domingo, 1 de junio de 2014

¿PERÓN O MONTONEROS (2)?

Poco a poco se va comprendiendo que en marzo de 1976 las FFAA tomaron el poder como garantes de un modelo de exclusión basado en la valorización financiera y la apertura total de la economía, apertura que no incluía los negocios particulares de Martínez de Hoz: Acindar prosperó con un arancel del 40% al acero importado; y la Ítalo se pagó dos veces. Etc. Pero volvamos tres años atrás.

En 1973 Montoneros parecían representar lo nuevo y lo joven, es decir, parecían representar el cambio. Perón desconfiaba de ellos, al punto de considerarlos traidores por pretender competir con él en la conducción del Movimiento aún sabiendo de su finitud. Mi único heredero es el pueblo. 
O quizás por su vinculación originaria con la Iglesia.

Viéndolo a la distancia, resulta obvio que Montoneros no estaba en condiciones de conducir al pueblo: en rigor, condujeron a miles de jóvenes al matadero de las “contraofensivas”, mientras se consideraban a sí mismos como la vanguardia de la resistencia a la dictadura. 
Ubaldini no existía en sus significaciones.

Luego surge la leyenda de la conducción pendular de Perón, que como especialista en Historia Militar, la encara según la guerra clásica: apoyarse primero en un ala, luego en otra, y destruir al enemigo con el centro del dispositivo armado, figura que encontramos desde las Termópilas a las batallas de la Primera Guerra Mundial (o “gran guerra”) pasando por las victorias napoleónicas. Lo sustancial del peronismo era LA FELICIDAD DEL PUEBLO Y LA GRANDEZA DE LA NACIÓN, donde siempre estaba primero la Patria y luego el Movimiento. En las significaciones de Montoneros, el Movimiento eran ellos mismos.

Sin duda el halo de heroísmo armado y martirologio de la juventud pesa en los análisis, y la presencia de ex paracaidistas de la OAS en el palco de Ezeiza, o las bandas armadas que actuaron desde 1975 amparadas por el poder político (mas Isabel, Lopecito, etc.) no contribuyen a aclarar la situación.

Como sostuve en el anterior post, las condiciones para instaurar una Argentina dirigida al socialismo en 1973 era una alucinación colectiva que no tenía en cuenta la situación objetiva de Sudamérica. En efecto, el país aparecía enteramente rodeado por dictaduras neoliberales, y estaba acabando el avance de la etapa descolonizadora que justificaba la lucha armada para la liberación. Podríamos agregar que eso no formaba parte de nuestros análisis de la realidad: al fin y al cabo, Vietnam había derrotado estrepitosamente al aparato militar de EEUU en 1975. Si, claro, pero en Indochina había un largo historial de lucha popular contra las naciones coloniales, y el Vietcong se parecía mucho mas al "pueblo en armas" de nuestra independencia que al accionar de unos cuantos miles de militantes. En ocasiones la alucinación ideológica puede producir ceguera, y así como Juan B. Justo proponía el triunfo final de obreros rubios y abstemios, en una suerte reivindicación por izquierda de las tesis sarmientinas, estas nuevas expresiones imaginaban la existencia de una clase obrera concientizada en el marxismo leninismo y dispuesta a armar soviets. Otras cuestiones, como el foquismo, son variaciones secundarias de este núcleo delirante.


Primero estaba la Patria.


En ese marco, la cooptación de Perón por parte de las “bandas de derecha” es una explicación infantil, si no encubriera una cierta interpretación política reivindicatoria (o justificatoria) de Montoneros.

