Con el derrumbe, aumenta la sensación de inseguridad

Un estudio de la universidad de Lovaina demuestra que la sensación de inseguridad aumenta entre los ciudadanos, en estos casos perfectamente tabulados:

- Cuando los morochos salen a la calle a tomar para sí lo que la vida social inclusiva no les proporciona.
- Cuando nos invaden los marcianos.
- Cuando tropas extranjeras se asoman por el horizonte con malas intenciones.
- Cuando caen soretes de punta.
- Cuando a ciertos grupos masculinos perfectamente identificados se les ocurre dedicarse a las violaciones seriales sin razón alguna.
- Cuando energúmenos como el almirante Rojas amenazan con bombardear la ciudad si el tirano no se profuga.
- Cuando crece la sospecha de que los 1860 permisos de construcciones nuevas en la ciudad de Buenos Aires, pendientes de ejecución, son administrados por la gestión Pro.

En este caso, el que nos ocupa, ese vecino que paga puntualmente sus impuestos, se desentenderá por un momento de sus Rottweiler alimentados con dedos y bracitos de vecinos menos favorecidos por la suerte, de su fusil M-16 bien aceitado, del cerco electrificado, de la zanja con cocodrilos anoréxicos, de la alarma conectada con Prosegur (que es la pata policial del movimiento delincuencial), y se prepara para lo peor: