jueves, 3 de noviembre de 2011

LO DE LOS SUBTES PASÓ DESAPERCIBIDO









Entre tanto dólar, colero, corrida cambiaria y fin de algunos subsidios, nadie comentó que el Gobierno Nacional tiene la firme intención de pasar el subte a jurisdicción de la CABA. Maurizio dijo que sí, siempre que venga con plata. Si así fuera, el traspaso no tendría sentido. Ahora, Roggio será un problema más del Pro. En las épocas que el niño Macri añora, escuelas y hospitales pasaron a jurisdicción municipal sin un peso. 
Si aplaude eso, ¿por qué querría ahora un tratamiento diferencial?
Leemos este post en El Politólogo 
Nuestro estadista en calzoncillos, Maurice Macrí, quien confiadamente planificaba sus vacaciones de tres meses para despues del 10 de diciembre, ha sido víctima, una vez más, del ataque impiadoso del stalinismo que le cambia las reglas de juego permanentemente.
..´fetivamente, el satánico gobierno nacional ha decidido dejar de poner plata en subtes y premetro porteños, una medida que afectará la proverbial tranquilidad de Maurizzio, para que pueda dedicar su energia Zen a ampliar la red de bicesendas, el currito de los bares en las plazas, y de parquímetros en barrios alejados del centro.
Leemos con estupefacción:

"Según informò este mediodía el Secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, el próximo viernes mantendrá una primera reunión con autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para tratar el tema de la transferencia de la administración del sistema de trenes subterráneos a la órbita porteña.Schiavi reveló que
"el gobierno nacional invirtió en el sistema de subtes 1.700 MILLONES DE PESOS EN OBRAS ya ejecutadas y otras en ejecución", en tanto que el subsidio operativo anual totalizó 706 MILLONES DE PESOS". El Ministro Julio De vido ya habìa solicitado la reunión con el gobierno porteño durante la conferencia de prensa de esta mañana en la cual se anunció la creación de una Comisión para analizar los subsidios estatales."Convocamos con la mejor de la buena fe al gobierno de la Ciudad, esto no es una chicana, es necesidad de ordenar lo que debe ser ordenado según las leyes", dijo el funcionario en una conferencia de prensa. Se trata de la "transferencia de un servicio que es exclusivo de una jurisdicción, y el resto de las jurisdicciones mira que hay un gasto que de ninguna manera es coparticipado al resto del país".
"Por su parte, Schiavi remarcó: “Esperemos que la discusión con el Gobierno de la Ciudad sea fructífera, sin ninguna chicana política y con el sentido de ordenar esta situación. Que un símbolo de la porteñidad como es el subte sea administrado por la Ciudad”. 
“El paso de hoy es un paso muy significativo que esperemos que PUEDA SER TOMADO ASÍ por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por eso pedimos la reunión”.

Resulta previsible que el excusario Prrro estará a la orden del día, por este traspaso: "Fue hecho sin previo aviso"; "No se puede improvisar así, con este tema" y ventosidades por el estilo.
Obviamente Rodriguez Cajeta reclamará "los recursos", es decir que el Gobierno Nacional siga poniéndo tarasca a la porteñidad subterránea, y ante la negativa, se dirá que no queda otra que aumentar el costo del viaje un 200%, (y por ahi me quedo corto). 
Mientras tanto, Maurizzio continuará por un buen tiempo con la cantinela de que no pudo construir más de 40 metros de subtes en 4 años, según él, porque el gobierno malo no lo dejó endeudarse en el exterior. 
Es hora de aggiornar los justificativos, pero tambien de hacer algo con la gestión, si es que el alcalde que sufre de síndrome vertiginoso, desea que su carrera política trascienda General Paz extramuros.
Tal vez un impulso de autopreservación del globero, lo haga abstenerse de colocar al frente de subtes y premetro a Soluciones-de-movilidad- Dietrich, o a algún compañerito del Cardenal Newman, y en cambio elija a un funcionario que entienda del tema.
Empero, la impronta y el estilo Prrro no deben dejarse de lado.
Al hacerse cargo de la red de subterráneos, tendría que anunciarse la construcción de bicisendas soterradas para descomprimir un poco el amontonamiento en los vagones en horas pico.
Asimismo, aprovechando la tunelera del arroyo Maldonado que corre por debajo de la Av.Juan B.Justo, bien podria inaugurarse la primera pista de remo en aguas subterráneas urbanas del mundo, con una suelta de globos por parte de Mauri y Pinedo, mientras se desplazan en una canoa amarilla, luciendo trajes de neoprene y pata de ranas al tono. 
Y agregar tambien una nado-senda, para que los vecinos que no logren ingresar a los abarrotados metrobuses a las 6 de la tarde, puedan salvar nadando la distancia que va desde Palermo a Villa Luro.
De este modo sumándole deporte a la vida cotidiana, la gestión del danzarín de los peloteros, podrá seguir cansina y cálmamente, rumbo a su destino. 
Condenado al EXIT.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

LA NACIÓN Y EL BARCLAYS: "Esto no es una corrida bancaria"

La Nación de hoy trae una amplia cobertura en defensa de los coleros que desde el lunes azotan, cual atroces hunos del siglo XXI, la módica city financiera de la ciudad autónoma de la Santísima Trinidad y puerto de Buenos Aires.
Don Joaquín Morales inventa una batalla de fondo entre Amado Boudou, la presidenta del BCRA, el del Banco Nación y el titular de la AFIP. No se priva de escribir que Guillermo Moreno es un "fracasado" y sugiere que ninguno de ellos es confiable como próximo ministro de Economía.
Martín Loustou tira una carta marcada: dólar a 4.50.
La nota editorial se titula "Receta Fracasada". Su redactor se empeña menos en describir la tal fracasada receta como mencionar que Néstor Kirchner evadió "entre 600 y 1000 millones de dólares" hacia cuentas seguras en el exterior, y no solo eso: también compró, con su esposa, otros 2 millones de dólares en el mismo mercado hoy injustamente desvirtuado por los coleros.
Entre "La solución es política" de Don Joaquín y la "Receta Fracasada" del editor, luce un artículo de Eduardo Levy Yeyati titulada "Esto no es una corrida bancaria".


El título suena como ese juego lógico muy útil para superar una fase de aburrimiento en la pareja en una tarde de lluvia. Usted toma una hoja papel en blanco y escribe: "lo que leas en el anverso es falso" y se lo muestra a ella.  Su pareja, con una inmediatez garantizada, se apresurará a voltear el papel, donde -sorprendida- leerá: "lo escrito en el anverso es falso".
¿Una o ambas proposiciones son verdaderas o falsas? A primera lectura, si la frase A es verdadera, la B es falsa, pero....
Con la seguridad de que Adrián Paenza o Ludwig Wittgenstein tendrán la solución, abóquese ahora a superar la decepción de ella, que esperaba ver en la otra cara del papel una frase más erotizante que la del reverso. Apuesto a que más de un lector de la edición en papel de La Nación dio vuelta la página esperando ver un anuncio comercial con "lo escrito en el anverso es falso". Lo importante no es lo que dice Levy en su nota sino instalar primero la imagen fuerte de la CORRIDAAAAAA, y luego, de paso, promocionar al autor.
Levy Yeyati representa al Barclays, lo que no es poco decir. Esta multinacional financiera con sede en Londres está entre las 5 principales compañías de su actividad. Es acreedora de la Argentina, y en los 80 estuvo directamente implicada en el gobierno del aparheid sudafricano, financiando a la minoría boer. Controla al banco Santander, y está asociada con las Wells Fargo que durante la dictadura cívicomilitar otorgaba petrodólares mediante la gestión oficiosa del señor Narciso Ocampo, presidente simultaneo del Banco Ganadero y del Banco Nación. Barclays también invierte en el negocio de los diamantes, declaró este año una ganancia de 5 mil millones de libras esterlinas y fue fundada en 1609, presumiblemente por comerciantes que financiaban la piratería inglesa.
El autor también está doctorado en Pennsylvania y Harvard, es profesor en la Escuela de Negocios de la universidad Di Tella (uno de los think-tanks del Pro); y asesoró al FMI y al Banco Mundial.
La Nación ya no lo tiene a Don Bartolo, pero siempre aparecen otros Bartolos dispuestos a colaborar con la causa antinacional.

martes, 1 de noviembre de 2011

EN EL DIARIO LA NACION, ROBERTO CHANTANOSKY SIGUE TIRANDO NAFTA A UNA HOGUERA FICTICIA

En La Nación de hoy, un economista abrumadoramente serio como Roberto Chantanosky anuncia inminentes incendios, confiscaciones y corralitos y pretende dar lecciones sobre teoría económica: ¿que parte de la ley de la oferta y la demanda no entendió el gobierno? se pregunta en el título.
Las cifras se empeñan en desmentirlo:
Las reservas del BCRA ascienden hoy a 47806 millones de dólares, equivalente a 203.000 millones de pesos. La base monetaria es de 190.639 millones de pesos (o 44.750 millones de dólares) y los pesos en circulación son 147.867 millones. 
No hay posibilidad de corrida contra el peso.
Escribe Chantanosky: "Todos saben que hay distorsión de precios relativos, la gente percibe que el tipo de cambio está barato en relación a lo que puede llegar a pasar y tiene miedo a un gobierno que ha demostrado fuertes inclinaciones confiscatorias (ahorros en las AFJP, intento de la resolución 125, uso de las reservas del BCRA deteriorando su patrimonio neto, etc.) Es decir, el gobierno ha hecho lo imposible por generar desconfianza".
¿A quién se refiere cuando se refiere a los "todos... que tienen miedo... porque hay distorsión de precios relativos"?
Por cierto, y salvo que el pueblo argentino haya demostrado en las recientes elecciones presidenciales que tiene una especial inclinación por el suicidio colectivo, ese 54% no tiene el tal miedo. 
¿Será el 1,5% de electores de Carrió? Hay una respuesta más evidente: se refiere a TODOS ELLOS.
Chantanovsky está preocupado por las últimas medidas tomadas por el Gobierno:
Que se restrinjan las importaciones, cuando esas importaciones dañan a la producción.
Que petroleras y mineras deban liquidar sus dólares en el mercado local.
Que las aseguradoras no puedan reasegurarse en dólares en el exterior. Una de las medidas centrales tomadas por el peronismo original fue crear el INDER (Instituto Nacional de Reaseguros), liquidado por el menemismo.
Que las multinacionales radicadas en Argentina deban exportar un dólar por cada dólar que se importa, de modo de impedir que se tome al país como una maquila.
A Chantanosky le preocupa mucho la distorsión de los precios relativos. Déjenme adivinar a qué se refiere: ¿el Nesquik está caro respecto de la leche? No, nos quiere decir que el precio del trabajo (el salario) es demasiado alto respecto de la tasa de ganancia a la que están acostumbradas las corporaciones.
La política cambiaria del Gobierno no cederá ante esta maniobra.


lunes, 31 de octubre de 2011

Excelente explicación sobre la imaginaria corrida contra el peso

En Tiempo Argentino de ayer leemos una muy buena descripción de la maniobra contra el peso argentino, firmada por Mariano Beristain:



Pese a que Cristina Fernández obtuvo el 54% de los votos, la ortodoxia busca forzar una modificación en la política económica. Ante el desafío, el gobierno respondió enérgicamente, con una serie de medidas que ratifican el rumbo.

