lunes, 4 de junio de 2012

El trasvasamiento generacional llegó al folklore


En el sesentaipico, la cantaba a grito pelado José Rimoldi Fraga, dueño esclavista de Tupperware y yerno o algo así del general Alejandro Agustín Lanusse. Era una zamba, "La Felipe Varela", Muy popular, curiosamente, entre jóvenes que combinaban el nacionalismo con un antiperonismo profundo, aleccionados por el cura Menvielle y Alberto Ezcurra Uriburu, fundador de Tacuara, de la que luego se desprendería un sector nak&pop.
Con una letra de factura unitaria, se emparentaba con la Zamba de Vargas, que homenajea a los militares mitristas Antonino Taboada y el uruguayo Wenceslao Paunero. Este último, temible por la ferocidad con que trataba a los federales rebelados contra el puerto y la Guerra de la Triple Alianza. 
Ambas se refieren al último combate de Felipe Varela en Pozo de Vargas (abril de 1867) que significó el fortalecimiento del proyecto probritánico de Bartolomé Mitre. Pero, sabemos, en la historia argentina, los civilizados son acusados de bárbaros, y los bárbaros se disfrazaron siempre de civilizados.

Felipe Varela viene 

por los cerros de Tacuil, 
el valle lo espera y tiene 
un corazón y un fusil. 
Se acercan los montoneros 
que a Salta quieren tomar, 
no saben que en los senderos 
valientes sólo han de hallar.
(los valientes son los unitarios)


Galopa en el horizonte 
tras muerte y polvaderal 
porque Felipe Varela 
matando llega y se va.
(porque es un bárbaro)


La proclama de Varela, poco antes de Pozo de Vargas, nunca se enseñó (desconozco si eso ha cambiadoi) en la escuela. Pocos saben que fue promotor de la Unión Americana, y así se presentaba en combate. 

Manifiesto del General Felipe Varela a los Pueblos Americanos

Proclamación:

¡ARGENTINOS! El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el General Mitre, gobernador de Buenos Aires. La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal, que los valientes entrerrianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espurios hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoy, por Mitre y su círculo de esbirros. El Pabellón de Mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Andes hasta Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las ineptas y febrinas manos del caudillo Mitre -orgullosa autonomía política del partido rebelde- ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero Bellaco, Tuyuti, Curuzú y Curupaití. Nuestra Nación, tan feliz en antecedentes, tan grande en poder, tan rica en porvenir, tan engalanada en glorias, ha sido humillada como una esclava, quedando empeñada en más de cien millones de fuertes, y comprometido su alto nombre a la vez que sus grandes destinos por el bárbaro capricho de aquel mismo porteño, que después de la derrota de Cepeda, lacrimando juró respetarla. COMPATRIOTAS: desde que aquel, usurpó el gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las rentas provinciales vinieron a ser el patrimonio de los porteños, condenando al provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser porteño, es ser ciudadano exclusivista; y ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del Gobierno Mitre. Tal es el odio que aquellos fratricidas tienen a los provincianos, que muchos de nuestros pueblos han sido desolados, saqueados y guillotinados por los aleves puñales de los degolladores de oficio, Sarmiento, Sandez, Paunero, Campos, Irrazábal y otros varios oficiales dignos de Mitre. Empero, basta de víctimas inmoladas al capricho de mandones sin ley, sin corazón y sin conciencia. Cincuenta mil víctimas hermanas, sacrificadas sin causa justificable, dan testimonio flagrante de la triste o insoportable situación que atravesamos, y que es tiempo ya de contener. ¡VALIENTES ENTRERRIANOS! Vuestros hermanos de causa en las demás provincias, os saludan en marcha al campo de la gloria, donde os esperan. Vuestro ilustre jefe y compañero de armas el magnánimo Capitán General Urquiza, os acompañará y bajo sus órdenes venceremos todos una vez más a los enemigos de la causa nacional. A él y a vosotros obliga concluir la grande obra que principiasteis en Caseros, de cuya memorable jornada surgió nuestra redención política, consignada en las páginas de nuestra hermosa Constitución que en aquel campo de honor escribisteis con vuestra sangre. ¡ARGENTINOS TODOS! ¡Llegó el día de mejor porvenir para la Patria! A vosotros cumple ahora el noble esfuerzo de levantar del suelo ensangrentado el Pabellón de Belgrano, para enarbolarlo gloriosamente sobre las cabezas de nuestros liberticidas enemigos! COMPATRIOTAS: ¡A LAS ARMAS! ¡Es el grito que se arranca del corazón de todos los buenos argentinos! ¡ABAJO los infractores de la ley! Abajo los traidores a la Patria! Abajo los mercaderes de Cruces en la Uruguayana, a precio de oro, de lágrimas y de sangre Argentina y Oriental! ¡ATRÁS los usurpadores de las rentas y derechos de las provincias en beneficio de un pueblo vano, déspota e indolente! ¡SOLDADOS FEDERALES! nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguay, y la unión con las demás Repúblicas Americanas. ¡¡Ay de aquel que infrinja este programa!! ¡COMPATRIOTAS NACIONALISTAS! el campo de la lid nos mostrará al enemigo; allá os invita a recoger los laureles del triunfo o la muerte, vuestro jefe y amigo. FELIPE VARELA Campamento en marcha, Diciembre 6 de 1866.

Hoy, en Catamarca, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner puso las cosas en su lugar.