Aunque no lo escribí en su momento, mi crítica se dirige a la cúpula de Montoneros y no a las innumerables víctimas de la represión, que también fueron víctimas de los delirios de unos cuantos que paseaban sus birretes por Beirut. Asimismo, me pareció impropio referir cuestiones personales: apoyé la política de Perón aunque fui, o sigo siendo, víctima de su gobierno. Pero la política no consiste en una satisfacción personal sino en un logro o derrota colectivos, y lo que sucedió en marzo de 1976 fue una derrota de la Patria.
Reivindicar al peronismo hoy es en cierto modo ridículo; el peronismo, como repite un amigo, murió junto con su líder, quien se llevó a la tumba los secretos de la conducción. Ciertas estructuras y ciertos personajes nefastos sin embargo se reivindican como tales. A su vez, dentro del kirchnerismo algunos opinan que eso es prueba de que el "peronismo" quedó afuera. Los discursos de Cristina, sin embargo, desmienten a unos y otros.
El kirchnerismo es la expresión actual del movimiento nacional. La cuestión argentina es avanzar en términos de inclusión, equidad y autonomía, que es lo que nos convertirá en Nación y lo que expresa este Gobierno con sus más y sus menos. 
Este movimiento nunca se da en estado puro: siempre se construye lo nuevo con parte de lo viejo.
La llamada Tendencia Revolucionaria Peronista (a la que yo adscribía, aunque NO ME FUI DE LA PLAZA) planteaba el socialismo como objetivo. ¿Pero qué era ese mítico socialismo?
Menos de dos décadas mas tarde, el socialismo real se esfumó de la faz de la tierra, desplomándose como un castillo de naipes. Lenin planteaba que las nacionalidades eran parte de un mundo en desaparición, pero a la caída de la URSS las viejas naciones constitutivas del mundo soviético re-florecieron. Checoslovaquia no existe. Los rumanos son los actuales"cabecitas negra" de Europa. La vieja Europa del Este financia con su trabajo y su riqueza al FMI y al Banco Mundial.  Yugoslavia estalló. 
Crimea está explotando.
Con 25 años casi ininterrumpidos de neoliberalismo, el campo popular en Argentina se debilitó y el poder económico se concentró. Tuvo que llegar 2003 para volver a tener esperanzas, y hay que prestar atención a la relación de fuerzas.
Y mientras tanto, releamos los puntos básicos del Plan Trienal de 1973 para advertir nuevamente dónde estaba el sujeto histórico de cambio. No por cierto en Gelbard, que era un ejecutor, sino en Perón.

Ley de inversiones extranjeras.
Proyecto de ley de Recomercialización de Granos y Carnes.
Ley de fomento agrario.
Ley de corporación de empresas nacionales.
Ley de promoción industrial.
Ley de suspensión de desalojos.
Ley de representantes de empresas extranjeras.
Proyecto de condonación de sanciones, multas, recargos e intereses por infracciones impositivas.
Ley de represión penal para las defraudaciones fiscales.
Ley de promoción minera.
Ley de creación de la corporación para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa.
Impuesto a la renta potencial de la tierra.
Ley de regionalización de los directorios de los bancos de la Nación argentina y Nacional de Desarrollo.
Modificación de la ley de bosques.
Ley de creación del Instituto Nacional de la Vivienda, de interés social.
Ley de uso de tierras aptas para la explotación Agropecuaria.
Ley de defensa del trabajo y la producción nacional.
Ley de Nacionalización de los depósitos bancarios.
Régimen para financieras para-bancarias.
Nacionalización de los bancos desnacionalizados en los últimos años.



Como ya se ha dicho, "Mientras más democracia se inyecte al sistema neoliberal de dominación, menos podrá resistir éste el embate de las mayorías ciudadanas: cuando comienzan a descubrir la contradicción flagrante entre mercados monopólicos y democracia, entre soberanía nacional y privatización de los recursos naturales, entre soberanía energética o dependencia externa, entre libertad de expresión y concentración del poder comunicacional, entre una minoría que administra la riqueza y se enriquece y una mayoría que produce la riqueza y se empobrece..."

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

"... y la presencia de militares argelinos en el palco de Ezeiza,..." -> Militares FRANCESES que actuaron en la guerra sucia de Argelia que si no se presta a confusión.

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