"El público minorista demanda pocos dólares, mientras que los grandes actores económicos son los que generan la verdadera fluctuación en el tipo de cambio.” La frase pertenece a Daniel Marx, uno de los niños mimados del establishment local, quien revela, sin quererlo, que detrás de toda la angustia que envolvió al mercado del dólar en las últimas semanas existe mucho más que un grupo de jubilados y de “chicos bien” comprando divisas.
De acuerdo con un informe del Banco Central, el 35% de las compras de dólares que se hicieron en los últimos diez meses pertenecen a personas físicas o jurídicas que adquirieron más de U$S 250 mil por año pero también admiten que a partir de julio, mes en el que empezó a acelerarse la compra de dólares, la incidencia de los grandes compradores en el total pudo haber sido bastante mayor.
Con reservas por U$S 47 mil millones, un tipo de cambio competitivo en relación a sus principales socios comerciales como Brasil y una economía creciendo a un ritmo superior al 8% anual, los expertos serios coinciden en que las bases macroeconómicas de la Argentina son lo suficientemente sólidas como para despejar cualquier duda del mercado cambiario.
¿Por qué entonces estos sobresaltos de la “city” porteña con el dólar? Los economistas de la ortodoxia siempre los asocian a momentos de “incertidumbre” que a su juicio se explican porque la conducción política del país no sigue el credo neoliberal ni se apega a la doctrina de los mercados. “El dólar se va quedando contra la inflación que va subiendo. La Argentina no está con una situación extrema complicada, pero nos vamos creando nuestros propios desequilibrios”, opina Marx, un técnico brillante que en el año 2001 fue uno de los encargados de diseñar y negociar el blindaje financiero que endeudó por U$S 40 mil millones al país pero no logró impedir que el presidente Fernando de la Rúa se escapara en un helicóptero y que se hiciera realidad la crisis económica más importante de la historia.
“Hay que generar confianza. Acá hay una demanda de dólares por la incertidumbre que existe”, gritó con su habitual fanfarria de ademanes Carlos Melconian, el economista más gurka y pintoresco del Menemato.
Pese a la mencionada solidez de la economía argentina, a partir de julio empezó a percibirse un mayor incremento en la fuga de divisas al extranjero a través de dos sistemas característicos del mercado: el “contado con liqui” y las operaciones con dólar futuro. Estos mecanismos no los usa doña Rosa para guardar los dólares en el colchón sino las grandes empresas y operadores financieros para girar su dinero al extranjero burlando los controles locales.
El “negro” o “contado con liqui” es la modalidad más usual entre las grandes empresas que fugan dinero del país. Consiste en la compra de un título nominado en dólares, que también cotiza en los Estados Unidos. Los casos típicos son las acciones de empresas argentinas que se negocian en Wall Street o los bonos soberanos de la Argentina. Las empresas compran el título con pesos y lo revenden en los Estados Unidos en dólares y depositan ese dinero en el extranjero.
La otra de las bicicletas cambiarias tradicionales que aprovechan las empresas estriba en comprar dólares en el mercado de futuros en la Argentina –particularmente en el Rosario Futures Exchange (Rofex)– a un precio subsidiado por el Banco Central y lo venden a un precio más alto en Nueva York. Estos mecanismos se usaron siempre pero desde que los partidos políticos lanzaron su campaña para promocionarse en las elecciones primarias, el fenómeno empezó a arreciar y el Banco Central pasó de ganar reservas por U$S 619 millones en junio, a un punto de equilibrio de U$S 11 millones en julio, para pasar a vender U$S 1176 millones en agosto, U$S 1499 millones en septiembre y fuentes de la entidad estiman que finalizarán octubre vendiendo U$S 1500 millones. Eso sin perder de vista que algunos organismos públicos como el Banco Nación también intervienen en el mercado para darle una mano al Central y apaciguar el apetito por los dólares.
En un principio, la principal excusa para explicar este fenómeno de compra de dólares fue la incertidumbre que generaban las elecciones respecto del rumbo que iba a seguir la economía argentina. Sin embargo, después de las primarias quedó en claro que Cristina iba a ganar con amplitud, no obstante lo cual la embestida por forzar la devaluación del peso continuó.
Una vez que Cristina ganó la semana pasada con un aplastante 54% de los votos y el Banco Central ratificó la política cambiaria, el discurso de la incertidumbre política se cayó por peso propio y empezaron a tomar cuerpo otras explicaciones menos sanctas. El establishment no le dio a Cristina ni una hora de gracia. ( cuando se murio Nestor ya le habian escrito a Cristina el pliego de condiciones en el diario la Nazion ) El mismo día de la elección nacional, Mariano Grondona, el escriba que defendió con su pluma a la última y más feroz de las dictaduras militares que tuvo el país y que hoy ampara los intereses de los sectores más concentrados de la economía, disparó en su columna dominical del diario La Nación: “El voto formal es fundamental en las democracias, pero en estos tiempos de incertidumbre son muchos aquellos que, ya sea indignándose o retirando sus dólares, nos advierten que ganar una elección no lo es todo, ni siquiera en una democracia, cuando hay una circulación periférica de las voluntades al margen de los canales previamente diseñados.” A confesión de parte relevó de pruebas, doctor Grondona. Así como Hugo Biolcati (el titular de la Sociedad Rural Argentina) dijo en su momento que el gobierno había ganado las primarias porque la gente lo votaba para garantizarse su electrodoméstico en cuotas, Grondona revela el pensamiento y accionar de lo más profundo del establishment neoliberal y su desprecio por el poder popular y las mayorías. Sin embargo, también evidencia su interés en jaquear al país: limitando al poder político, que encarna Cristina Fernández, tratando de forzarla a cambiar de rumbo económico o apuntando a esmerilar su figura para que otros gobiernen por ella. “Grondona es la manifestación intelectual de lo que podrían estar haciendo algunos de los operadores económicos. Si a eso le sumamos una política mediática exacerbando la compra de dólares, no hay que descartar que haya operadores que traten de incidir en el mercado de cambios para presionar al gobierno a que tome medidas en el sentido contrario de las que toma hoy”, explica Guillermo Wierzba, titular del CEFID- AR.
Sin embargo, a diferencia de otras épocas, como ocurrió en la presidencia de Raúl Alfonsín, el gobierno no dudó y tomó tres decisiones claves para revertir la situación. En primer lugar obligó a las petroleras y mineras a liquidar sus divisas en la Argentina, lo que en los hechos significarán un ingreso extra de más de U$S 3000 millonespor año a las arcas del Banco Central. Además, estableció nuevas condiciones para que aquellos que compren empresas o adquirieran inmuebles por una cifra superior a los U$S 250 mil anuales tengan la obligación de registrarlas en el mercado cambios y aumentó los requisitos para aquellos que operen en el exterior con más de U$S 250 mil. Por último, el viernes, el ministro de Economía, Amado Boudou, se hizo cargo del conjunto de las medidas y redobló la apuesta contra los coleros (aquellos particulares que compran por encargo de terceros) y dispuso que todos aquellos interesados en comprar dólares deberán constatar sus ingresos ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). De esta manera, el Ejecutivo ratificó la política cambiaria y tomó decisiones concretas para frenar las maniobras de los mayoristas con el dólar.
“Me parece que es una buena política del gobierno. Además existe una solidez importante”,indicó Wierzba, quien considera que el gobierno debe seguir tomando decisiones que apunten a profundizar el modelo económico productivo.
Enrique Déntice, economista de la Universidad de San Martín, cree que frente a este tipo de ataques es importante avanzar en la consolidación de un sistema financiero que “esté al servicio del país y la producción”, mediante dos decisiones claves: la reforma de la ley de entidades financiera (1977) y la abolición de la Carta Orgánica del Banco Central (1992), dos normativas que nacieron en el apogeo del neoliberalismo, con Alfredo Martínez de Hoz y Domingo Cavallo, respectivamente.

DEVALUACIÓN EN CIERNES: EL DÓLAR SE DISPARÓ A 4.26

En su erudita (ver aquí) columna "Algo interrumpió la fiesta", remake en blanco y negro de "Algo sucedió camino del foro" y de la "Fiesta inolvidable", Joaquín Morales Solá nos confirma lo que ya era un secreto a voces:


"Parte de esos argentinos que la votaron (N. de la R.: "a Cristina") salieron corriendo después (y salen ahora) a comprar dólares", sostiene el periodista independiente.

La inflación ya es insostenible, y bien podría denominarse hiper.
El dólar, como predijeron los analistas más serios (Los Midachi, Carlitos Balá, etc.) ya está bastante cerca de los 10 o 15 que auguraba Broda hace unos años. Que hoy cotice a 4,26 está demostrando que el gobierno, a contramano de lo que prometió en la campaña electoral, va a acabar con los subsidios, decretará un congelamiento general de salarios y AUH, e iniciará una ronda de conversaciones con el FMI para solicitar humildemente un crédito contingente o al menos un super tramo oro.
Como bien dice el Monje Tucumano, desde el 2003 los salarios avanzaron más que la inflación, y ya es hora de tomar ganancias demostrando una vez más que el populismo kirchnerista es un tigre de papel.
En la foto que se publica abajo podemos ver a parte de esa multitud corriendo por la calle Reconquista detrás de un dólar. Ya lo ha referido el tango: ¿Dónde hay un mango, viejo Gómez?

Dos fantasmas la persiguen (a la susodicha multitud): la recesión o stanflation y la gloriosa convertibilidad, que nos hizo felices a todos.

Hace unos minutos, el canal Crónica entrevistó a una turista española que temía no poder cambiar sus pesos argentinos por dólares.
- ¡Joder, pues vaya a un banco!- exclamó un transeúnte refiriéndose quizás al Francés, que como todos sabemos es propiedad del Bilbao-Vizcaya (BBVA), una institución financiera de capitales ucranianos, controlada por un grupo inversor de origen árabe-sefaradí y gerenciada por una agencia de management con asiento en Uganda, a su vez propiedad de una oficina con contestador automático en las islas Bermudas.
El notable movilero de Crónica, nótese, no dio aire a la turista luego del eventual rechazo a su trámite sino antes.
Provenientes de las barriadas fangosas de Ensenada, Avellaneda y Berisso, vemos aquí a cuatro ejemplares del aluvión zoológico que se aprestan a comprar sus verdes en las dudosas agencias de cambio de la city.

Y termino porque tengo que salir.

domingo, 30 de octubre de 2011

PRESENTAR EL CUIT, UN DELITO DE LESA HUMANIDAD

Como bien lo señala Raúl Delatorre en Página 12 de hoy, la batalla en la que no podemos estar ausentes es la del miedo o incertidumbre instalados por los medios de comunicación respecto a una irreal disparada del dólar.
Escribe Delatorre (vale la pena leer la nota completa):

El medio que tituló que será la AFIP quien “decidirá quiénes pueden comprar dólares”, reconoce que “el cambio más visible” para el comprador será que “además del DNI, deberá presentar la constancia de CUIT o CUIL”, es decir identificarse como contribuyente.
Exagerar el impacto de la medida, transfigurarla hasta hacerla aparecer como una herramienta del terrorismo de Estado, anunciar el recorte de las libertades ciudadanas o, simplemente, presentarla como una acción desesperada e inútil del Gobierno, aunque más no fuera en su presentación aunque luego no se sostenga en el desarrollo de la noticia, busca un solo objetivo: generar miedo, la expectativa de que “se viene la devaluación”.


No se viene ninguna devaluación porque eso equivaldría a tirar la chancleta, abandonar al 54% de argentinos que pusieron sus esperanzas en la conducción de Cristina, dejar al país a la deriva y reconocer que los poderes tradicionales deben hacerse cargo de la conducción de la Argentina como si aquí no hubiera pasado nada desde 2003. 
La devaluación significaría una colosal transferencia de ingresos hacia el sector empresario en perjuicio de los trabajadores de ingresos fijos. 
¿A quién se le ocurre que el Gobierno haría algo semejante? 
Es que además del miedo generado por esta fantasiosa devaluación, lo que se busca es bastardear el triunfo electoral más que contundente de la semana pasada, por cuanto si a unos días de un batacazo en las urnas producido, entre otras razones, por la certeza de que el rumbo no variaría y que además se profundizará, producir ahora una devaluación equivale a equiparar a esta gestión, por ejemplo, con el discurso esquizofrénico del menemismo: prometer un día que todos tendremos teléfonos baratos y elegir con libertad nuestra compañía telefónica, y a la mañana siguiente otorgar a una sola empresa el monopolio de las comunicaciones.
El control sobre la AFIP de las transacciones cambiarias es una herramienta legítima del poder del Estado. Presumo que en realidad, esta campaña tiene otro objetivo, relacionado no tanto con el poder de compra del peso para la gente de a pie sino con la obligatoriedad de liquidar divisas en el país por parte de petroleras y mineras, decidida a horas de las elecciones, como con las futuras medidas relacionadas con el lavado de dinero, la ley de entidades financieras y la carta orgánica del BCRA. 

El miedo es una de las patas en que se asienta el poder del Imperio. Temer la caída en el valor del peso equivale a la inseguridad que muchos reclaman como si en Buenos Aires estuviéramos viviendo un clima semejante al Tripoli de hace diez días. En el fondo, el miedo se provoca para que no nos animemos a ser libres.
Muchachos: cualquier manual de economía elemental indica que el dinero en circulación puede estar perfectamente respaldado incluso si las reservas bajaran a la mitad de las realmente existentes.
No jodamos.

viernes, 28 de octubre de 2011

Cristina, muñeca brava


MUÑECA BRAVA




Por María Moreno / La 12


El estilo de Cristina Fernández de Kirchner es y no es una cita de “La morocha” de Saborido. Si el verso “La más renombrada de esta población” puede leerse como una profecía, es dudoso que ella alguna vez haya tenido “dueño” y usado la madrugada, en lugar de cranear como estadista, para cebar mate. Más bien, en el catálogo de “Mujeres son las nuestras”, Cristina representa a la mujer criolla de origen español, la militante que no virginiza su cuerpo en nombre del ascetismo que exigiría una causa y que aunque no haya sido guerrillera, permanece “guerrera” –bien podría responder al apodo de La Negra o La Negrita–. Madre, no proyecta una figura nutricia sino marcadamente sexuada; esposa, subordina esa categoría en la de compañera; viuda, no se retira sino que aparece cada vez más alto en la escena política. Si para Evita, que también era morocha, ser rubia formó parte de un autodiseño con el que insinuaba que el poder necesitaba del recurso de la luz mientras exigía la cara despejada y el cabello sujeto de quien trabaja, Cristina lleva el cabello oscuro y suelto como mensaje popular de un entrecasa público. Cuando al principio citaba a Evita con vehemencia se equivocaba, porque ella, contrariamente a Eva, es hija legítima, profesional y presidenta, entonces la fuerza y la vehemencia pueden a llegar a oírse como mero subrayado de la potestad y no como resentimiento y vindicación. Cuando ese tono pasa por la purificación del llanto, la fuerza se vuelve más sutil y compleja: no es la de quien la tiene sino la de quien la pierde a cada rato pero se repone en nombre de una causa mayor.

ESPADAS


Para apoyar a Cristina el machismo retroperuca ha ignorado el imperialista sable de luz de Darth Vader por las espadas imaginarias que la Colección Robin Hood difundía en novelas de caballería adaptadas a los niños: a la dama que pasó de primera a Presidenta habría que defenderla como un cruzado y hay agrupaciones que no lo disimulan, como Los mosqueteros de la Reina. de los que forma parte el periodista Juan José Salinas. Pero algún publicista despejado debe haber advertido que la metáfora caballeresca provenía de tradiciones europeas y entonces la peronizó con la promoción de Los Caballeros de la Quema, autores de la canción “Avanti, morocha”. La Quema es todo lo contrario del castillo de Belrepeire, en su pasado no hay allí ningún Grial sino basura. Sir Perceval no le lanzarían un avanti a su amada Blancaflor ni Sir Lancelot a la reina Ginebra y es dudoso que tanto Ginebra y Blancaflor fueran morochas. Que haya caballeros en La Quema jaquea la idea misma de caballerosidad para proponer una heráldica ciruja. Los Caballeros de la Quema serían nietos de aquellos “grasitas” de la retórica evitista. El “avanti”, una marca en la lengua de la voz del inmigrante, contaminación buscada para incluir y no para estigmatizar como lo hacían los escritores de la generación del ‘80 con el cocoliche. El Avanti morocha puede ser tanto la expresión del caballero que abre paso a su dama como la del que la sigue. Pero en la memoria popular hay otra canción que los adversarios de Cristina han interpretado y difundido con variaciones zumbonas: la guaracha de Ñico Saquito, “María Cristina”, en la que un macho dice cómo ha logrado usar una treta para enfrentar el poder de una mujer: “María Cristina me quiere gobernar/ y yo le sigo, le sigo la corriente/ porque no quiero que diga la gente/ que María Cristina me quiere gobernar”. La afirmación parece contradictoria pero, en realidad no lo es. El sujeto de la canción está diciendo que en lugar de obedecer y, para que no se diga que obedece, finge que está de acuerdo, es decir le sigue la corriente. Si él quiere o no hacer las cosas que le ordena hacer María Cristina, no se sabe. María Cristina tiene un origen político, unas coplas que circulaban durante la regencia de María Cristina de Habsburgo, segunda esposa de Alfonso XII, y constituyen un síntoma de las inquietudes que despierta una mujer fuerte en el poder. Pero ¿y si María Cristina guarachera fuera una buena gobernante y hubiera simplemente interpretado las demandas de su hombre? Sería otra canción.

“EL”

“Por él/ a él/ para él/ al cóndor él si no fuese por él/ a él/ brotando ha de lo más íntimo de mí a él:/ de mi razón de mi vida “ dice el poema “Eva Perón en la Hoguera”, de Leónidas Lamborghini. Evita se enunciaba como mediación entre el General Perón y el Pueblo con el que ella parecía estar en una suerte de plebiscito perpetuo e invitaba a que sus privilegios fueran leídos así: lo que ella tiene no lo tiene en lugar de ellos, es algo que ella tiene de ellos, que han sido usurpados, y que les será devuelto luego del pasaje purificador de su cuerpo de “plenipotenciaria”, de “ministra de los humildes”.
En los Kirchner, era Néstor el que parecía tener el talento de fusionarse con la multitud –hasta muchas veces caerse en ella–, anular la distancia corporal con el abrazo o la mano tendida, los chistes y los comentarios impulsivos. Cuando él muere, sin esa mediación Cristina queda expuesta y entonces pierde esa rigidez de la muchacha de clase media a quien han enseñado que la educación es ante todo guardar cierta distancia y de pronto, debido a su cargo, debe dejarse tocar, besar un niño anónimo o abrazar en masa. Sin el escudo de él, su cuerpo se ablanda, “se deja” y hasta “cacha”, como cuando la quieren hacer entrar en los agravios rimados a Cobos o las consignas que terminan siempre con “la puta que los parió” –-en todo varón hay un boludo y un barrabrava– y entonces dice irónicamente “ah, qué creativos” o “a esa no la conocía”, con el aire algo agotado de una maestra de jardín de infantes con doble jornada.
Evita no decía “él”, pero no porque supusiera que si lo llamaba así, alguien podría ignorar a quién aludía, sino por imponer el nombre y el rango, “General Perón”, como un mantra.
Cuando Cristina dice “él “también sabe que el pueblo sabe, pero lo dice para dejar ligado ese pronombre a otro, “ella” y “ella” no como esposa sino como compañera que elogia al cuadro, al presidente, al “fundador del proyecto” pero en paridad y simetría. “El” es también la estrategia para no nombrar a quien, quizá, todavía no se puede nombrar sin quebrarse o porque no nombrar es subrayar su ausencia. Cristina acepta las consignas que resucitan a Néstor Kirchner “Néstor vive” o “¿Quién dijo que Néstor murió?”, pero no las repite casi nunca. Que ese vacío no se toque, que a él se lo haga brillar por su ausencia.
Gobernar: no lo hace por él, sino con él, su legado, y entonces, en el juego de las elecciones, en lugar de tacharse la doble, no lo hizo y ganó. Avanti, morocha.

¿QUE TE PASHA, BEATRISH?


Por Norberto Galasso

Me hacés acordar a Borges, Beatriz, cuando dijo que el 17 de Octubre fue todo una farsa armada desde el gobierno. Peor todavía, a Mirtha Legrand cuando dudó que el cadáver estuviese adentro del féretro, o a Carrió cuando sostuvo que el llanto de los jóvenes lo organizó Fuerza Bruta.

He leído tu artículo en La Nación del lunes 24 de octubre. Y en verdad, Beatriz, estoy sorprendido, demasiado sorprendido. Casi una página de Beatriz Sarlo en el diario de los Mitre para sostener que si bien hay algunos “motivos económicos”, la causa del triunfo electoral de Cristina tiene su explicación profunda en que se trató de la “autoinvención” de una viuda. La lectura de ese artículo me dejó perplejo. Sólo se me ocurre preguntarte: ¿Qué te pasa, Beatriz?

Vos quizás no recuerdes que nos conocimos en 1966, en la editorial Jorge Álvarez que funcionaba en la calle Talcahuano y donde circulaban jóvenes escritores progresistas (te supuse marxista). Después, te visité en un departamento de la calle Coronel Díaz para entregarte unas páginas sobre la Década Infame para la editorial de Carlos Pérez –lamentablemente desaparecido– (te supuse posadista). Más tarde, tuviste la gentileza de registrar algunos de mis libros como “recibidos” en tu revista Punto de vista (te supuse “prochina”) y en una ocasión, bajo la dictadura, nos encontramos en una manifestación obrera de la cual nos corrieron las fuerzas represivas con gases lacrimógenos (te supuse peronista de izquierda). Ya bajo el gobierno de Alfonsín, nos cruzamos, si mal no recuerdo, en el Teatro San Martín, pero no advertiste mi presencia, quizás porque moviéndote siempre en la crítica vanguardista no habías registrado en tu memoria esos encuentros casuales con alguien de la Izquierda Nacional, encuentros que no llegaron a convertirse en amistad, pero sí en esa complicidad recóndita entre quienes aspiramos a una sociedad distinta (aunque ya te supuse socialdemócrata). Por eso, cuando alguien me decía: Beatriz ha sido peronista, trabajó cerca del posadismo, fue prochina, pro alfonsinista y socialdemócrata yo intentaba justificar esos cambios como producto de una búsqueda, una auténtica y trabajosa búsqueda en un país complicado donde las palabras se vacían de contenido y hay que realizar grandes esfuerzos para saber lo que ocurre y dónde ubicarse. Siempre te consideré inteligente y sin ningún interés subalterno, fuese prestigio o dinero.

Sé que no te importa demasiado saber que defendía tus giros políticos, como tampoco que siempre te he leído con respeto y te he valorado como intelectual. Quizás tampoco te importe ahora que te pregunte –siguiendo el ejemplo de Kirchner con Clarín– “¿Qué te pasa, Beatriz?”. Y formulé la pregunta porque ese artículo es indigno de vos y ahora debo suponer que te hiciste “mitrista”. Claro, para mí eso ya es más grave porque nunca he escrito ni voy a escribir jamás en La Nación hasta que –suceso imposible– ese matutino denuncie que Mitre fue un genocida que arrasó con el Paraguay según lo denunció Alberdi y lo cantó Guido Spano con aquel: “Ya no existe el Paraguay / donde nací como tú.”

Por eso siento la necesidad de reprocharte este último salto mortal que diste. Porque ya eran suficientes tus colaboraciones en Clarín para venir a recalar, desde hace un tiempo, en La Nación, que es, como se sabe, todo lo contrario de la nación. Siento la necesidad de decírtelo y no vas a poder contestarme “conmigo, no” porque vos no tenés “coronita” ni tampoco me podés imputar alguna actitud o conducta dudosa, ni concesiones de ningún tipo que hayan ido en perjuicio de las mayorías populares.

Y vamos al artículo, donde reducís un gran triunfo electoral, por márgenes poco habituales del 54% de Cristina al 17% para la segunda fuerza (con la que casualmente vos simpatizás).

Lo titulaste “Victoriosa autoinvención”. Y a poco de empezar reproducís, como si la compartieses, la declaración de la pitonisa derrotada, que espero que ya no salga más en las pantallas televisivas después del l% de los votos, es decir, de ser repudiada por el 99% de la sociedad argentina: “De lo que pase ahora, nosotros no somos responsables, sino los millones que la votaron.” Es decir, implícitamente, más de 11 millones de imbéciles, tontos, engañados o boludos, según el calificativo que quieras emplear.

Pocas líneas después, te referís a un cántico: “Néstor no se murió / Néstor vive en el pueblo”. Y nada más. No, Beatriz, no, debiste decirlo completo: “Néstor no se murió / Néstor no se murió / Néstor vive en el Pueblo / la puta madre que los parió.” Así se expresa la juventud que proclama su dolor y su bronca por la muerte de un presidente militante, y también alude a sus opositores. Así, completito. ¿O es que en la Tribuna de doctrina no se puede putear? ¿Se puede mentir, difamar, distorsionar la historia, pero se trata de un órgano tan delicado y de tan elevada cultura que no se puede putear?

Pero esto es anecdótico. Lo fundamental de tu artículo constituye una interpretación pobrísima de un acontecimiento riquísimo. Este último es el cambio operado en la Argentina en los últimos ocho años, que vos lo reducís a una cosmética fúnebre, a un montaje cinematográfico, a una “puesta en escena”, según lo subtitulás. Y esto no se puede permitir en una intelectual que hace años que piensa, elabora tesis, critica, argumenta con tan alto nivel que ha dado clases en la Facultad de Filosofía y Letras (¡ah! y también en Cambridge, supuesto templo de la sabiduría universal).

Entonces decís –cuando tu pueblo se moviliza y le otorga a Cristina 40 puntos de diferencia respecto al segundo-, vos decís, -y no quisiera recordártelo– decís: “La Presidenta Viuda fue la protagonista de la obra y la directora de la obra, una creación suya y de un grupo muy chico de publicitarios e ideólogos que la dejó hacer y perfeccionó lo perfeccionable. En lo esencial, una autoinvención” (La Nación, 24/10/2011). Luego, seguís de este modo: “Después del entierro de Néstor, Cristina Kirchner dispuso casi de inmediato todos los elementos de la puesta en escena y vestuario: su luto, su palidez (atenuada con el transcurso de los meses), su figura erguida, su voz potente, que podía quebrarse por la emoción que ella misma se provocaba al mencionar al marido ausente.” ¿Cómo no nos dimos cuenta, Beatriz? Quizás se ponía cebolla cortada en el escote para provocarse lágrimas... y nosotros, tan boludos, ¡nos creíamos que era dolor, que era tristeza!

Pero decís más todavía: “La Presidenta hizo una actuación de alta escuela, mezcla de vigor y emoción, se colocó a sí misma al borde del llanto y se rescató por un ejercicio público de la voluntad. Es la gran actriz de carácter sobre un escenario diseñado meticulosamente por ella misma.” Y más aún: “A veces, un flash la asimila a buena actriz de la televisión representando a una gran mujer política, el mismo empaque de señora que ha bajado a las cosas pero que conserva sus aires, la misma ropa con brillos, un poco de sobreactuación, un poco de distancia y mucho de afectividad.”

Me hacés acordar a Borges, Beatriz, cuando dijo que el 17 de octubre fue todo una farsa armada desde el gobierno. Peor todavía, a Mirtha Legrand cuando dudó que el cadáver estuviese adentro del féretro o a Carrió cuando sostuvo que el llanto de los jóvenes lo organizó Fuerza Bruta. Y vuelvo a preguntarte: ¿Qué te pasa, Beatriz?

No puedo creer que pienses que todo ha sido un invento, todo ficción. ¿En estos últimos años no hubo disminución de la desocupación, ni de la pobreza, ni de la indigencia, no hubo hundimiento del ALCA en Mar del Plata ni constitución de la Unasur, no hubo lucha contra la Sociedad Rural y las grandes corporaciones mediáticas, ni Asignación Universal por Hijo, ni Asignación Prenatal, ni matrimonio igualitario, ni Ley de Medios, ni hubo captación parcial de la renta agraria diferencial a través de las retenciones, ni estatización de las AFJP para recuperar los aportes previsionales de los trabajadores, ni aumento de jubilados y para jubilados? ¿Sólo hubo un escenario bien montado, una mujer pálida por el cosmético y una leyenda para incautos?