5 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

No solo Rimoldi,esa zamba ,hermosa por cierto, la cantaban los Fronterizos,los Chalcha, todos la cantaban sin tener demasiado en cuenta las cuestiones historicas
Lo mismo que la Zamba de Vargas que hace referencia a la batalla de Pozo de Vargas en que Taboado ,a favor del mitrismo derrota a las tropas del federalismo
Y esta zamba de Vargas, junto con la Artillera son las madres de todas las zambas

Jorge Devincenzi dijo...

La Felipe Varela no se refiere al Pozo de Vargas, que es en La RIoja, sino a uno de los ataques de los colorados contra Salta. El personaje es el mismo; Felipe Varela.

Udi dijo...

Y, en los '70s, Jorge, le cambiábamos el final, diciendo:
"...porqué Felipe Varela
nunca mató por matar".
saludos !

Anónimo dijo...

La música de la Zamba de Vargas es la de la zamacueca original que tocaba la orquesta chilena con la que Varela "invadió" Argentina:

Los “nacionales” vienen
¡Pozo de Vargas!
tienen cañones y tienen
las uñas largas.
¡A la carga muchachos,
tengamos fama!
¡Lanzas contra fusiles!
Pobre Varela,
que bien pelean sus tropas
en la humareda.
¡Otra cosa sería
armas iguales!


y estas son coplas del cancionero popular y anónimo, obviamente, recogidas por Carrizo:

De Chile llegó Varela,
Y vino a su Patria hermosa.
Aquí ha de morir peleando
por el Chacho Peñaloza.


Viva el Coronel Varela
por ser un Jefe de honor!
Que vivan sus oficiales!
Viva la Federación!


La República Argentina
siempre ha sido hostilizada,
porque los que gobernaban
con mala fe caminaban.
Aura que viene encima
levantada su bandera,
la gloria y la primavera
florecen por sus caminos,
gritemos los argentinos:
¡Viva el Coronel Varela

En el 72, 73, un grupo en el que creo estaba Dolina, había grabado en forma de casera estos últimos versos que tenían un estribillo que era más o menos así:

Alto, ¿quién vive?
La Patria, que es gente paisana
derecha como una vela
Viva el coronel Varela

Anónimo dijo...

Urquiza era por entonces el jefe del Partido Federal y la gran esperanza de las provincias. También Peñaloza se alzó esperando un nuevo "pronunciamiento" de Urquiza, así como Solano López entró en Corrientes (que no "tomó", como decían los mitristas, pues las tropas paraguayas fueron aclamadas en Corrientes)debido a "la palabra" de Urquiza. Que Urquiza haya sido el primer Menem de nuestra historia, es otro cantar, pero al menos tuvo su López Jordán, que, dicho sea de paso, merecería una reivindicación en toda la regla, si bien sus restos fueron "repatriados" por una iniciativa del entonces ministro de gobierno Jaime Martínez Garbino. Pero sigue siendo difamado en la historia oficial de Entre Ríos y ninguneado en la nacional.
Varela jamás hubiera apelado al nombre de Rosas porque, al igual que Peñaloza, eran acérrimos antirrosistas, no por antifederales sino por su enfrentamiento con la provincia que, aun con Rosas, siguió colonizando a las demás desde los tiempos de Rivadavia. Y esto dicho sin desconocer los muchos méritos de Rosas.
En 1835 Rosas sancionó una ley de aduana proteccionista basada en las críticas que le había formulado Ferré, pero nunca nacionalizó las rentas ni el puerto, con lo que las provincias mediterráneas siguieron sumidas en la miseria. Por otra parte,la no nacionalización de las rentas aduaneras provocó que la razonable oposición rosista a la libre navegación de los ríos interiores, fuera perjudicial para las provincias del litoral, que viene a ser una de las razónes principales de la caída de Rosas, más allá de la política del imperio brasilero y las ambiciones y negocios particulares de Urquiza.
Para Rosas, así como para Rivadavia, la organización de un congreso en el que todas las provincias estuvieran en un pie de igualdad y la nacionalización de la aduana, que hubiera sido la consecuencia inmediata de la primera votación en la que Buenos Aires perdería trece a uno, debían estar supeditadas a la previa organización de cada una de las provincias. Para las provincias mediterráneas, así como para el artiguismo en las épocas de la revolución,los conflictos internos de cada una de ellas se originaban en sus escasos recursos derivados de la no organización de la confederación y, consecuentemente, a su no participación en las rentas de aduana.
La prueba de que las provincias tenían razón es que, con sus más y sus menos, la organización nacional se logra recién cuando Roca impone a Buenos Aires la voluntad de las provincias y federaliza definitivamente el puerto, la aduana y la propia ciudad de Buenos Aires. Impedida esta vez de dominar a las provincias interiores, la burguesía mercantil porteña planeaba volver a secesionar Buenos Aires para convertirlo en otro Uruguay y, si cuadraba, unir ambos estados en la República del Plata.
Pero los tiempos de Varela, que hubiera apoyado a Roca como lo apoyaron los más conspicuos federales de su generación, eran otros y el jefe de su política o de su partido era Urquiza.
Por otra parte, Varela era el jefe de la vanguardia entrerriana que marchaba rumbo al Paraguay y que se sublevó en pleno no bien cruzó el Guayquiraró.
La historia es así, jodida. Y las cosas vienen a destiempo, pero vienen como vienen y no de otra forma.
En cuanto a la mención a Alvear, que desde cierta "ortodoxia" sería objetable, hay que recordar que fue quien dirigió al ejército argentino en la guerra contra el Imperio y triunfó en Ituzaingó. Y es contra Buenos Aires y contra el Imperio que está dirigido el Manifiesto de Varela
Perón por la extensión del comentario
Boot

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