Este triunfo de la ciencia aplicada, sería, en definitiva, lo que motivó a millones de personas a volcarse a las calles para festejar el Bicentenario y no una percepción distinta del gobierno nacional. Los mismos blogueros oficialistas lo reconocen. José R. Sentis escribe que el clima... no fue casual.
El Gran Diario ha contribuido a lo largo de las décadas a la constitución de la cultura nacional y popular. Entre esas huellas indelebles, anotamos:
las batallas de petróleo, el acero y la petroquímica,
el algo habrán hecho y
la vida loca.
Pensamiento conservador, sin duda, aunque con el toque de progresismo que le aportan las revista Ñ y Viva.
Digámoslo entonces sin ocultar información: "ya hay argentinas que se operaron". Es que si las escuelas no proporcionan educación sexual básica, aquí está el Gran Diario para proporcionarla.
Esta batalla cultural, la de encontrar el punto G, se viene dando desde principios de 2008, y podemos sumarla -sin hesitar- a las ya viejas del petróleo y el acero, y a las de los últimos tiempos: imponer Expoagro, instalar a Domingo Buzzi como pequeño productor, y tender un manto de sospechas sobre el Banco de Datos Genéticos que, como todos sabemos, está dirigido por Hebe de Bonafini disfrazada de científica molecular.
El medio viene bregando para que el Banco sea dirigido por la médica cubana Hilda Molina.
Fue a principios del mismo 2008 (todavía no se había producido el 17 de octubre de los pooles sojeros en Plaza Mayo), cuando en otro de mis blogs denuncié la situación. Y no lo hice clandestinamente, no recurrí al escrache: escribí en el site del propio Grupo.
"Decíamos entonces" (Unamuno) que Clarín repite como loro que el famoso punto G fue descubierto por el médico alemán Ernst Gräfenberg. De allí que la ciencia lo conozca –al famoso punto– como Gräfenbergpunkt, aunque en castellano suena más romántico, y mucho más en francés. No sabemos cómo se lo pronuncia en lenguajes más arduos como el esquimal o el tamil.
Mencionábamos en aquel entonces que la Consultora Equis había efectuado una encuesta a principios de ese año, cuando todavía no era considerada oficialista. El Punto G era la principal preocupación de los argentinos luego de la inseguridad, la falta de una asignación universal, la estatización de Aerolíneas y la crisis de las AFJP. Para esa época, todavía no se conocía el método de votar negativamente en el Senado con un "sí pero".
El estudio reveló que en la Argentina, el 68.7 de los varones no duerme las 8 horas reglamentarias por causa de ese interrogante. “Lo importante es encontrarlo”, dice Artemio López que dijeron los encuestados.
Una de cada tres mujeres se resiste a ser manipuladas por la misma razón. Y 0.8 de las restantes lo buscan en solitario.
Del citado 68,7% , la mitad es escéptica, pero no abandona la búsqueda “por las dudas”. Un 8.1% preferiría no hallarlo nunca y un 10.0% abandonó hace tiempo, observa el encuestador oficialista.
Y repite como loro, Clarín, porque sus periodistas ocultan que el doctor Gräfenberg no era un marido angustiado por la insatisfacción de su esposa, sino un miembro del equipo de investigación de Joseph Menguele encargado de buscar métodos alternativos de interrogatorio.
2 comentarios:
Sabés lo que sucede, Jorge?, que los tipos venían tapando desde hace meses el crecimiento paulatino del gobierno nacional y les explotó este mayo con la gentuza en la calle. Ahora tienen que empezar a blanquear...
Un abrazo.
No critiqué tu post, me lo tomé con humor. Tenés razón
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