Para peor, agregás que, por cierto, hubo “inversiones en cultura..., necesarias para montar el espectáculo” y contar con los artistas, aunque “habrá que examinar su transparencia porque hay mucho dinero en juego flotando por áreas grises”, es decir, “pan y circo”, o lo que es lo mismo “choripán y Coca Cola” para 11 millones de argentinos a quienes se les compraron los votos. No eran entonces boludos, eran corruptos. Y de esas inversiones en la farándula, con algo –reconocés– de “subsidios, miniturismo, bolsas de shoppings o plasmas”, se montó la gran mentira que provocó el 54% de los votos.

Finalmente agregás que la gran “novedad en la historia electoral argentina no está dada por el triunfo por 40 puntos de diferencia sino en el lejano segundo lugar obtenido por Binner”. Eso sí es genuino e importante, ¿no es cierto? Esos tres millones de votos fueron concientes, de gente culta, progresista, que seguramente leyó alguna vez las sesudas elucubraciones de “Norteamérico Ghioldi”. Aunque, te digo, no es tan novedoso: esa palidez del candidato, ese empaque y seriedad que hacen recordar demasiado a los socialistas del treinta, tan poco graciosos que a su candidato Nicolás Repetto lo llamaban el “candidato del cianuro”, algo así como el aburrimiento de De la Rúa, quiero suponer sin Banelco. Pero con un gran don de la oportunidad este Binner se abraza con otro “socialista”, el ex presidente uruguayo Tabaré (Marx los perdone desde la eternidad por llamarse socialistas), a quien supongo te referís cuando hablás del “inspirador uruguayo” que apoyó a Binner, que “supo esperar desde años atrás”, que vetó la ley del aborto y luego fue a decirle a Bush que le diera armas para hacerle la guerra a nuestra patria. Mejor referente, imposible.

Por eso te pregunto, ¿qué te pasa, Beatriz? Y no te enojés y me digas “conmigo, no”, ubicándote en una supuesta altura de ética, progresismo y cultura elevada para terminar descalificando la alegría de tu pueblo en las calles; desvalorizando un gran triunfo popular como hace muchos años no se había visto con tanta contundencia.

¿Acaso vale la pena rodar por la pendiente de esta manera para escribir en el diario que el genocida de la Guerra del Paraguay se dejó de guardaespaldas, como bien decía Homero Manzi? En serio, ¿te pasa algo, Beatriz?



jueves, 27 de octubre de 2011

GUSTAVO VERA, EL ESPARTACO TRUCHO






Siempre pareció un muchacho gris.  Mezcla de trostkista y de vigilante, el muchacho se movió por todos los espacios de la política de izquierdas y reinvindicaciones populares. Nunca permaneció en ninguno de ellos ya sea porque el espacio se disolvía o porque al tipo no le daban la suficiente bola y se rajaba tratando de llevarse consigo alguna experiencia acumulada para intentar construir-destruir en la siguiente etapa. Se lo vió en asambleas, en rejuntes electorales etc. Y en ninguno consiguió el protagonismo que buscaba. Vale aclarar que, como es habitual, el muchacho se presenta como un tipo sin grandes ingresos, un laburante (deberíamos saber su ocupación), y  que por pura nobleza de alma se entrega a la lucha por los desposeídos, al contrario de los otros politiqueros burgueses que lo hacen por un cargo electoral o de los otros. Pues bien, tanto  dió vueltas  el muchacho rubio que además de engordar y dejar de ser muchacho, recaló entre los obreros textiles esclavizados. Raudamente se constituyó en su líder, aunque de hilos y costuras no supiera nada, al igual que de otros tantos temas que aborda con  sanata envidiable hasta por Fidel Pintos- En fin, allí llegó y allí se quedó, en la Alameda, un lugar en donde algunos recurren para que los dejen de currar los explotadores y los empiece al explotar mediáticamente el númen de Floresta. Puede ser posible que en dicho lugar, algunos pobres individuos encuentren refugio,  pero lo que mas trasciende es el trabajo de Figureti. Bien digo trabajo, porque el muchacho que otrora decía no buscar puestos políticos en el Estado, encontró un buen trabajo administrando la ONG La Alameda, que nadie le disputara en su manejo, sin riesgo de derrota electoral. El capanga, que no manejará los grandes fondos de un Sindicato o de una Dependencia estatal, pero para sus pretensiones económicas alcanza sin tener que fatigarse en sus laburos anteriores. Digamos, encontró su lugar en el mundo, su quinta. Pero desde allí, cada tanto, intenta proyectar su figura mediáticamente con alguna reyerta que promueve entre explotados. Si señor, entre los que dice proteger y los otros, quienes se cagan a palos alimentados por las directivas del Espartaco trucho, que recibe algún que otro magullón para mostrarle a Chiche Gelblung. Porque si algo le fascina a este muchacho son las cámaras de TV. Cómo las vedettes de  "bailando por un sueño", no sabe  que hacer para que le den bola y allí dar su monserga trotska, de opositor de todo y contra todo, aquel perfil que despuntaba sin éxito entre asambleas y grupetes inconclusos. Pero lo que resulta vomitivo  es que su interés por ganar escena lo llevara a la infamia sin retorno de denunciar al Dr. Raúl Eugenio Zaffaroni y nada menos que prácticamente presentarlo como proxeneta. Si total, denunciar ante la cámara es fácil y gratuito. Cuanto mas groso es el denunciado mas bola y rédito te dará. Y si no te dá rédito directo, al menos lo será indirecto, pues alguna recompensa o consideración recibirás de los verdaderos beneficiarios de tu canallada. 
Rubio es. Ahora también Gordo. Una  buena cirugía y un crucifijo lo dejan como buen aspirante a un espacio que hasta ahora no tenía rival. El daño ya lo hizo, como también ya consumó sus engaños. Lo que debemos apuntar como experiencia,  es que entre los desposeídos también hay canallas que suelen ser la punta de lanza para estropear una construcción seria. Ejemplos recientes no nos faltan, cuando vemos que el disgusto por el crimen de Mariano Ferreyra se llevó a Nestor Kirchner, y que muy cínicos los Altamira, etc., se subieron al cadáver del joven para sacar ventaja. Y el parricida, que metido como Astiz entre nuestras madres, provoca una herida enorme a todas nuestras reivindicaciones.
Aprendamos a cuidar lo mejor que tenemos de canallas, alcahuetes y trepadores, que suelen ser iguales o peores que los enemigos principales del proyecto Nacional y Popular.
Hernán Jaureguiber

martes, 25 de octubre de 2011

Gadaffi, o la muerte de la Razón

Vivimos una época que ha sido bautizada como La Era de la Razón. El individuo crítico es una de las significaciones de la Modernidad. Somos herederos de Kant, de Descartes y de Hegel, pero la realidad parece demostrar que se ha destituido al Gobierno Racional.
El asesinato del líder libio Gadaffi, en vivo y en directo, con la participación según Pájaro Rojo, de eventuales beduinos que dan ordenes en castellano y con un claro acento cubano, nos da una pauta de cuál es la madre del borrego. Escribe Salinas: "entre la turba que linchó a Gadafi había quienes se comunicaban por radio con sus jefes en castellano (a mi juicio, caribeño) y luego recomendaban (u ordenaban) a otros castellano-parlantes allí presentes que dejaran que la horda lo asesinara".
Este video de Youtube lo prueba.
Las incursiones de Occidente en lo que el pensamiento colonial conoció como Oriente Próximo y Medio Oriente (el mundo islámico) se inscriben en los límites de esta Era de la Razón que hace ya 60 años conoció la experiencia nazi de exterminio masivo industrializado. Desde entonces, algunos se preguntan si acaso Hitler no era humano.
Sí lo era, qué duda cabe. 
El pensamiento exquisito de Toynbee y la mediocridad intelectual de Huntington han coincidido en el choque de civilizaciones, el Occidente judeocristiano y el Islam ahora mismo, como si el primero fuera el dueño, marca registrada, de la Razón. Es cierto, los islamitas creen que el propio Alá escribió el Corán o Al Curán, de donde derivan las leyes. Los individuos críticos considerarán que eso es una expresión de barbarie, y que hay que introducir los paradigmas occidentales en Oriente, a sangre y fuego si es preciso.
Adormecen para ello a la opinión pública mostrando una y otra vez, y de manera totalmente sesgada, que Oriente expresa toda clase de salvajismo. Que los medios crean realidad no es ningún descubrimiento para los argentinos. Es habitual que en facebook aparezcan campañas para la defensa de mujeres apaleadas, en Afganistán por ejemplo, y las almas sensibles del progresismo enseguida reaccionan, solidarias.
Si fuera cierto lo que se trasmite de Oriente, eso autorizaría todo tipo de intervención a fin de imponer la superioridad de la Razón. Por la fuerza, de ser necesario.
Pero desde hace mucho la Razón de Occidente se ha encontrado con su propia sinrazón. 
No van por la democracia y la tolerancia sino por el petróleo. 

