tenderá a creer que los EEUU ganaron la guerra en Vietnam
Un excelente film dirigido por Barry Levinson, con Robert de Niro y Dustin Hoffman en los protagónicos, ya algo añejo (1997), es el que se conoció aquí como "Mentiras que matan" aunque su título original es "Wag the dog", que en traducción libre significa algo así como "Meter el perro" y literalmente "mover al perro", y que en otros países se conoció como "Cortinas de humo".
En esa película en clave grotesca, un productor cinematográfico crea en los medios una guerra ficticia en Albania para salvar la reelección de un presidente norteamericano pedófilo, y de hecho lo consigue ampliamente.
Pero no hay películas sobre, por ejemplo, el doble aguinaldo decretado por el presidente Evo Morales para todos los trabajadores, a tono con una suerte de marchita chola que circula por ahí: "es la realidad efectiva, que debemos a Evó... ¡Evó, Evó, que grande sos..." etc. 
El doble aguinaldo boliviano no forma parte de la realidad mediática, es decir, no existe.
Según los psicoanalistas, creo, hay una realidad real y muchas realidades imaginarias y/o enfermizas. Para Leopoldo Marechal, sin embargo, esas realidades imaginarias existen tanto como las reales porque ambas conforman diferentes gradaciones de lo real. 
Según Alejandro Dolina, es tan real la mariposa que sueña el emperador chino como el emperador que sueña a la mariposa. Cabe suponer que al despertar, el emperador percibirá un ligero aleteo del otro lado de la ventana.
Las "mentiras que matan" se consumen ampliamente en la televisión local. 
Las habituales matanzas en escuelas o shoppings de EEUU tienen un tratamiento muy distinto al de la "inseguridad" de estos pagos. 
Según esos opinadores "independientes", las policías de EEUU son muy eficientes, a diferencia de las nuestras, pero lo extraño es que siempre llegan después de que las matanzas se producen, nunca antes.
No hay una realidad única, y menos todavía cuando uno cree que esa única realidad es la mía. Y ya no digamos "la nuestra".




1 comentario:

Moscón dijo...

Realidad es lo que decreta el Rey.
Si el Rey dice que los polos son tropicales así será.Y la verdad es que el que vaya con chancletas y camisa hawaiana a los polos se va a recagar de frío.
El ispa está lleno de súbditos snobistas confundidos de ciudadanos.

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