TESTAMENTO DE GADAFFI


En el nombre de Alá, el benéfico, el misericordioso... Durante 40 años, o aún mas, no recuerdo, hice todo lo que pude para darle al pueblo casas, hospitales, escuelas y cuando tenían hambre, alimentos. Incluso en Bengasi convertí el desierto en tierras de cultivo. Resistí los ataques del vaquero Reagan que mató a mi hija adoptiva huérfana cuando estaba tratando de matarme y en cambio mató a ese pobre niña inocente.
Luego ayudé a mis hermanos y hermanas de África con dinero para la Unión Africana. Hice todo lo que pude para ayudar a la gente a entender el concepto de democracia real, donde comités populares dirigen nuestro país. Pero eso no alcanzó para algunos, incluso las personas que tenían casas de 10 habitaciones, nuevos trajes y muebles me dijeron, nunca estuvieron satisfechos y tan egoístas eran que aun querían más.
Fueron ellos quienes dijeron a los estadounidenses y otros extranjeros, que necesitaban "democracia" y "libertad" sin reconocer que es un sistema salvaje, donde el pez grande se come al chico, pero estaban encantados con esas palabras, sin tener en cuenta que en EE.UU. no hay medicina gratis, no hay hospitales gratis, no tienen viviendas gratis, no hay educación gratis y no tienen comida gratis, excepto cuando la gente tíene que mendigar o ir a largas colas para obtener un plato de sopa.
No, no importa lo que hice, nunca fue suficiente para algunos, pero otros sabían que yo era hijo de Gamal Abdel Nasser, el único verdadero líder árabe y musulmán que hemos tenido desde Salah-al-Deen, cuando afirmó que el Canal de Suez era para su pueblo, como yo afirmé que Libia era para mi pueblo. Fueron sus pasos los que traté de seguir para evitar que mi pueblo, libre de la dominación colonial, cayera en manos de ladrones que robaran lo nuestro.
Ahora estoy bajo el ataque de la fuerza más grande en la historia militar. Mi pequeño hijo africano, Obama, quiere matarme para quitarle la libertad a nuestro país, para quitarnos nuestra vivienda gratis, nuestra medicina gratis, nuestra educación gratuita, nuestra comida gratis y reemplazarlas con el American style of thievery (estilo norteamericano de robo), llamado "capitalismo", pero todos en el tercer mundo sabemos lo que eso significa: significa que las corporaciones se apropian de los países, se apropian del planeta y la gente sufre.
Por lo tanto, no hay alternativa para mí, tengo que sostener mi posición y si Dios quiere moriré siguiendo Su camino, el camino que ha hecho a nuestro país rico, con tierras de cultivo, con alimentos y salud y que ha permitido incluso ayudar a nuestros hermanos y hermanas africanos y árabes a trabajar aquí con nosotros, en la Jamahiriya Libia.
No quiero morir, pero si así ocurre, por salvar a esta tierra, a mi pueblo, y a todos los miles que son todos mis hijos, entonces que así sea.
Sea este testamento mi mensaje al mundo. Yo enfrenté ataques cruzados de la OTAN, enfrenté la crueldad, enfrenté la traición, enfrenté a Occidente y sus ambiciones colonialistas, y estuve con mis hermanos africanos, mis verdaderos hermanos árabes y musulmanes, como un faro de luz. Cuando otros estaban construyendo castillos, yo vivía en una casa modesta y en una tienda de campaña. Nunca olvidé mi juventud en Sirte, no malgasté nuestro tesoro nacional tontamente y como Salah-al-Deen, nuestro gran líder musulmán, que rescató a Jerusalén para el Islam, tuve poco para mí...
En Occidente, algunos me han llamado "loco" o "desquiciado", pero aunque saben la verdad sin embargo continúan mintiendo, saben que nuestra tierra es independiente y libre del yugo colonial, que mi visión y mi camino ha sido claro y en el bien de mi pueblo y que lucharé hasta mi último aliento para mantenernos libres.
Que Alá todopoderoso nos ayude a permanecer con fe y libres.

sábado, 22 de octubre de 2011

Libia: el día del chacal

Las imágenes conmueven, aún sabiendo que ese es precisamente el efecto buscado. Atemorizar, administrar el terror, escarmentar, advertir, amenazar.
Lo de Gadaffi fue un asesinato preventivo, culminación de siete meses de bombardeos humanitarios. Cuando en pocos meses la opinión pública se convenza de que el Consejo de Transición es incapaz de conducir el país, la ONU tendrá a mano su Resolución y las tropas de EEUU ocuparán Libia. Una formalidad apenas, sólo la fachada de un sistema de derechos que fueron derogados por la imposición de la fuerza. La fuerza es el derecho de las bestias.



















Stella Calloni / Especial para Cubadebate

¿Se puede llamar triunfo de la democracia, la libertad, la razón, a la ejecución brutal del líder de un país, capturado herido, en un territorio arrasado por una invasión colonial, bombardeado día por día desde el 19 de marzo pasado por la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y por los mercenarios y tropas especiales extranjeras llevados por esta coalición de la muerte?

¿A esto y al asesinato de más de 70 mil personas, al asedio y bombardeo durante más de un mes sobre una ciudad pequeña como Sirte le llaman democracia, libertad y razón, el presidente de Estados Unidos Barack Obama y otros europeos, entre ellos el “socialista” José Luis Rodríguez Zapatero de España, sin ningún pudor? Sin olvidar las sonrisas de Nicolás Sarkozy o de Silvio Berlusconi, que hoy festejan en una Europa incendiada por la protesta cuyo futuro es oscuro y trágico, como toda vuelta atrás en la historia.

Obama dijo también que espera “la conformación de un gobierno interino”. Entonces ¿qué gobierno es el que reconoció junto a sus socios en la aventura colonial en agosto psado y el que instó a reconocer en la última Asamblea de la ONU?

¿El mismo que estaba conformado por escasos hombres libios, como mascarón de proa, mientras que la mayoría eran mercenarios de Al Qaeda y cuya bandera monárquica quedó flameando en ese recinto, para deshonra del mundo?.

Todo esto actuado bajo un falso “humanitarismo” para “proteger” los derechos humanos del pueblo libio, al cual los invasores masacraron sin piedad alguna, aplicando atroces torturas y asesinatos, incluyendo racistas, como lo denunció la propia Amnesty Internacional.

La calidad moral y humanitaria de los invasores ha sido claramente expuesta por los escasos seguidores de la verdad, mediante notas, videos, transmisiones directas como lo hace Telesur de Venezuela desde el terreno de los acontecimientos, periodistas verdaderamente libres si la libertad es sinónimo de verdad y desafío al discurso único maniqueo y brutal del imperio.

Es posible que a la izquierda “moderna y “superada” no le guste la palabra “imperio”, aunque no se sabe como le llamen a esto o qué definición existe que reemplace incluso a lo establecido en los diccionarios del mundo.

Lo que sucede en Libia es una invasión imperial-colonial, aprobada por Naciones Unidas, resistida con todo su derecho (universal por cierto) por el pueblo libio y su mejor dirigencia.

La inmoralidad quedaba asentada desde que el 23 de agosto pasado el llamado Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia --organización no creada por el pueblo, al que dejaron fuera de toda decisión, sino por las potencias invasoras-- ofreciera pagar un millón 600 mil dólares y amnistiar a quien “mate o entregue vivo” al líder libio Muamar El Gadafi.

Desde el momento en que el 19 de marzo pasado Francia y Gran Bretaña comenzaron a bombardear Libia con la OTAN detrás. adelantado la intervención en gran escala a partir del 31 de ese mes, la “mano extranjera” fue la ejecutora del plan maestro de Estados Unidos con el objetivo de apoderarse del petróleo, el gas, el oro, el agua, las reservas de más de 270.000 millones de euros, que ingenuamente Gadafi, creyendo en la “decencia europea”, depositó en sus bancos.

Y detrás también está el proyecto estadounidense de golpear al euro, y de control de Africa, con la creación del Comando Africom, mediante un diseño absolutamente recolonizador y una extendida Doctrina Monroe, destinada a la colonización de América Latina en el siglo XIX (1823) y rescatada en pleno siglo XXI por el aspirante a candidato a la presidencia del Partido Republicano Mitt Romney, quien el pasado 7 de octubre sostuvo que Dios había creado a Estados Unidos para dominar al mundo y advirtió que su país “debe conducir al mundo o lo harán otros”.

El pueblo europeo será también otro gran perdedor en esta y otras guerras. Los gobiernos de Europa sustentaron el diseño fascista del control del mundo que reconocen dirigentes como Romney en Estados Unidos, que es a la postre el país que se quedará con lo mejor en el reparto criminal de los restos de un país arrasado con el silencio cómplice del mundo. Hoy mismo por CNN había quienes exigían una actuación similar a la de Libia contra Cuba, Venezuela y otros países. El fundamentalista Romney no está solo en el país del Ku klux Klan y del Tea Party y los terroristas cubano- americanos de Miami que bien acompañan a los lobos aullantes del sistema.

Miles de bombardeos han arrasado la infraestructura moderna creada por Gadafi en beneficio de su pueblo, al que sacó de las tinieblas del colonialismo y cuyo nivel de vida-reconocido por organismos internacionales- era el más alto de la región.

Ahora las empresas de los aliados de la OTAN se disputan también la “reconstrucción” del país que destruyeron, lo que será pagado con el dinero robado y saqueado a los libios.

Durante más de ocho meses los bombardeos mataron a miles de personas, dejando gravemente heridos y mutilados a otros miles mientras los mercenarios violaron a mujeres, torturaron y ejecutaron bajo atroces sufrimiento a una buena parte de la población negra. Y todo esto en un país de poco más de seis millones de habitantes.

¿Qué hará el fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo ante los crímenes de lesa humanidad cometidos por los invasores de Libia?

Quizás si accionara como corresponde remediaría en algo la ilegalidad de su actuación anterior al decidir el juzgamiento de Gadafi y sus hijos cuando la OTAN bombardeaba Libia matando a uno de éstos y su familia, entre ellos tres niños.

Moreno Ocampo acusó a Gadafi por un supuesto bombardeo contra manifestantes en Trípoli que nunca existió, todo a pedido de la ONU para tratar de crear un justificativo falso a su resolución 1973.

El coro de periodistas e intelectuales que repitió este discurso falso no sólo provino de la derecha colonial y tradicional aliada del poder hegemónico sino de algunos sectores de izquierda “socialdemócrata” --si puede haberla-- o centroeuropeístas y de otros tan radicales que su pureza está más allá del bien y el mal, lo que finalmente sirve a las peores causas.

El brutal asesinato de Gadafi televisado como un mensaje de terror muestra de qué se trata la acción “humanitaria” del poder hegemónico en Libia.

El relato único para crear un consenso mundial sobre el tema Libia se desmorona, pero la impunidad que le aseguró el aterrador silencio de la comunidad internacional, salvo dignas y honrosas excepciones hará que ahora sea uno de los “modelos de acción” que se intente imponer sobre aquellos países del mundo en proceso de liberación o desobedientes a las órdenes de Washington.

O de Wall Street, como sea que sea la verdadera esencia imperial que avance en esta expansión sin fronteras en el mundo soñada por el más delirante fundamentalismo de las últimas décadas, en lo que también se esconden las decadencias, las crisis morales y económicas, los cantos de sirenas, que finalmente sólo son cantos fatuos, sirenas falsas.

En la lista de los “próximos” siguen varios países además de sus actuales intentos contra Siria y el burdo complot que le atribuyen a Irán, que hace aguas por todas partes, tanto que hasta fue cuestionado por congresistas de Estados Unidos.

Por lo pronto vemos la alegría de los mercenarios que esperan repartirse el botín de la recompensa,que seguramente quedará en manos de los jefes de las tropas especiales --tan criminales como ellos-- de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y otros.

La OTAN ha creado un héroe, un mito, una leyenda que comenzará a andar por los caminos y las cuevas, por el desierto, por los silencios plagados de murmullos de un pueblo que llora a escondidas la muerte de su líder y de todos los que han perecido para que los invasores cumplan su objetivo de no dejar nada en pie, salvo los bienes por los que llegaron en nombre del “humanitarismo”.

La resistencia heroica obligó a los atacantes a mostrarse ante el mundo cada vez más como fuerzas invasoras y se hizo evidente el uso de mercenarios llevados al lugar con la implicancia que esto tiene para el pueblo libio.

Gadafi ha pasado a la eternidad, porque su asesinato miserable, cobarde y cruel, termina convirtiendo al líder libio en un modelo de dignidad para la resistencia que habrá de continuar sobre escombros y cenizas, como sucede en Afganistán e Iraq (a diez años y a ocho años después de sus invasiones) pero esencialmente sobre la memoria del genocidio de un pueblo que nunca olvidará y que nos reclama solidaridad.

viernes, 21 de octubre de 2011

Lo equitativo que tienen las sociedades en la actualidad

El pensamiento hegemónico se considera infalible, prescriptivo, universalizante, neutral, atemporal e inapelable. Aunque la crisis lo ha puesto en crisis y aparecen aquí y allá voces discordantes, lo cierto es que no ha sido desalojado del centro y la lucha por las significaciones recién empieza.

Ello puede apreciarse, por ejemplo, en el reemplazo generalizado del concepto de igualdad por el de equidad, habiendo invadido este último el lenguaje general, el de las ciencias sociales, cierto pensamiento progresista y el de la burocracia internacional.
Los documentos y planes del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional, teñidos de una supuesta neutralidad científica, chorrean equidad en términos de buenas intenciones, aunque sabemos que seguir esos programas significa avanzar hacia lo contrario y sabemos también que aunque la cuestión sobre la (nula neutralidad) de las ciencias sociales sea un tema resuelto y archivado desde décadas atrás, se insiste con lo mismo como si nada. 
Esta batalla de significaciones se produce en una etapa de la historia donde el inglés y la tradición anglosajona se han impuesto sobre otros idiomas o tradiciones; y donde la ciencia económica ha avanzado hasta pretender convertirse en una explicación general sobre el sentido de la civilización y la vida humana.

El concepto equidad es una idea mercantilista de la tradición anglosajona, alejado de “justicia social” y cerca de eventuales merecimientos relacionados con la tenencia de bienes. Aparece junto con el capitalismo, la Revolución Industrial, la constitución específica del Estado-nación denominado Gran Bretaña y lo que Marx denominó “la apropiación primitiva”.
Etimológicamente, equidad proviene del latín aequĭtas, que se refiere a un estado de ánimo, templanza y moderación, la propensión a dejarse guiar por la conciencia antes que por las prescripciones de la ley, más por el amor materno -digamos- que por la ley paterna. El inglés lo convirtió en equity, conservando la “u” latina que el español hace muda. En el siglo XV, el concepto se incorpora al sistema judicial inglés, derivando de aquel estado de ánimo relacionado con la templanza y la moderación a las disputas por la propiedad de bienes resueltas por determinados jueces pertenecientes a las courts of Equity que se diferenciaban de las courts of Law.
En esa época, las grandes mayorías no estaban investidas de la condición de “ciudadanos” y los jueces, equivalentes a los modernos jueces de paz, eran elegidos por sus ingresos y no por haber efectuado estudio de leyes, todo lo cual está retratado en la literatura de la época (Dickens, Defoe, Tackeray, Swift, Fielding, etc.).
Recién en 1928 Gran Bretaña incorporará el sufragio universal (antes de 1971 las mujeres no votaban en Suiza, el país perfecto) entendido como una conquista de los asalariados, ya que hasta ese entonces el voto, la representación política y la administración de justicia estaban calificadas por los ingresos.
El voto y la representación “calificadas” estaban regidas, para la base de la pirámide social, por Leyes de Pobres (la primera, promulgada por Isabel I en 1601) y a la que se sucedieron otras versiones donde el eje consistía en que los desocupados estaban obligados a trabajar bajo distintas penas que incluían el hacha.
Limosnas, asilo, capacitación y trabajo obligatorio, a lo que luego se agregó la imposición de no trasladarse de una ciudad a otra. Esas leyes permanecerán vigentes durante la época victoriana.
La desmovilización producida por el fin de la Guerra de los 30 años, la expansión colonial  y la crisis del cultivo de algodón en los campos ingleses permitieron, a grandes rasgos, que los nacientes capitalistas industriales se encontraran con una gran masa de migrantes internos, desocupados disponibles a la fuerza, que fueron la primera mano de obra industrial de Europa con salarios bajísimos, de subsistencia.
Eran modernos siervos de la gleba.

En este marco proveían equidad los jueces de las Courts of Equity.
A diferencia de la tradición jurídica romana que se instaló en la Europa Continental mediante la ley escrita, la equidad surgió en el derecho consuetudinario (common law) inglés, carente de leyes escritas y Códigos ordenadores (Napoleón – Derecho positivo), y que se basaba en la jurisprudencia: casos considerados similares, resueltos en el pasado y ahora tomados por analogía.
A diferencia de las court of Law, que fallaban para una de las dos partes (gilty, not gilty, por ejemplo), las sentencias de las Equity podían contener derechos y obligaciones para ambas partes, limitándose a fallar según el derecho consuetudinario en litigios sobre fideicomisos (trust), hipotecas, rectificaciones o rescisiones de contrato, indemnizaciones, compensaciones pecuniarias, bancarrota, defensa de marcas o distintivos comerciales. Ahora bien, su carácter eminentemente mercantil y mediador indicaba que cierto sector social, los comerciantes, lograron administrar sus propias leyes como herramienta contra el absolutismo real. Es decir, se inscribía en el proceso de constitución de Gran Bretaña como Estado-nación, anterior a la Revolución Francesa y con sus propias particularidades.
Pero la perspectiva histórica no elimina el hecho de que en determinado momento, durante la década de los ’80 del siglo XX, la equidad se incorpora al plexo de las ciencias sociales y la jerga burocrática internacional paralelamente al proceso de destitución de la idea de Estado y a la imposición de las mismas ideas económicas que regían durante el siglo XVI.

Es cuando John Rawls sostiene: “la relación de los individuos con el Estado es como su relación con cualquier corporación privada con la que hayan celebrado un acuerdo. Así, el acatamiento político se interpreta como una obligación contractual privada con una gran empresa monopólica exitosa, el Estado, que es la agencia de protección que domina en esa sociedad. En general no hay una ley pública uniforme que se aplique igualmente a todas las personas, sino una red de acuerdos privados; estos procedimientos pueden diferir de cliente en cliente según los regateos que haya logrado hacer con la agencia dominante” (Rawls, El liberalismo político, FCE 1993).
El autor, profesor de Harvard, describe con precisión cuál es el papel que se pretende reservar al Estado, en cuyo contexto no todos podrán regatear del mismo modo. Unos cuantos, incluso, ni siquiera estarán habilitados para regatear con lo cual se abre la lógica de la violencia.

En este contexto se plantea la cuestión de la equidad. Vale la pena mencionar que el common law se trasladó al territorio de EEUU junto con la colonización del territorio pero tuvo su virtual defunción cuando Roosevelt promulgó las leyes del walfare.
Operado entonces para un caso individual y no del derecho positivo, se da a cada uno lo que merece, sin especificar quién determina eso que se merece, habilitando que sean "los mercados", o las corporaciones privadas anónimas que administran las prioridades sociales, la creación de nuevas necesidades, y los merecimientos.

Para "merecer" debemos hacernos dignos de un premio o castigo, hacer méritos, etc. mientas que la igualdad se refiere a derechos, por así decirlo, inherentes a los seres humanos, o en todo caso, adquiridos por el hecho de nacer, pertenecer a un país o tener una necesidad.

martes, 18 de octubre de 2011

Parliamo di donne: hoy, un toque de formación

Según veo, un asunto prioritario en la construcción de la organización popular capaz de sostener y profundizar los logros del gobierno nacional es la formación política.

Pero el eje es la acción política, es decir, la política en acto, en cuanto esta refiere a la transformación de la realidad y no a su contemplación. Al poner el eje en la acción, el movimiento nacional en nuestro país se diferencia de los modelos derivados del partido organizado alrededor de alguna de las múltiples variantes marxistas porque estas todavía no han completado el camino que va de una Verdad previa, relevada como premisa religiosa por algunos de sus teóricos, a la singularidad u originalidad que implica transformar la realidad desde la realidad (nuestro país) y no desde el análisis hecho sobre otras y para otras realidades, ninguna de las cuales pasó la prueba ácida del triunfo, lo ya que es mucho.
Por otra parte, no es un dato menor que esos anàlisis teóricos hayan surgido no solo de otros países, sino de naciones que mantienen con el nuestro una relación de asimetría, una relación dialéctica se diría, no solo en el flujo de bienes materiales sino (lo que ahora nos importa) en los simbólicos, las propias ideologías.
Nuestra relación de dependencia se basa en gran medida en el hecho de que los sectores dirigentes, desde la propia constitución de esto llamado Argentina, han tomado como propia la ideología de nuestros dominadores. Esta ideología o cosmovisión o como se la quiera llamar, ha estado en gran medida asociada con el poder económico, pero no solo. "Lo marxista" no escapa a esa caracterización, lo que no significa que la dialéctica de la historia no nos sirva como herramienta para comprender la realidad toda vez que la dialéctica es constitutiva del pensamiento occidental y no un invento de Marx. El materialismo dialéctico, por su parte, ha probado su fracaso.
Algo crucial, sin embargo, nos separa de los marxistas. Para ellos, la "conciencia de clase" se refiere a la adquisición de una determinada ideología entendida como bautismo. Como el saber es una cuestión de adquisición social y asimétrica, sólo determinados sectores sociales los que acceden a ella, por lo cual a veces se da la paradoja de que sectores medios ideologizados llegan a considerarse a sí mismos "vanguardia" proletaria sin serlo. Y no lo son tampoco aunque provengan de los trabajadores asalariados porque esa supuesta conciencia los divorcia de las herramientas reales que el conjunto de su clase se ha dado realmente, por cuanto se abre un abismo infranqueable (incomprensión) entre estas herramientas reales y lo prescripto (como un antibiótico) por la ideología.
La conciencia de clase se adquiere cuando las necesidades sociales se convierten en derechos efectivos. Así ha pasado en Argentina, lo que explica por qué el peronismo ha dejado una huella inborrable en amplios sectores.
Estos derechos sólo puede garantizarlos el Estado, toda vez que únicamente éste puede asegurar una igualdad (al menos teórica) entre los individuos que integran una sociedad. En el marxismo se cree lo contrario, pero no hay una explicación unívoca: primitivamente, el Estado era una herramienta de la clase dominante; más adelante, pasó a ser la resultante de la relación de fuerzas al interior del bloque dominante, y antes, se definió que ejerce su poder mediante la hegemonía cultural que genera un sentido común dominante o determinadas significaciones imaginarias.
Estos dos últimos conceptos nos pueden resultar muy útiles para entender la etapa que se abrió en 2003 en nuestro país en varias cuestiones: la recuperación de la autoridad presidencial, cierta rehabilitación del Estado, la lucha contra los medios monopólicos, la incorporación de la dimensión política en el cambio de la relación de fuerzas dentro del bloque dominante.
El tema del rol del Estado adquiere pues centralidad, en la medida que es el campo de batalla donde se define el rumbo del país. El otro gran campo de batalla está en el seno de la sociedad. La utilización de ideas asociadas a la guerra deviene de considerar que la política es lucha, conflicto, porque se trata de imponer una cierta visión y dirección a la sociedad que el Estado ordena, que es precisamente lo que han hecho los sectores dominantes desde que la Argentina existe como tal.
Esta globalización (que no es la primera, según Aldo Ferrer) y las corporaciones multinacionales, han puesto en otro contexto, novedoso, la cuestión del rol del Estado-nación.
Por un lado, el propio Estado-nación es un paradigma europeo, y como tal, ha funcionado como una receta que el mundo imperial aconsejó o impuso al resto del mundo siempre que ello no significara un peligro para la existencia del Uno europeo o del Norte.
Tras la aparición de esos Estados-nación, países como la Argentina se constituyeron en una situación de independencia formal y dependencia estructural real. Desde la plata de Potosí a la soja trasgénica, esta dependencia pasó por distintas etapas que incluyeron un espacio para la industrialización, entre la sustitución de importaciones y la posibilidad de cierto desarrollo autónomo mientras en el mundo cambiaban velozmente la morfología del sector industrial debido a la inovación tecnológica.
El poder supranacional de las corporaciones y el hecho de que los mercados deben determinar las prioridades sociales, coincidieron desde los 80 con los teóricos neomarxistas en cuanto a que el Estado era un obstáculo. Para el mercado o para la lucha de clases. Se desarrolló así, desde la "izquierda" de la ideología, una concepción según la cual las luchas populares son "autónomas" del Estado y que se hace necesario construir un contrapoder "en la base".
Al no incorporar la perspectiva de la dependencia, esta visión objetivamente coincide con la idea dominante de que países como Argentina no tienen otro camino que "modelizarse" en las naciones imperiales y que marchan detrás en esa carrera (como subdesarrollados, de desarrollo incipiente, o emergentes) en una época en la que el poder de las multinacionales ha reducido a la nada el de los Estados-nación, y eso justifica y da sentido al "contrapoder". Como no se trata de un juego teórico, esa visión peca de ver la realidad argentina a través de ojos europeos, porque puede ser cierto que ya se ha agotado la etapa de los Estados-nación en el hemisferio norte pero no sucede lo mismo en el Sur, donde los Estados son el mejor instrumento de los sectores postergados para lograr su inclusión en una sociedad a la que a veces nunca pertenecieron.
Nuestros países no han alcanzado el supuesto de la igualdad (al menos teórica) para todos los integrantes de la sociedad, supuesto constitutivo y central de la conformación de los modélicos Estados-nación del Norte.
Esto abre otra cuestión que escapa a este formato, y es el de las burguesías. Fueron las burguesías europeas las creadoras de los Estados-nación y de la(s) propia(s) Nación(es) con el contenido que hoy le conocemos. Esta realidad histórica (ajena) abrió camino a la creencia de que también países como Argentina debían contar con sus respectivas burguesías nacionales para completar el ciclo y constituir sus propios Estados-nación.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se abrió una etapa de descolonización en la que distintos movimientos políticos (policlasistas, dirían los marxistas) condujeron la liberación de distintas colonias pertenecientes a los extintos imperios europeos. Pero estos países no eran, como el nuestro, formalmente independientes sino dependencias de las metrópolis, generalmente gobernados por oficinas de los ministerios de colonias y sujetos en general al expolio de su producción más primaria: los propios "paisanos".
La formalidad institucional permite el funcionamiento del sistema democrático (una dictadura militar sería inconcebible e innecesaria en las naciones centrales), pero con ciertas mediaciones, el sistema colonial sigue en pie. Esa mediación está dada por el poder tradicional, los sectores sociales poderosos cuyos intereses e ideología coinciden con las del imperio, esté o no éste en decadencia. Esa coincidencia ideológica no significa que el poder concentrado realice las mismas tareas fundacionales de sus mentores. Por el contrario, operan en su propio país como capataces, colonizados con privilegios, virreyes, gerentes y garantes de la dependencia.
(Continuará, porque este tema no termina nunca)  

lunes, 17 de octubre de 2011

Ese par de pies humanos

He aquí los pies del Che Guevara luego de haber sido apresado en la Quebrada del Yuro.


No he sido guevarista ni reivindico un método de lucha ni creo que todo pasado fue mejor sino quizás lo contrario.
Me pregunto hasta qué punto el despojamiento humaniza a quien así se despoja.
Se me ocurre, por ejemplo, que como Evita, el Che Guevara despreció los honores pero no la lucha, y ahora advierto que mi ocurrencia es un lugar común.
Hay en esos pies fotografiados cierto martirologio que aunque no invoco, me llevan a asociarlo con una obra de teatro en verso de Calderón de la Barca (1), El Príncipe Constante, que cuenta la vida del Infante Fernando de Portugal, hecho prisionero por sus enemigos.
Esclavizado por los marroquíes, Fernando muere en prisión no sin antes haber pensado, como el Che en Camiri o Evita ante la multitud, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria.
En este 17 de octubre de 2011.


(1) Dijo Goethe (El Joven Werther, Fausto, Egmont, etc.) sobre la poesía de Calderón: "Si la poesía desapareciese completamente de este mundo, podría reconstruirse a través de esta pieza teatral". 

domingo, 16 de octubre de 2011

Interesante acción política en la Comuna 5, Boedo

Ayer por la mañana, en un día primaveral y del todo peronista, hubo una movida política interesante en el barrio de Boedo, dentro de la campaña presidencial del Frente para la Victoria, que habilita alguna reflexión provisoria.
La Cámpora, la Casa Social El Sol de Boedo, Comunarte, Agrupación Compañeros y otros colectivos del campo nacional y popular se desplegaron entre avenida San Juan y la cortada San Ignacio con propuestas sorprendentes para lo que es la actividad electoral en la ciudad
La Comisión de Salud de la Comuna 5 (Frente para la Victoria) se instaló temprano frente a Margot, el de los míticos sándwiches de pavita, con mesas, aparatos médicos y hasta una camilla. Los profesionales participantes (cardiólogos, psícólogos, neurólogos, pediatras, trabajadores sociales, bioquímicos) realizaron exámenes a los vecinos que se acercaban, como controles de presión arterial y glucemia, electrocardiogramas, exámenes de memoria, peso, talla y otros. La actividad se centró en la prevención, y la concurrencia de vecinos (decenas) superó los vaticinios más optimistas, lo que marca una carencia en el barrio: aunque el vecino tenga obra social o esté afiliado a una prepaga, no existe en Boedo un Centro de Atención Primaria (dentro del organigrama de la estructura porteña de salud) que trabaje sobre la prevención de individuos sanos, antes de que se conviertan en enfermos.
Los profesionales, además, tomaron un micrófono y hablaron sobre accidentes cerebrovasculares, sobre prevención del VIH, calendarios de vacunación, hipertensión, y al final, la referente de salud de la Comuna 5, la licenciada Alicia Rotela, sintetizó la tarea realizada en términos de reivindicar la salud como un bien público y hacer eje en la prevención de la salud como una política pública tendiente a subir la calidad de vida en lugar de curar enfermedades.
Enfrente, jóvenes de La Cámpora llevaron a la práctica un plan de compras comunitarias que intenta resolver el nudo del aumento de los precios de la canasta familiar. La oferta alimenticia es oligopólica y por eso aumentan los precios.
En las cercanías, compañeros de Comunarte repartían volantes y charlaban con los vecinos sobre las elecciones del próximo domingo.
La actividad de la Comisión de Salud marca una carencia del gobierno de la ciudad que se desentiende de la salud pública con los remanidos argumentos neoliberales.
La hegemonía incuestionable del proyecto de país que encarna el kirchnerismo como Cristina a la cabeza está permitiendo, me parece, un avance sobre la fragmentación política territorial que fue la principal razón del triunfo de Macri en la ciudad. Pequeñeces, egoísmos, narcisismo desmedido de los dirigentes barriales, personalismo (llámeselo como se quiera) cristalizaron una fragmentación que ahora parece estar superándose en la práctica mediante una colaboración incondicional entre todos, en pos de un proyecto común que es lo que realmente hay que consolidar.

Archivo del blog